La AMPA Virgen de la Misericordia de Cantalapiedra organizó una gran comida seguida de juegos para todos para despedir el curso.

Mil maneras de despedir el curso escolar

Los alumnos de infantil, primaria y secundaria de toda la provincia acabaron ayer las clases de las maneras más pintorescas y con muchas ganas de empezar las largas vacaciones de verano

E.G. / J.H. / WORD

Miércoles, 24 de junio 2015, 12:31

El despertador sonó diferente en la mañana de ayer para los alumnos de Infantil, Primaria y Secundaria de los centros escolares de toda la provincia.

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Y es que, para todos ellos, ayer era el último día de clases, antes de poner un pie en las tan ansiadas vacaciones de verano.

Para celebrarlo, el límite estaba en la imaginación de cada uno de los profesores y miembros de la dirección de los centros escolares, que sorprendieron a sus alumnos con una multitud de variadas actividades, implicando no solo a los niños y niñas, sino en muchos caso también a sus padres, madres y demás familiares.

Para todos es especial este último día de clases, pero sobre todo para aquellos que acaban un ciclo y que, con la llegada de septiembre y la vuelta de las clases se enfrentarán a un nuevo reto: un cambio de nivel que, a menudo, está también acompañado de un cambio de ciclo y, en el caso de las zonas rurales, de un cambio de población de estudios.

Este protagonismo lo vivieron, por ejemplo, los pequeños alumnos de infantil de las Misioneras-Teresianas de Ciudad Rodrigo, que se graduaron de su primer ciclo de estudios de toda su vida, con birrete incluido.

El Colegio Rural Agrupado campopetre de Cantalapiedra, al que acuden los chavales de esta localidad, Villaflores, Palaciosrubios y Poveda de las Cintas, también despidió ayer este curso y lo hizo en el Salón Pósito para contagiar a todos los vecinos de la villa de su alegría por haber terminado este ciclo escolar y porque para ellos llegan las vacaciones. En este caso también, los protagonistas del evento fueron los jóvenes que se graduaban, los que han cursado por última vez clases en Cantalapiedra y que han concluido el ciclo de Primaria y los que han concluido la Educación Infantil. Todos ellos recibieron una banda que les hacía merecedores de haber superado todos los cursos de los ciclos de educación. El acto estuvo compuesto de presentación, una obra de teatro de terror y discursos de despedida, baile de graduación, poesía infantil y de 6º de Primaria, canción infantil y la imposición de bandas y birretes y entrega de diplomas. La directora, Raquel Inés Jiménez, leyó un discurso en el que invitó a los jóvenes alumnos a «ponerse manos a la obra, luchar para conseguir el éxito en nuestro presente y en nuestro futuro, paso a paso, creciendo con cada uno en los obstáculos que se nos atraviesen, las puertas están abiertas para seguir un camino que ha de conducirnos al éxito personal y profesional». Además quiso agradecer a las familias la disponibilidad prestada al centro en los momentos que han sido requeridas.

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Y es que la familia es un eje fundamental en la educación de los niños y muchas veces los padres son los grandes modelos, no solo para sus propios hijos, sino para la comunidad educativa, con la que pueden compartir su experiencia laboral e inspirar a los pequeños para seguir formándose con el fin de alcanzar su propio futuro exitoso. Un claro ejemplo es la manera como despidieron los alumnos más pequeños del colegio Miguel de Unamuno de Peñaranda de Bracamonte, que recibieron la visita del cocinero Helio Flores, padre de una de las alumnas, quien les contó su experiencia tras los fogones.

En la misma localidad pero en otro centro, el Severiano Montero, los alumnos de 5º y 6º de Primaria despidieron el curso con una excursión en bicicleta a una plantación de fresas localizada en el pueblo de Villar de Gallimazo.

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Por su parte, los alumnos del IES Calisto y Melibea de Santa Marta de Tormes dijeron adiós a las clases con un gran número de reconocimientos. Y es que, durante la mañana de ayer, el centro acogió el acto de graduación del alumnado que termina la ESO, el reparto de menciones a los alumnos de otros cursos que han destacado en alguna faceta de la vida académica del centro y la entrega de los diplomas al tercer equipo de Mediación Escolar del instituto.

Diversión, reconocimiento al trabajo bien hecho y, sobre todo, muy buen ambiente (y alguna lagrimilla por despedirse de los amigos todo el verano). Así se vivió el final de curso, cada cual a su manera, en los diferentes rincones de la provincia. Por delante más de dos meses para disfrutar y seguir aprendiendo, aunque de otra manera diferente.

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