Las siembras de patata en Encinas de Abajo marcan el inicio de la campaña

Salamanca ha vuelto a ser la primera provincia en abrir la campaña de patata de la zona norte de la Península Ibérica y de Castilla y León. Ya se han sembrado las primeras hectáreas de patatas en Encinas de Abajo, donde comenzaron con esta labor el pasado jueves. En la explotación de Ángel Alonso han plantado alrededor de 6 hectáreas de la variedad jaerla.

Aun así, éste no es el ritmo que se está llevando en la provincia, ni en sus principales pueblos patateros. En Cantalpino y Arabayona de Mógica, la Cooperativa de patata Aranpino es un constante ir y venir de máquinas abonadoras. Los agricultores están dejando el terreno listo para plantar la patata de aquí a quince días. Tal y como explica José Blázquez, gerente de esta cooperativa, la que agrupa al mayor número de productores de patata de la región, no se puede aplicar la palabra «animados», al sentimiento que guía en estos momentos a los patateros de la zona. Pues como es sabido, los agricultores arrastran las duras secuelas de una campaña precedente en la que los más afortunados salvaron los gastos de producción, mientras que otros tuvieron que poner dinero para extraerlas de la tierra y el resto contaron con numerosos problemas para deshacerse de los tubérculos que nadie quería.

Nemesio Ramos, agricultor de Arabayona de Mógica, afirma en este sentido que va a redactar una carta para exigir a quien corresponda que se les indemnice al igual que se va a hacer con los agricultores que se están viendo afectados con las inundaciones del río Ebro que están anegando las fincas similares, porque en su caso arrastran pérdidas de miles de euros, que les hace estar ahora con grandes deudas económicas, a las que hay que añadir la inversión que afrontan para la presente campaña. El agricultor que cultiva patata tiene que ir haciendo frente a gastos como el de la semilla, que es de alto valor económico. En la actualidad, el kilo se acerca a los 2 euros. Cada hectárea de patata se lleva alrededor de 1.000 kilos, por los que solo la semilla supone 2.000 euros. En total, los cultivadores que no cuentan con canal para regar las patatas afrontan una media de entre 5.000 y 6.000 euros de gastos por hectárea.

En estos momentos en Arabayona y Cantalpino se está abonando y se está labrando la tierra y poniendo el cerro, que es la última labor del terreno antes de entrar con las plantadoras.

Aunque no hay ánimo, en estas localidades de la esquina noreste de la provincia salmantina se nota actividad. José Blázquez considera que el agricultor está «resignado», porque en estos lares «no hay otra alternativa de cultivo» e indica que ya se están encargando las semillas para plantarlas de aquí a quince días. Entre las tempranas, la tradicional variedad jaerla, va quedando desplazada por otras variedades nuevas como la ambra y las rojas que son destinadas al mercado portugués, entre las que destaca la red scarlet.

En cuanto a las hectáreas que se estima van a dedicarse a patatas, Manuel Aires, de la Cooperativa de Patatas Floyma de Encinas de Abajo, apunta que este año estiman que se sembrará un 20 ó 30% menos de superficie. Además, anota que aunque aún no han traído la semilla patata, pues esperan que la campaña empiece entorno a San José, los agricultores sólo tienen ánimo de sembrar patata por contrato. En esta zona, en concreto, es decir la de Las Villas de los canales, se suele sembrar más patata libre, pero este año las cosas han cambiado y parece que todo el mundo quiere optar por el contrato. Las economías de los agricultores están resentidas de la pasada campaña y aún se puede ver algún montón de patatas en la carretera de Encinas de Abajo a Cantalapiedra, o algún yumbo, que los agricultores han dejado para ir regalando a sus amistades, porque son las patatas que ya no se pudieron vender.