Muñoz Quirós: «La poesía es siempre una forma de conocimiento interior»

«Un libro que merece la pena poseer y entrañar, leyéndolo como decantación de una magna y profunda sencillez, un libro que ocupará lugar destacado en la lírica de Castilla y León y allí donde se hable el castellano». Así se expresó el destacado poeta Alfredo Pérez Alencart, profesor de la Universidad de Salamanca y columnista de El Norte de Castilla, a la hora de presentar La voz del retorno, de José María Muñoz Quirós, como uno de los actos culminantes de la Feria del Libro de Salamanca que concluyó ayer.

Ante un público selecto, donde se encontraban buen número de poetas locales, el acto empezó con la intervención de Javier González Lamelas, director de la orensana editorial Eurisaces, quien destacó su apuesta por la calidad de los poetas elegidos para integrar su colección de poesía, así como por la calidad estética al momento de presentar la obra al público lector. No olvidó recordar que la impresión de sus libros se vienen haciendo en Salamanca, en los talleres de la imprenta Kadmos.

Luego tocó la palabra a Pérez Alencart, quien resaltó que esta última cosecha de Muñoz Quirós «ofrece la esencia de sus adentros, esa cartografía interior que todo ser humano debería poder expresar para evaluarse, descubrirse y/o verse en el espejo más íntimo: también resulta un ejercicio de la memoria o un testimonio notarial del tránsito existencial desde la madurez hasta la niñez, retorno o camino de vuelta, para luego seguir la travesía hacia lo por venir, siempre intuido pero siempre con su hálito de misterio y de asombros cotidianos».

Muñoz Quirós, agradecido por la siempre buena acogida que recibe en Salamanca, recordó que este poemario «continúa una indagación que, en mis últimos libros, ha ido construyendo una mirada sobre el tiempo y las cosas, un estar en los pequeños signos de la existencia, ese tiempo que siempre nos devuelve al pasado, al exacto lugar desde el que nunca hemos querido alejarnos. Para mí la poesía es siempre un mirarse hacia adentro, una forma de conocimiento interior, un estar en el laberinto de nuestro vivir más verdadero, todo un paisaje de signos y de instantes reconstruidos en nuestra memoria».

También señaló que el poeta no puede estar ajeno a la realidad que le circunda, especialmente ante el drama de la emigración de los jóvenes de Castilla y León, que deben salir de sus pueblos y ciudades por falta de oportunidades: «Mi tierra es mi lugar para mirar la vida, y en ese descubrir de los días, en ese paso sigiloso, se me ofrece el gozo y el dolor, y por supuesto el valor de la ausencia, la terrible realidad de lo que nos está sucediendo, cómo esta tierra no puede retener a todos sus hijos que se dispersan, por obligación, a otros lugares buscando un futuro mejor».

Finalmente, el reconocido poeta abulense (Premio Jaime Gil de Biedma, San Juan de la Cruz, entre una decena de ellos), tuvo palabras especiales para nuestra ciudad, donde estudio Filología y donde, hace pocos años, obtuvo el Premio Ciudad de Salamanca de Poesía: «Salamanca es el escenario de mi juventud, la vida en un tiempo de rosas en el que el estudio y el despertar hacia un nuevo existir me enseñaron a caminar, a iniciarme en el difícil arte de vivir. Es para mí una ciudad de referencia y de cercanía, también el comienzo de mi vida profesional, lugar donde guardo memoria de un tiempo esencial, espacio de muchos de mis mejores momentos».