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Ricardo Rábade
Sábado, 6 de junio 2015, 12:23
La investigación debe ser «la punta de lanza» para la recuperación de la sociedad. Esta sugerente tesis fue esgrimida ayer por el prestigioso traumatólogo, cirujano ortopédico y fundador de la Clínica Cemtro, el murciano Pedro Guillén, durante su solemne investidura comonuevo Doctor Honoris Causa de la Universidad Pontificia.El acto académico, presidido por rector Ángel Galindo, abarrotó de asistentes el Aula Magna de la Upsa.
Guillén no dudó en proclamar, en unas declaraciones previas instantes antes del inicio de la sesión académica, que «todo hospital que no investiga, se empobrece, todo país que no investiga, se empobrece y toda universidad que no investiga, se empobrece». El reputado facultativo, que está catalogado como una de las eminencias más relevantes en el ámbito de la Medicina deportiva, rompió una lanza también en favor de la investigación médica con células, por considerar que se trata de «una gran oportunidad terapéutica». Apoyándose en la profunda experiencia que atesora tras décadas de práctica médica con los deportistas, señaló que las lesiones actuales obedecen a los músculos y no se deben tanto a fracturas. «La suerte del médico que trata con atletas es que son personas sanas, jóvenes y que quieren curarse», de manera que «todo está controlado para la calidad de vida del deportista y no se deja nada a la improvisación», especificó.
Durante su alocución, Pedro Guillén buceó en la historia de la medicina desde la época de los griegos y estimó que «el gran cambio en el último tercio del siglo XX viene representado por cuatro pilares o hitos de Cirugía Ortopédica y la Traumatología», como son «la osteosíntesis, la artroscopia, las prótesis y la aplicación de los cultivos celulares». Estos últimos han sido los más recientes «y con los mismos logramos corregir o curar defectos en los tejidos, bien por causas traumáticas, infecciosas o degenerativas». Precisamente y según su particular radiografía, la Cirugía es la rama de la Medicina que más ha avanzado durante los 30 últimos años, al compás de los progresos en anestesia, asepsia, antibióticos, artroendoscopia y osteosíntesis.
El nuevo Doctor Honoris Causa apuntó que los nuevos desafíos científicos orbitan en torno al uso de la célula como medicamento, lo que se conoce como la ingeniería tisular. «Hoy en día podemos hablar de la célula como medicamento, pues se pueden cultivar en las mismas condiciones y en entornos tan estériles y controlados que son propios de los medicamentos», argumentó durante sus prolífico discurso. Precisamente, la revista 'Time' en su edición americana del 22 mayo del año 2000 publicaba un reportaje con una profética visión sobre las profesiones con más futuro en el horizonte de los próximos 25 años. En este sentido, el trabajo más demandado será ingeniero de tejidos, seguido en un destacado segundo lugar por programadores genéticos y en un tercer peldaño por los agricultores.
Además, la longevidad del ser humano plantea múltiples retos para la Medicina, la mayoría de los cuales «todavía se encuentran en una fase embrionaria, incipiente o sencillamente inexplorados».
Respecto al Doctorado Honoris Causa con el que ha sido distinguido por la Upsa, Pedro Guillén expresó, cono tonos metafóricos, que «me llevo un bocado de gloria y lo tendré guardado en el mejor rincón de mi casa».
Por su parte, el rector de la Upsa, Ángel Galindo, resaltó la dimensión antropológica y ética del ámbito en el que se sitúa la labor profesional y la figura humana de Pedro Guillén, así como las cualidades que han estado presentes en el ejercicio de la tarea académica y humanista del nuevo Doctor Honoris Causa. Galindo indicó que «a lo largo de toda su vida profesional, el profesor Guillén ha destacado por su profundo respeto al enfermo, considerándolo siempre como persona merecedora de toda la atención y cuidados que los avances de la ciencia médica ponían a su alcance». Además, ensalzó que Pedro Guillén «en su inquietud innovadora se preocupó por desarrollar técnicas menos invasivas y traumáticas en las intervenciones ortopédicas». Fruto de todo ello, puntualizó, fue su iniciativa «de introducir la artroscopia al bagaje quirúrgico de la especialidad».
El rector también quiso hacer trazar una reflexión teológica sobre el problema de la enfermedad y la búsqueda de una respuesta por parte del hombre. Aseveró en este sentido que «el estilo de vida y el espíritu de Jesús de Nazaret y de la comunidad de sus seguidores muestran el valor de la respuesta radical, individual y asociada al enigma del dolor».
Miembros de la Real Academia de Medicina, a la que pertenece Pedro Guillén; el obispo de Burgos, Francisco Gil Hellín; el presidente de Globalia y expresidente de la desaparecida UDSalamanca, JuanJosé Hidalgo, el incombustible periodista deportivo ya retirado, José María García, y el periodista Raúl del Pozo, arroparon al nuevo Honoris Causa durante la ceremonia de investidura, que fue seguida posteriormente por un vino de honor.
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