Imágenes obtenidas de los negativos de Pepe Núñez .

Negativos de Pepe Núñez protagonizan el taller ‘La revelión de la fotografía’

maría jesús gutiérrez

Domingo, 16 de noviembre 2014, 13:36

El taller La revelión de la fotografía que durante este fin de semana se está desarrollando en San Miguel de Robledo dentro del curso Paisaje en cuatro actos impartido por Belén Rodríguez en Los Jardines del Robledo tuvo ayer un protagonista indiscutible: el fotógrafo Pepe Núñez y su trabajo de los años 50 y 60.

Publicidad

Su hijo, José Ángel Núñez, cedió a Belén Rodríguez «una caja de Farias llena de negativos de gran formato, de 6x6, en la que había unos 80» y que fueron revelados en la tarde de ayer, mostrando a la decena de alumnos que participaban en el curso imágenes de gentes y paisajes de Salamanca de los años 50 y 60. En ellas se podían ver charros, labores de campo, encuentros familiares..., un poco de todo.

El revelado, como explica Belén Rodríguez, se llevó a cabo con «un procesado tradicional de revelado analógico y después hemos utilizado dos procedimientos antiguos ligados a la técnica del papel salado, de principios del siglo XX». «Hemos elaborado nosotros mismos los materiales y hemos utilizado técnicas pictóricas de acuarelas y pigmentos», añadía Hernández, proceso que se realizaba antiguamente cuando las fotografías sólo eran en blanco y negro y los fotógrafos pintaban con acuarelas y pigmentos las ropas.

Imágenes que fueron reveladas en diferentes formatos, en 18x24 y en 10x12, y que tienen un gran valor por pertenecer a Pepe Núñez, de ahí el agradecimiento público que quiso realizar Belén Rodríguez por la gran generosidad de la familia de este artista.

Exposición

El encanto de las imágenes obtenidas es tal que la fotógrafa no descarta que en un futuro se pudiera realizar algún encuentro o exposición con estas fotografías, dado «el interés que siempre ha suscitado Pepe Núñez», aunque comenta que eso es tan sólo un deseo y que es la familia quién debe decidir el futuro de las imágenes.

Publicidad

El descubrimiento de lo que contenía la caja de Farias fue, quizás, uno de los momentos más atrayentes de la jornada, la cual se inició con una salida por el pueblo de San Miguel de Robledo para realizar imágenes en analógico y en digital. «Se ha hecho sobre todo imágenes de composición en blanco y negro de retratos, pero sin ser una fotografía al uso, puesto que nos hemos centrado en detalles como un piercing, un tatuaje... y también fotografía en movimiento», comenta Rodríguez, que apostillaba que «se puede decir que éste es el taller más creativo del curso Paisaje en cuatro tiempos.

Las fotografías realizadas en la mañana de ayer serán las que se utilicen hoy para llevar a cabo otra parte del taller, la edición en RAW.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad