Nuevos pasos para recuperar la vía férrea de La Fuente a La Fregeneda

La Asociación de Frontera Tod@vía comenzó ayer sus actividades como siempre con el claro objetivo de recuperar turísticamente la vía férrea en el tramo comprendido entre La Fuente de San Esteban y La Fregeneda, y lo hizo con la convocatoria de dos jornadas facenderas que se centran en el tratamiento de madera contra la intemperie para su colocación en el puente de los Poyos, iniciativa que se enmarca en el proyecto patrocinado por la Fundación Telefónica con 4.829 euros y que es una acción de voluntariado ciudadano ante la inoperancia de las administraciones públicas con este trazado ferroviario.

Para los integrantes de Tod@vía «es tiempo de facendera, de ir de villa para compartir trabajo solidario en arreglar un bien común».

La actividad se desarrolló en la Carpintería Pablos, en la calle Las Cruces, de Lumbrales, desde las diez de la mañana hasta la conclusión del trabajo, sobre las cinto de la tarde.

Además, los participantes en esta iniciativa pudieron aprovechar una parada intermedia del trabajo para compartir comida, que ellos mismos llevaron desde su casa para fomentar las relaciones y convivir de una manera distinta a la de estar trabajando. Para participar en esta actividad no se ha pedido ni exigido ningún tipo de experiencia, pero lo que sí hicieron desde la asociación fue explicar cómo se distribuía el trabajo, repartir material, como por ejemplo guantes, y sobre todo darle las indicaciones oportunas para que tengan cuidado.

Tal y como informaron todos los que allí se presentaron para recuperar dicho puente, «o hemos pasado en grande, y sobre todo hemos ayudado a que algo tan bonito se recupere para que pueda ser disfrutado por mucha gente, siempre podremos decir que nuestro trabajo contribuyó a reparar un bien de interés cultural en la provincia salmantina», explicaban.

Finalmente, lo que trata de hacer la asociación Tod@vía es poder concluir el viaducto de Los Poyos, para completar así un circuito que tiene un trayecto de 7,5 kilómetros, con tres puentes y seis túneles. De esta forma, se posibilita que este puente con categoría de monumento pueda ser visitado por turistas con total seguridad, sin riesgos de sufrir ningún accidente y que en un futuro no muy lejano pueda incluso llegar a crear un yacimiento de empleo en este desierto demográfico.

Por otro lado, hay que señalar que ésta no es la primera vez en la que se lleva a cabo labores de tratamiento de las traviesas que forman parte de la vía férrea, ya que el pasado mes de febrero un grupo de voluntarios prepararon las tablas para el puente de Los Riscos con la aplicación de una pintura de tratamiento de exterior. Una jornada en la que quedaron dispuestas más de 360 tablas y en la que los voluntarios afirmaban que «estamos cada día más cerca de poder disfrutar todos de este Patrimonio Cultural, desplazándonos a través del bosque hueco del Campo Charro y del paisaje roto de Las Arribes sin tener que arriesgar la Ví(d)A, en el mejor viaje que puedas imaginar».