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José Miguel Ortega
Valladolid
Viernes, 29 de noviembre 2024, 17:27
Los aficionados entrados en años se acordaran de él, pero seguramente los más jóvenes no tendrán noticia de que en el fútbol español hubo un entrenador realmente extraordinario que consiguió muchos títulos nacionales e internacionales, especialmente el de ser el primer técnico que fue campeón de Europa con un club, el Real Madrid, y con una selección nacional, España.
Estamos hablando de José Villalonga Llorente (Córdoba 1919 – Madrid 1973), militar de profesión y apasionado de la educación física que no tuvo una relación profesional con el fútbol hasta 1949, cuando sacó el título de entrenador, siendo tres años después contratado por el Real Madrid para formar parte del cuerpo técnico y específicamente para supervisar la preparación física del primer equipo blanco.
Un puesto cómodo y tranquilo que no pasó desapercibido para don Santiago Bernabéu cuando tomó la decisión de cesar al uruguayo Enrique Fernández en diciembre de 1954 y colocar en su puesto a Villalonga con no pocas reticencias por parte del resto de directivos al entender que carecía de experiencia para una misión tan comprometida.
Los conocimientos técnicos y la personalidad del entrenador cordobés no tardaron en dar sus frutos y los de 'Chamartín' ganaron con él en el banquillo dos Ligas, la 1954-55 y la 1956-57, dos Copas Latinas en 1955 y 1957 y las dos primeras Copas de Europa del conjunto blanco, en 1956 y 1957.
Pese a un balance tan brillante, el Real Madrid fichó al argentino Luis Carniglia y Villalonga fue contratado por la Federación Española para entrenar a la selección juvenil y supervisar la preparación física de la absoluta, un trabajo bueno pero sin la repercusión mediática que había tenido durante su etapa en el Madrid…hasta que en 1959 le llega una oferta para hacerse cargo de la Secretaría Técnica del Atlético de Madrid sin soñar siquiera con que en un par de meses volvería al banquillo, pues Fernando Daucik fue destituido y reemplazado por Villalonga a cuyas órdenes los rojiblancos ganaron dos Copas del Generalísimo consecutivas (1960 y 61) y 1 Recopa Europea en 1962, a costa de la Fiorentina.
La Federación echaba de menos al técnico cordobés y tras el éxito continental conseguido por el Atlético le ofreció el cargo de seleccionador nacional con el objetivo de preparar la Eurocopa de 1964, cuya fase final tendría lugar en nuestro país. Las cuatro selecciones que llegaron al momento de la verdad fueron la Unión Soviética, Dinamarca, Hungría y España, ganando el billete para la final rusos y españoles que derrotaron a húngaros y daneses, respectivamente.
El partido para el tercer y cuarto puestos se disputó el 20 de junio de 1964 en el Camp Nou con el resultado de Hungría 3 – Dinamarca 1, mientras que al día siguiente en el Santiago Bernabéu se encontraron la URSS y España con un papel de favorito para el conjunto soviético, que era el vigente campeón de este torneo cuya primera edición, en 1960, había tenido su fase final en Francia, disputándose el título en el Parque de los Príncipes de París los rusos y los yugoslavos, con triunfo apretado de los primeros por 2-1.
Tenían los soviéticos una cierta fama de invencibles por aquellos años, entre otras razones porque en la portería estaba Lev Yashin, apodado 'La araña negra', tanto por sus paradas inverosímiles como por el color de su uniforme. Pero Villalonga supo minimizar la clara superioridad física de los rivales y exprimir la mejor condición técnica de sus jugadores, para ofrecer una dura resistencia al rival y una emocionante actuación a los casi 80.000 espectadores que llenaron las gradas del Bernabéu a pesar de que el encuentro fue ofrecido en directo por TVE…en blanco y negro.
El fuerte ritmo impuesto por el equipo español encontró recompensa muy pronto, a los 6 minutos con un gol obra de Pereda, jugador del Barcelona que, por cierto, había militado en la filas del Real Valladolid en la temporada 1958-59, erigiéndose en pieza clave del ascenso del conjunto blanquivioleta a Primera División.
El público, enfervorizado con el tanto de Pereda, apenas pudo disfrutar de la sensación de estar por delante en el marcador ya que dos minutos después el extremo izquierdo Jusainov batía a Iribar estableciendo la igualada en el marcador que se mantendría durante muchos minutos e hizo pensar en una prórroga para decidir el titulo de campeón.
Así, con emoción y sufrimiento en las gradas y frente a los televisores de todo el país, se entró en el tramo final del encuentro, minuto 84, en que llegó el que probablemente sería el gol más famoso de la historia de nuestro fútbol. El testarazo del ariete del Zaragoza, Marcelino, que batía a Yashin y llenaba de orgullo a millones de españoles porque aquel triunfo no solo tenía un componente deportivo, sino también una carga política por todo lo que representaba el comunismo en España por aquellos años.
Por cierto, las crónicas dijeron que el centro a la cabeza de Marcelino había salido de las botas de Amancio, pero la verdad es que fue obra de Pereda. Los protagonistas de aquel histórico partido fueron, con el árbitro inglés Arthur Holland, Iribar; Rivilla, Olivella, Calleja; Fusté, Zoco; Amancio, Pereda, Marcelino, Suárez y Lapetra por el equipo español y Yashin; Shustikov, Shesterniov, Múdrik, Anishkin; Voronisov, Korneyev; Chislenko, Ivanov, Ponedelnik y Jusainov por el soviético.
Tres años después de aquella gesta José Villalonga pasó a dirigir la Escuela Nacional de Entrenadores y a impartir su docencia en el primer INEF del país, en Madrid. En 1973, sufriría un infarto de miocardio que le ocasionó la muerte a los 53 años de edad.
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