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MARÍA JESÚS GUTIÉRREZ / WORD
Viernes, 7 de noviembre 2014, 11:56
Tan sólo lleva un año matando novillos y Alejandro Mora lo tiene muy claro. Ha abandonado su casa en Plasencia y la tranquilidad del campo que tanto le gusta, donde disfruta montando a caballo, para venirse a la ciudad del Tormes con el fin de prepararse en la Escuela de Tauromaquia de Salamanca y ser torero.
Tiene 18 años y una familia que comprende bien su afición, su abuelo fue novillero y quién le metió el gusanillo de los toros en el cuerpo, y su tío -Juan Mora- matador de toros. Tanto su padre como su madre le acompañan siempre al ruedo, «aunque mi madre algunas veces se ha salido de la plaza, porque no he tenido suerte con los novillos, eran malos», comenta Alejandro Mora, que recalca que aunque su madre lo pasa mal, le gusta mucho el mundo del toro, «es una enamorada del campo», afirma. Su hermana, de 23 años, también le suele acompañar.
Aunque los padres de Alejandro Mora le han pedido que lo deje, «porque éste es un mundo muy difícil, ya que aparte de torear es una profesión complicada y nunca se sabe si se va a llegar», son conscientes de que el toro es lo que le gusta a su hijo, pero aún así le aconsejan que tenga un respaldo en los estudios.
«Ellos saben lo que me gusta y lo aceptan, y yo les he dicho que no me pregunten más, que cuando yo quiera dejarlo se lo diré», asegura Mora, a la vez que añade que «yo no tengo otra cosa en la cabeza que los toros». Y con el objetivo de ser torero se ha venido a vivir a Salamanca y a prepararse para ello.
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