Älex Arias, ataviado con cazadora marrón, antes de su entrada en la sala de vistas de los juzgados.

El juicio de Casillas de Flores queda visto para sentencia entre insultos

Fiscal y acusación piden cuatro años de cárcel y la defensa sostiene que el doble atropello mortal obedeció a una falta por imprudencia leve

Ricardo Rábade

Miércoles, 21 de enero 2015, 12:16

El extenso juicio celebrado a lo largo de dos intensas mañanas contra el futbolista Álex Arias concluyó ayer y quedó visto para sentencia, envuelto en su última fase en una espiral de incidentes, protagonizados por familiares de las dos víctimas mortales del trágico atropello de Casillas de Flores, acaecido en la noche del 14 de agosto de 2011. Una prima de Carole, una de las dos víctimas que fue arrollada por el BMW que conducía el futbolista asturiano durante aquella fatídica noche, justo cuando el municipio salmantino celebraba sus fiestas, lanzó una silla contra el acusado durante el juicio. Otros familiares insultaron al abogado mientras éste defendía sus argumentaciones.

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Todo lo anterior supuso que la jueza suspendiera por unos minutos la vista oral y que la Guardia Civil tuviera que expulsar de la sala de vistas del Juzgado de lo Penal número uno a los autores de los incidentes. Los improperios de los familiares, según explicó el abogado defensor, prosiguieron incluso al término del juicio, cuando todos ellos coincidieron en el garaje contiguo para montarse en sus turismos.

El fiscal y la acusación particular hicieron un frente común a la hora de solicitar una pena de cuatro años de prisión para el jugador del Numancia, quien se encuentra cedido en estos momentos en las filas del Real Avilés, al que le responsabilizan de un delito de doble homicidio por imprudencia, agravado por el hecho de conducir bajo la influencia de las bebidas alcohólicas arrojó un 0,63 en la prueba de alcoholemia y por sobrepasar el límite de velocidad estipulado. Testigos presenciales llegaron a declarar horas después del suceso que el conductor circulaba a 180 kilómetros por hora, aunque el acusado se defendió alegando que solo iba a«unos 80 o 90», pese a que las señales situadas en la entrada al pueblo marcaban límites de velocidad de 70 y 50 kilómetros por hora.

La defensa argumentó que la tasa de alcoholemia debería ser considerada solo como falta y no como delito, ya que podría aplicarse el porcentaje de reducción que contempla la normativa del Ministerio de Industria. El futbolista reconoció que había bebido «dos copas», aunque proclamó que «estaba en perfecto estado para coger el coche».

Reparación del daño

En su intervención, el abogado recalcó que Álex Arias carece de antecedentes penales y acredita un historial sin multas en su faceta de conductor, como se refleja en el carné por puntos. Además, incidió en la plena disposición del autor del doble atropello de reparar el daño causado a las víctimas, poniendo incluso a su disposición el piso que tiene en Avilés, cuya hipoteca está pagando.

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La defensa entendió que los hechos juzgados deben ser encuadrados como una falta por imprudencia leve y, en el caso de que la jueza condene al acusado por la comisión de un delito, la pena no debería alcanzar nunca los dos años de reclusión, con el fin de evitar su ingreso en la cárcel al carecer de antecedentes penales. Los familiares de las víctimas serán indemnizados por la compañía de seguros del vehículo.

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