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Jorge Holguera Illera
Lunes, 13 de julio 2015, 12:32
Situadas en un lugar privilegiado de la península Ibérica, las casas rurales Orgullo Rural permiten al viajero disfrutar cómodamente de una zona destacada por conservar una esencia natural que ya es difícil de encontrar. Muestra de ello es la reciente declaración del Parque Natural de las Arribes como Reserva de la Biosfera.
Son tres viviendas denominadas Orgullo Rural que distan una hora de Salamanca y tan sólo tres de la capital de España. Están en la pequeña localidad de Bermellar. Una población que a pesar de contar con poco más de medio centenar de habitantes, conserva en sus calles y en sus gentes el rico acerbo de una localidad que significó mucho en la zona, pues llegó a tener más de medio millar de habitantes.
La zona ha ido despoblándose, y el turismo rural se ha asentado en esta zona de una manera muy respetuosa con el medio, de tal manera que el visitante se puede sentir acogido por las gentes de la localidad que, haciendo gala de su hospitalidad, siempre se prestan a orientar o guiar a los forasteros que quieren disfrutar de los beneficios de este enclave, que es privilegiado precisamente por la ausencia de elementos artificiales que entorpecerían la belleza de tan accidentada geografía, principalmente por el fronterizo río Duero.
Tanto es el apoyo de las gentes a su pueblo que viendo con buenos ojos el proyecto de agroturismo puesto en marcha por Pepe Piñel desde hace diez años, siempre le comentaban que debe de estar orgulloso por lo que ha hecho. De ahí el nombre dado a estas viviendas rurales, conocidas como Orgullo Rural.
Esa satisfacción es merecida en atención a los grandes alicientes de este proyecto. Pues se trata de tres viviendas, una de las cuales, individual de cuatro plazas. Las otras dos conforman un hotel rural con dos cocinas, dos salones y cinco habitaciones dobles. Todo ello junto, conformando un agroturismo de cuatro estrellas.
La edificación fue un antiguo complejo de viviendas, cuadras y corrales convertidos hoy en un elegante recinto turístico construido en piedra y materiales de la zona. Algo que confiere un contacto total con la naturaleza, frescor en el verano y acogedor calor en los frescos días de otoño e invierno.
La rusticidad no está reñida con el lujo, sino más bien engrandece los placeres. Dos muestras de ello son el spa privado y la chimenea.
Para los turistas que tienen intención de disfrutar de los cañones, cascadas o del Pozo de los Humos en invierno será muy agradable descansar al calor de las chimeneas de piedra tras las visitas a este paraje único.
Cueva termal
Durante todo el año, es un lujo poder disfrutar del spa rural, que es una cueva termal con sauna, pediluvio, jacuzzi y chorro frío.
Los clientes pueden disfrutar de esta sesión de forma privada, solos, con su pareja, familia o amigos. Es un privilegio tomar un relajante baño íntimamente en una auténtica cueva termal de grandes vigas de madera y megalíticos sillares de granito. Para elevar el grado de satisfacción, llenan el spa de velas y los clientes pueden degustar su botella de cava para celebrar algo especial o simplemente para tener una romántica velada con encanto.
Pepe Viñel destaca un amplio abanico de servicios que Orgullo Rural facilita, desde paquetes con playa a través del barco que va hasta Oporto, pasando por senderismo, bicicletas de montaña y hasta un sinfín de otras experiencias. Muchas de las cuales son conocidas mediante atractivas ofertas que van dando a conocer en https://www.facebook.com/OrgulloRuralSalamanca. Todas ellas dirigidas a la mayor satisfacción del cliente.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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