Devoción y bailes en Garcibuey

Tradición, ese es el epicentro de las fiestas patronales de Garcibuey, que, como todos los años, se celebran en honor al Santísimo Cristo del Humilladero. Y tradición es también la palabra que mejor describe los actos que el pueblo dedica a su patrón durante estos días. Sin duda, el día principal de las fiestas fue ayer, jornada en la que se honró al Cristo con una misa, seguida del ofertorio acompañado de bailes folclóricos.

Eran las doce de la mañana cuando los vecinos se dispusieron a salir de sus casas vistiendo sus mejores galas tal y como la ocasión lo merecía, y así se dirigieron hasta la iglesia de Garcibuey donde se llevaría a cabo una eucaristía por el párroco de la localidad que duró cerca de una hora y donde los fieles pudieron ofrecer su devoción al Cristo del Humilladero. La gaita y el tamboril acompañaron en todo momento esta cita, la posterior procesión y el ofertorio.

El ritual tuvo las mismas características que en años anteriores y tras la liturgia, la imagen fue portada a hombros por cuatro veteranos recorriendo así numerosas calles hasta ser trasladada al frontón en el centro de Garcibuey, donde una larga cola de devotos ofrecieron a la imagen sus dotes.

En este sentido, los bailarines danzaron un par de sones ante el Crucificado que más tarde fue llevado de nuevo a su ermita en la entrada del pueblo serrano. Y las danzarinas más pequeñas recitaron algunas ofrendas con micrófono y papel en mano, demostrando a los allí presentes que las nuevas generaciones vienen pisando fuerte y son educadas para seguir con las costumbres que los antepasados de este lugar han procesado a su patrón «con gran cariño y amor».

Para finalizar una mañana de sol y agradables temperaturas, se celebró un convite a cargo de los mayordomos al que estuvo invitado todo aquel que pasó por allí y en el que se comieron y bebieron algunos aperitivos y refrescos.

La jornada festiva siguió ya por la tarde con castillos hinchables en el frontón para que los más pequeños lo pasaran en grande. Ya a las 19:30 horas una actuación del grupo Esfinge con su comedia Aquí sobra este cura divirtió a todos para concluir con una verbena que tocó un amplio repertorio hasta altas horas de la madrugada.