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Jorge Holguera Illera
Viernes, 29 de mayo 2015, 14:19
Las gentes de Cantalapiedra despidieron este martes a la Virgen de la Misericordia. Los mayordomos, que eran los quintos nacidos en el año 1966 hicieron entrega de las varas a los que celebrarán la fiesta el año que viene, los nacidos en el año 1963.
Los vecinos de Cantalapiedra también dijeron adiós a unas fiestas cargadas de tensión, y no precisamente por las elecciones municipales que concluyeron en un empate.
El caso es que este año la Virgen de la Misericordia, patrona de la villa se ha ido triste a su ermita debido a una guerra de declaraciones mediante escritos, que en opinión de algunos vecinos que estaban ayer en la procesión «podían haberse evitado con diálogo».
Al parecer, el domingo, primer día de misa y procesiones en honor a la Virgen de la Misericordia, la gente acudió a la eucaristía como siempre. Y al salir de la misma hubo muchas quejas porque no se había cantado la Misa de la Virgen en latín. La gente manifestó este descontento a los miembros de la junta directiva de la Cofradía de la Virgen de la Misericordia. Como consecuencia de ello, al día siguiente, el lunes, varios miembros de la junta directiva hicieron lectura de un escrito titulado Porque he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido, 1 Cor 11, 23, que concluye señalando la fecha en la que se ha reunido la junta de la Cofradía en Cantalapiedra, el 25 de mayo de 2015, y entre cuyos nombres están los curas de la parroquia, Tomás Gil y Juan Andrés Martín.
Dicho escrito comenzaba con un pequeño párrafo en el que se alude al «desconcierto y confusión» del domingo por «no haberse cantado la Misa de la Virgen», y continúa diciendo que el escrito es «con el propósito de aclarar lo sucedido». Y a continuación en el mismo párrafo se explicaba que «la primera reacción de todos ha sido sorpresa al no poderse tocar y cantar, por la ausencia del que había asumido ese compromiso. Más aún nos sorprendió cuando la persona que lo había estado haciendo hasta ahora, tocaba la dulzaina en el interior del templo ante el Santísimo, lo que demuestra que nadie le ha dicho nada en contra». En un segundo párrafo manifestaban su defensa de «las costumbres y tradiciones de nuestro pueblo». En otro párrafo menor se comprometieron a buscar soluciones para años sucesivos y pidieron disculpas por el malestar ocasionado. Esto es un breve resumen del texto. El caso es que con este mensaje, leído antes de la misa del lunes, repartido entre los asistentes y colocado en la puerta de la ermita, no estaba de acuerdo el joven organista, Alberto Iglesias, al que se alude en dicho escrito. Tampoco lo estaba su familia, cuyos padres manifestaban ayer un enorme disgusto por lo sucedido y al parecer intentaron aclararlo el mismo día, finalmente ayer, el joven organista repartió entre los asistentes a la eucaristía unos escritos en los que manifestaba su punto de vista. En los mismo manifestaba que «me gustaría decir que en diversas ocasiones he solicitado a los párrocos la posibilidad de tocar en misa dándome un no como respuesta, alegando excusas de la falta de compenetración entre la música y los cantores del coro parroquial», asimismo anota que «hay testigos presenciales de los hechos». Continúa alegando que dada esta circunstancia pensó «que si alguna vez los párrocos necesitaban de mis servicios como organista me llamarían» y afirmaba además que nunca cobra por dar servicio a la parroquia. «Siempre he estado abierto al diálogo y pienso que lo que sucedió ayer dentro de la ermita delante de un micrófono fue dividir a la gente», apostilla en la nota, además de considerar que se tenía que haber solucionado «en una sala, reunidas todas las partes implicadas». Además considera que la «Misa de la Virgen también puede ser cantada sin órgano», por lo que «para la junta de la Cofradía y para los párrocos es más fácil echar la culpa a otros», concluyó.
Al consecuente disgusto de todas las partes se unió la tristeza que se respiraba en el ambiente y muchas opiniones aludían al diálogo y la unión de los vecinos para evitar estas situaciones que empañan una jornada festiva.
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