![Solo 50 de los 362 municipios han crecido en población desde comienzos de siglo](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/pre2017/multimedia/noticias/201412/27/media/cortadas/Imagen%20KY0V0128--490x490.jpg)
![Solo 50 de los 362 municipios han crecido en población desde comienzos de siglo](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/pre2017/multimedia/noticias/201412/27/media/cortadas/Imagen%20KY0V0128--490x490.jpg)
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Luis Miguel de Pablos
Sábado, 27 de diciembre 2014, 11:50
Da igual que hablemos de 2014, que miremos de reojo a 2013 o que nos remontemos a 2004. Año tras año, el Instituto Nacional de Estadística nos sitúa por estas fechas en una realidad irrefutable que ningún partido político ni equipo de Gobierno ha podido discutir -mucho menos frenar- en las últimas décadas. El fenómeno de la despoblación ha pasado de ser una asignatura pendiente en Castilla y León a convertirse en una cuestión de Estado por mor de una crisis que ni mucho menos ha pasado de largo. Los 1.486 habitantes que ha perdido la capital en el último año se queda en anécdota al lado de la sangría sufrida desde el año 99, periodo que eleva la emigración a 8.669 habitantes.
El análisis de la despoblación, sin embargo, hay que trasladarlo al mundo rural para darnos cuenta de la realidad que viven un buen puñado de municipios de la provincia. Si detienen la lectura y echan un vistazo al gráfico que adorna este artículo en lo alto de la página se darán cuenta de pocos, muy pocos pueblos, han sumado población en la última década y media. Tan solo unos cuantos privilegiados consistorios, la enorme mayoría del alfoz, pueden frotarse las manos y presumir de cifras en sus respectivos censos. Hablamos, por supuesto, de municipios como Santa Marta de Tormes, Carbajosa de la Sagrada, Villamayor, Villares de la Reina e incluso Castellanos de Moriscos, que han experimentado un crecimiento notable desde que estrenamos siglo.
En este sentido, se lleva la palma Carbajosa de la Sagrada, que ha pasado de contar con 1.530 habitantes en 1999 a superar la barrera de los 6.000 (6.763) a 1 de enero de 2014, 124 de ellos en el último año. Lidera un crecimiento exponencial que, proporcionalmente, coloca muy cerca a municipios como Santa Marta, que ha pasado de 10.166 a 15.011 habitantes (+4.845) y a Villamayor, que se encuentra muy cerca de alcanzar los 7.000 habitantes (6.941), cuando hace quince años apenas sumaba 2.765.
Son estos tres casos los que más llaman la atención y los que mejor han sabido aprovechar su expansión territorial. Suelo próximo a la capital que ha llamado la atención de todos aquellos que han buscado aire fresco y alivio económico a pocos kilómetros de su trabajo. En este vagón habría que incluir otros municipios que también han crecido, si bien no al mismo ritmo que los citados anteriormente, caso de Cabrerizos, con 2.374 habitantes más desde 1999, Doñinos, con 1.191, Aldeatejada, con 1.048 más hasta llegar a los 1.673 que tiene en la actualidad, o Monterrubio de Armuña, que contabilizaba tan solo 442 en 1999 y ahora ya suma 1.319, 877 habitantes más.
Un puñado de municipios que son la excepción de una desbandada generalizada en prácticamente la totalidad de los pueblos de la provincia. Yes que de los 362 municipios que se encuentran repartidos a lo largo y ancho de la provincia salmantina, una mayoría casi aplastante se encamina durante la última década por una senda muy peligrosa demográficamente hablando, dado que perdieron habitantes, lo mismo que le sucedió a la capital.
Únicamente 50 de los citados 362 municipios arrojan algo de luz en este negativo balance, registrando aumentos de población con el año 99 como punto de salida. Si nos vamos extremo contrario, el panorama es desolador y preocupante para algunos municipios de apellido ilustre, caso de Béjar, que ha pedido 2.074 habitantes en los últimos quince años -329 en el último año-, Ciudad Rodrigo, que ha pasado de 14.502 a 13.209, o Aldeadávila, con 619 habitantes menos a 1 de enero de 2014 con respecto a los que tenía en 1999. Si nos ceñimos al diferencial del último año, Béjar ha perdido 329 habitantes, Ciudad Rodrigo 294 y un municipio como Fuentes de Oñoro 212 hasta situarse en la actualidad en los 1.141.
Otros municipios de especial peso, como Guijuelo y Peñaranda de Bracamonte, apenas han notado el fenómeno migratorio y se mantiene en cifras muy similares a las arrojadas hace quince años. Mientras el municipio chacinero suma ahora 689 habitantes más, en Peñaranda se han situado en la senda de los 7.000 (6.672), con 390 más que en el año 99.
Dentro del estudio, también hay margen para la anécdota como la que protagoniza el municipio de Salvatierra de Tormes, cuyo censo presenta la misma cifra de habitantes, 62, que ya registraba hace quince años.
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