Minuto de silencio en Aldeadávila de la Ribera por la pérdida de un joven

«El corazón de las Arribes» como Miguel de Unamuno denominó a Aldeadávila de la Ribera dio ayer por finalizadas sus Fiestas del Toro en honor a San Bartolomé.

Y lo hizo con un final agridulce, por el fallecimiento de un joven de 36 años muy querido en la localidad en la madrugada del miércoles por causas naturales; lo que llevó a la peña encargada de organizar este año el tradicional celebrar el Entierro de la Sardina -la Peña Winner- a suspenderlo. Los asistentes al encierro de ayer también quisieron rendir homenaje a su querido vecino con un minuto de silencio.

Un final de fiestas en el que la diversión, la música y el colorido fueron los protagonistas pero por desgracia, en este caso, la tragedia puso el punto amargo.

Después de ocho días de festejos, Aldeadávila puso el punto y final a unos días en los que las peñas son las grandes protagonistas.

Para algunos como Judith Sánchez, integrante de la peña Malybú, lo mejor de las fiestas es «el ambiente que dan las peñas» así como «las mañanas acompañando a la charanga», pues según esta joven, «aunque haya una verbena muy mala la charanga siempre lo arregla». Judith cuenta que la plaza de Aldeadávila es muy peculiar y las corridas tienen su encanto, ya que a pesar de no ser redonda -no se sabe la forma que tiene- la gente disfruta viendo los toros incluso sentados en un trozo de periódico dentro del propio ruedo.

Por su parte, la concejala de Festejos, Soledad Sánchez, en su balance general, ha afirmado que no ha habido ningún problema reseñable, a pesar de lo ocurrido durante los primeros encierros, y afirma que a la gente lo que le gusta también es «el espectáculo». Respecto a las actuaciones, Sánchez ha destacado la de Chifo canta con nosotros que tuvo lugar el pasado miércoles día 20 en el que «niños y padres no dejaban de prestar atención en todo momento».

Respecto al encierro infantil realizado el día 21, la concejala cuenta que tuvieron que hacerse varios grupos por edades debido a la gran cantidad de gente que participó. Y en cuanto al parque infantil, también hubo una gran afluencia de niños, puesto que la empresa tuvo que colocar dos hinchables más para que los pequeños no se aburrieran mientras esperaban su turno.

Por otro lado, la Primera Ruta de Bares, organizada por las peñas y por algunos de los bares del pueblo, obtuvo una gran acogida, así que seguramente se repita en años posteriores. La cantidad de gente que acude a las fiestas es una parte importante tanto para los negocios hosteleros como para el ambiente que se forma en las calles. En palabras de la concejala de Festejos, ha habido gente más o menos como siempre pero en las novilladas «ha habido días que no se ha llenado la plaza».

«Desde el Ayuntamiento lo que queremos es que las fiestas salgan bien, sin incidentes», señala finalmente Soledad Sánchez.

Encierro

Respecto a la jornada de ayer, el último encierro de las fiestas fue sin duda alguna el mejor de los cuatro. Como es habitual, los toros fueron a un ritmo más lento hasta llegar a San Marcos, y una vez allí echaron alas detrás de todos los que se animaron a correrlo. Fue el mejor encierro porque, como debe ser, cabestros y novillos entraron juntos a la plaza y fue posible encerrarlos en los toriles sin problema alguno.

La corrida de por la tarde a cargo de la ganadería de Raquel Rodríguez de Valrubio, fue muy buena, a pesar de que no hubo ningún trofeo. El primero de los astados fue muy bueno y el resto no pudieron verse torear bien porque el viento no dejaba confiar en ellos.