Bruno Mazziotti posa en el césped del estadio José Zorrilla. Alberto Mingueza

Bruno Mazziotti, gerente global de fútbol del Real Valladolid

«Vamos a solucionar lo de Pezzolano, está obsesionado con triunfar acá»

El nuevo hombre fuerte de Ronaldo regresa al club «tras corregirse» cosas que no le gustaban y con un trabajo «a medio plazo»

Juan J. López

Valladolid

Jueves, 29 de febrero 2024, 00:07

Bruno Mazziotti asegura que es de los que va «de frente» –quizá uno de los motivos que le llevaron a dejar el Real Valladolid en 2022 tras un exitoso ascenso–. Su regreso, convertido en el nuevo hombre fuerte de Ronaldo, lo explica en «las ... correcciones» que ha habido en la entidad, y la confianza que ha depositado en él Ronie, con el que puede «hablar de trabajo» sin ser un mero adulador o uno de «los cientos de 'amigos'» que tiene 'O fenômeno'. Su cargo, que trata de explicar en la entrevista, gerente global de fútbol del grupo empresarial de Ronaldo en el Real Valladolid, le convierte en una de las cabezas visibles, y busca, «en resumen», convertirse en un «conector» de todas las áreas del club para «maximizar» su funcionamiento.

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Su llegada, lejos de ser interina, deja atrás la vida de hotel en la ciudad en su anterior etapa; o los continuos viajes a Brasil para ver a su familia. En esta ocasión, Bruno –ex del PSG, Arsenal o Corinthians–, llega con la maleta completa, su mujer, su hijo y un piso en el centro, porque le gusta «pasear» y [«¿Cómo lo llamáis? –interrumpe–] «lo de las tapitas». Su primera medida, con menos de una semana de estancia en Valladolid, una máquina de café en la zona de vestuarios de la que saca su primer 'Nespresso' antes de sentarse.

–¿Qué tal el regreso a Valladolid? ¿Se ha encontrado todo muy cambiado?

–Muy bien. Muy ilusionado y con muchas ganas de trabajar con gente que dejé aquí y con otra, como el míster, con el que coincidí en el Cruzeiro. Llevo una semana, vi al equipo con el Oviedo, y creo que estamos en una línea buena.

–Pezzolano y Oviedo en la primera respuesta. ¿Qué pensó cuando escuchó los gritos de aficionados contra el entrenador, pese a que el equipo estaba goleando al rival?

–Pregunté y quise recabar toda la información para asegurarme de lo que estaba pasando. Aún estoy haciéndolo, porque acabo de llegar.

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–¿Y cuál es su lectura?

–Que la afición viene de un desencanto muy fuerte, como lo es el descenso, y que esas sinergías cuesta cambiarlas. Pero conozco la personalidad de Pezzolano. Es un chico que trabaja mucho, ya lo vi en el Cruzeiro, y vamos a solucionarlo, porque él está obsesionado con triunfar acá.

–Desde fuera y como recién llegado, ¿no cree que la losa del descenso es demasiado pesada para el técnico, y quizá habría que haber optado por un cambio?

–¿Por qué? Eso no te asegura nada, y voy a poner varios ejemplos de mi experiencia personal. En el PSG, con un equipazo, Neymar, Mbappé... Nos quedamos en los octavos de final de la Champions, y se pedía la cabeza de Tuchel. ¿Qué se hizo? Confiar en él y aprender de los errores. Al año siguiente ganamos todo y fuimos finalistas de la Champions. Lo mismo me pasó con Arteta en el Arsenal. El primer año quedamos décimo terceros en la Premier, y mira ahora dónde tiene al equipo. Me acuerdo de una conversación con Mikel –por Arteta–, que me preguntaba que yo que había estado en varios equipos exitosos, qué cuál era el denominador en todos ellos, y le contesté lo mismo que veo ahora en Paulo: compromiso, trabajo y confianza.

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–Justo con su llegada, el club lanza un vídeo en el que se ve al Pezzolano más humano y su relación cercana con los jugadores y familiares en los momentos previos al Oviedo. Está claro que forma parte de un cambio de comunicación.

–Sí, pero yo no sabía nada. Estaba en el campo, pero no bajé, porque no era oficial mi llegada. Pero me dije, qué bueno, qué buena acción. Es una acción que conecta a todos, incluso, demuestra que la relación de los jugadores es muy buena, y esto genera confianza y un sentimiento de que algo está pasando, pero para bien. En el momento que tú empiezas a crear la relación directa con la afición, esto genera un sentimiento donde todos podemos estar juntos en la misma dirección. Sé lo importante que fue el apoyo de la gente dentro de la cancha cuando logramos el ascenso, y eso te garantiza generar emociones buenas. Los jugadores se contaminan con buenos sentimientos, y el entrenador también. Yo siempre he vivido en la cancha y es importante mostrar esto. Es un paso adelante. También puede pasar que mostremos en algún momento que nos estamos equivocando.

