Secciones
Servicios
Destacamos
Cecilia Hernández
Martes, 11 de agosto 2015, 12:55
Antonio Romo y Francisco Buitrago abandonan la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Puente Ladrillo. La edad no perdona y los 75 años que cumplió Romo el año pasado implican su jubilación canónica y el paso a una labor más tranquila. De ahí, que el Obispado anunciara ayer a través de un comunicado su relevo al frente de la parroquia en la que ha ejercido su labor desde hace más de 30 años, acompañado en buena parte de ese tiempo por Buitrago.
Este último pasará a ocuparse, junto a Gonzalo Escamilla, de varias parroquias del arciprestazgo de Alba de Tormes. Tomás Gil y Juan Andrés Martín, que proceden de las parroquias de Cantalapiedra, Cantalpino, Tarazona de Guareña, Villaflores, Palacios Rubios y Poveda de las Cintas, sustituirán a los hasta ahora curas de Puente Ladrillo.
La pregunta surge inevitable: ¿qué sucederá con la ingente obra social llevada a cabo por Romo y Buitrago en Puente Ladrillo a lo largo de estos años? En primer lugar, la casa de acogida pasará a estar ubicada en la casa parroquial de Gomecello, cedida por el Obispado para tal fin y que seguirá regida por Antonio Romo que, al mismo tiempo, ocupará el cargo de administrador parroquial de Arabayona de Mógica.
«A Antonio le ayudará además un equipo de seglares», subrayó ayer Francisco Buitrago, que se reconoció sorprendido por haber sido enviado a Alba de Tormes, «no me lo esperaba», pero en cierta medida satisfecho, ya que él mismo había solicitado «un descanso y algo de cambio» al obispo, tras muchos años de ejercicio sacerdotal en la ciudad de Salamanca.
Nuevos párrocos
Por otro lado, las actividades habituales de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción seguirán en su línea. Al menos esa es la intención de los nuevos párrocos, que también tienen intención de adaptar su exitoso programa de Fe y Arte a la capital, sin olvidar la zona rural. «Son cambios no queridos, porque nos da pena abandonar Cantalapiedra y su zona, pero para eso estamos, y llegaremos con ilusión a Puente Ladrillo, porque en todos los sitios hay que evangelizar», explicaba ayer Tomás Gil. Asimismo, junto a Puente Ladrillo, Gil y Martín se harán cargo de la parroquia de El Nombre de María.
Los cambios efectivos llegarán a finales de septiembre o principios de octubre, para dar tiempo en las parroquias a realizar los traslados. Son varios los cambios que se van a producir en la Diócesis, motivados en su mayoría por las jubilaciones y por la escasas vocaciones.
Así, Anastasio Fariza pasa a ocuparse de las parroquias de Cantalapiedra y su zona que dejan libres Tomás Gil y Juan Andrés Martín, mientras que Lauren Sevillano, hasta ahora en Alba de Tormes, será párroco de Peñaranda de Bracamonte, Campo de Peñaranda, Tordillos y Nava de Sotrobal, de forma solidaria junto a Fernando García.
En la ciudad, Emilio José Hernández, será el párroco de Nuestra Señora de los Dolores, junto a Valeriano Gómez, que tendrá el cargo de vicario parroquial. De igual modo, la parroquia de Santa Teresa recibirá a Santiago Bertólez. Y en el alfoz, Javier Alonso será el párroco de Villamayor de la Armuña y José Vicente Gómez el de Aldeatejada.
Y de nuevo en la diócesis, Francisco Javier Simón será el administrador parroquial de Ventosa del Río Almar, Alconada y Coca de Alba, y fray Rafael Manuel M. Chichava, de la congregación de los Misioneros de Marianhill, ocupará también el cargo de administrador parroquial de Aldeaseca de Alba, Pedrosillo y Galleguillos y vicario parroquial de Alba de Tormes y varios pueblos más de la comarca.
El resto de cambios afectan a los arciprestazgos de Robliza, Calvarrasa-Las Villas, Guijuelo y Virgen de la Peña de Francia.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.