Los vecinos caminando junto a la imagen de la Santa.

La marcha teresiana cruza Aldeaseca de la Frontera y hoy llegará a Alba

Cecilia Hernández

Sábado, 20 de septiembre 2014, 12:33

La Comunión de los Higos en Aldeaseca de la Frontera estuvo más desangelada que otros años. Quizás esa sea la mejor palabra para definir la sensación de los peregrinos, desangelar, quedarse sin su ángel e impulsor, Eladio Briñón, quien, por casualidades o no- de la vida, murió precisamente en estos días en los que la Marcha Teresiana, su marcha, cruzaba las tierras vallisoletanas para entrar en Salamanca por Cantalapiedra, seguir por Palaciosrubios y llegar a Aldeaseca, como llegó Santa Teresa en la noche del 19 de septiembre de 1582 procedente de Medina del Campo, enferma y cansada en su último viaje, para recibir de alimento tan sólo unos higos.

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A la misma hora prácticamente en la que los peregrinos celebraban ese momento en la plaza aldeasequina, Briñón era enterrado en Alba de Tormes. Singular paralelismo entre la vida y la muerte de Santa Teresa y de uno de sus mayores fieles y devotos, quien creara hace 34 años esta marcha para recordar el último viaje de la andariega y quien consiguiera, junto al entonces párroco y hoy vicario general de la Diócesis, Florentino Gutiérrez, que el papa Juan Pablo II visitara Alba de Tormes en 1982, con ocasión del cuarto centenario de la muerte de la Santa.

Tristemente, Eladio ya no podrá ver la visita de otro papa, Francisco, en este caso, a su pueblo. Visita que, según apuntan todas las informaciones, se producirá en la primavera próxima para conmemorar el quinto centenario del nacimiento de Teresa de Cepeda y Ahumada, que murió en Alba de Tormes el 5 de octubre de 1582, pocos días después de su paso por el municipio de Aldeaseca de la Frontera.

Los peregrinos ayer tuvieron por tanto que repartirse. Algunos continuaron la marcha, como el mismo Eladio Briñón hubiera querido, mientras que otros tantos se marcharon a Alba para asistir a su funeral y entierro.

Por ello, la tradicional Comunión de los Higos contó con menos asistentes que otros años, aunque muchos aldeasequinos se unieron a la actividad y acompañaron a los peregrinos hasta Nava de Sotrobal, a través del camino del monte Araúzo, la misma ruta que siguió la Santa.

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Finalmente, allí en la Nava celebraron misa y y el tradicional festival de los peregrinos, tras el que descansaron en el salón multiusos del municipio, para emprender hoy el camino que los lleve, a través de Garcihernández, Coca de Alba y Peñarandilla a Alba de Tormes. Siempre en la víspera de San Mateo, como llegara Santa Teresa a la que habría de convertirse en su última morada.

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