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ELENA GÓMEZ / WORD
Lunes, 15 de junio 2015, 14:11
La vida de Santa Teresa de Jesús sigue levantando aplausos y sacando lágrimas de emoción a los vecinos de numerosos municipios de la provincia de Salamanca gracias al trabajo llevado a cabo por el grupo de teatro Lazarillo de Tormes de la ONCE y su deliciosa obra Teresa, la Jardinera de la Luz.
Los últimos en disfrutarla fueron los vecinos de Cabrerizos, ayer mismo, aunque la obra ha pasado en los últimos días por las localidades de Villagonzalo de Tormes y de Villoria.
Y, como es habitual, la puesta en escena han sido las iglesias de dichos municipios, el escenario natural perfecto que logra hacer esta obra aún más especial, realzando la belleza de la arquitectura de estos templos tan significativos para los municipios de nuestra zona y, a la vez, dotando de una sensibilidad especial la puesta en escena, que se nutre de la calma y la devoción que despiertan estos edificios y logra volcar estos sentimientos en cada frase de sus personajes.
Así, Teresa, la Jardinera de la Luz se muestra ante el público como una obra que repasa la biografía de la santa andariega, en un año tan especial como es éste en el que se cumplen 500 años de su nacimiento. Pero no es una obra biográfica al uso, sino que se nos invita a descubrir la parte más íntima de Santa Teresa, aquella historia de vida que hay detrás de la figura venerada por todos y que nos es descubierta a través del punto de vista de aquellas hermanas que vivieron con ella y que tienen que defenderla, hasta su misma muerte, del tribunal de la Santa Inquisición.
La Jardinera de la Luz nos enseña, en definitiva, una Teresa humana, como humanos son los sentimientos que despierta esta obra, que hace pasar al público de la risa al llanto en pocos minutos.
Yes que, aunque el grupo Lazarillo de Tormes de la ONCE sea un grupo amateur en el que, además, algunos de sus actores son ciegos, el talento que desprenden y la delicadeza, templanza y peso con el que interpretan sus papeles hace que el público se sienta ante verdaderos profesionales que, incluso, son capaces de hacerles olvidar que se encuentran ante un montaje escénico artístico y se transporten, durante más de una hora, hasta hace casi cinco siglos atrás, en los últimos días de la vida de una mujer que vivió en tiempos de hombres, pero cuya obra y modo de ver y vivir la ha hecho perdurar más allá de los siglos.
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