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–¿Se ha equivocado mucho el Real Valladolid en los últimos años?

–Nos equivocamos con la comunicación. Tenemos que alinear la expectativa ahora con la realidad que tenemos, eso es lo más importante. No tengo problema en empezar ahí abajo, pero tenemos que empezar unidos ahí abajo para ir creciendo cada día. El problema lo tengo en no trabajar para crecer. Volviendo a mi vuelta, ahora creo en un proyecto en el que estamos trabajando para eso. Si lo logras, es otra cosa, pero en la realidad del día a día, yo tengo que mirar que estamos mantiendo acciones coherentes con lo que pensamos. Esto pasa, y por eso estoy acá otra vez. Tuve un momento que no lo hacía y me fui. Ahora creo y retorné, y así lo he hecho siempre en todos los clubes en los que he estado. Las decisiones van tomadas en esta dirección. Para la gente de Valladolid, la comunicación no estaba alineada con la expectativa. El objetivo es dejar al Real Valladolid en Primera jugando y jugando y jugando. Cuanto más se juega en Primera División más cerca se está de jugar competiciones europeas. Es un paso que hay que dar.

–No hable de competiciones europeas... A Ronaldo le ha podido jugar una mala pasada hablar de Europa nada más llegar.

–Yo creo que no fue un error. Su querer está ahí. Como exjugador que ha competido al más alto nivel, quiere dejar al Real Valladolid en esta posición, pero nosotros tenemos que alinear la expectativa ahora con la realidad que tenemos, y la realidad es trabajar para subir en una competición que es muy larga y para la que nos hemos reforzado muy bien.

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–Parece que el mercado invernal ha funcionado, pero eso también denota que quizá equipo estaba cojo desde verano.

–O no. Quizá Domingo –por Catoira– lo que ha hecho ha sido elevar la calidad del grupo, que lo ha hecho. El futbolista tiene que tener competencia y ahora la tiene. En los partidos que he visto, el equipo es muy sólido atrás, pero también genera mucho. Está en crecimiento, y tiene alternativas.

–Es capaz de marcharse, y de ser repescado de nuevo, e incluso, como uno de las personas más importantes ahora en el club. ¿Tanto peso tiene para Ronaldo?

–No me gusta lo de más o menos importante que los demás. Aquí todos hacen un gran trabajo y son excelentes profesionales. De hecho, ese es un cambio con respecto al club de hace años. Hay profesionales especializados en sus áreas. El trabajo de Domingo, de Paulo André, que sigue ahí y con el que estoy en contacto, de Matthieu... Y con respecto a Ronaldo, desde que le conozco le he dicho las cosas como son, como ya hice cuando me fui. Soy muy directo. Él ya tiene muchos 'amigos', y yo siempre he tratado de diferenciarme en eso. Si tengo que mandarle un 'whats', lo hago, pero sé perfectamente donde entra el Ronaldo propietario y el Ronaldo amigo.

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–¿Cómo ha sido el cambio de Ronie desde aquel futbolista dañado que conoció al directivo actual?

–Siempre dice que ahora no tiene la capacidad de decidir lo que sucede. Antes en el campo, todo dependía de él, y ahora tiene que delegar. Quizá es lo que peor lleva, y sufre muchísimo. También su sufrimiento con las lesiones le ha hecho más fuerte para superar los malo momentos, y no se rinde nunca...

–Como para vender y olvidarse si las cosas van mal, ¿no?

–No. Yo no he escuchado la palabra venta nunca, y no he aceptado el cargo para unos meses. Mi llegada forma parte de una estrategia a medio y largo plazo. El fútbol ha cambiado y los grupos dan estabilidad financiera a los clubes. Ahí está el caso del Girona o de otros clubes históricos como el Newcastle. No solo pasa en Valladolid, y aquí Ronaldo y el grupo se han dado cuenta de que hay que exportar esa idea, pero respetando el carácter de Valladolid y sus aficionados. Se han cometido errores, pero ya sabemos, por ejemplo, que no todos los jugadores del Cruzeiro pueden jugar o adaptarse a Valladolid o a la cultura española, y lo mismo al revés. Eso no significa que no vaya a haber intercambios y una relación fluida.

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