El Valladolid Promesas da de merendar a la afición

El partido olía a bonito, con una grada llena, mucha animación de la parroquia abulense, y ganas de echarse algo a la boca después del nuevo fiasco en el Real Valladolid-Osasuna; la afición pucelana salió del Zorrilla en ayunas, sin nada que comer, y saltó a los Anexos con la esperanza de marcharse a casa con la merienda en el estómago. No vamos a decir que se viera un fútbol de academia, pero sí un juego con emoción, acciones de gran belleza y tensión hasta el pitido final del árbitro; en los largos minutos de prolongación, de las gradas de los Anexos salieron palmas de ánimo al Real Ávila, en busca del empate, y gritos de Pucela, Pucela, Pucela, que ya es mucho decir en un año nefasto para la afición blanquivioleta.

Saltó bien plantado al campo el Real Ávila, que montó de salida una contra muy clara que Babucarr desperdició por un exceso de inocencia. Respondió el Promesas, que se acercó con un buen balón de Koke a Delgado, quien salvó al portero y al quedarse sin ángulo buscó a un compañero que no encontró; más tarde marcó con el banderín del asistente en alto. Un aviso que avanzó el campanazo del 1-0, un golazo de pañuelos en otros tiempos; empezó la jugada Koke desde el lateral derecho, metió la pelota por el callejón del ocho, la paró Arnu para la llegada de frente de Xavi Moreno, que prolongó a la banda contraria hasta Mario Sesé, que aplicó el recurso tan de moda del centro con el exterior para la entrada como un búfalo de Delgado, que cabeceó a la red. Un ataque en diagonal de punta a punta con cinco toques para el gol.

Jorge Delgado está de dulce, tras renovar con el club y convertirse en el primer 'fichaje' de la próxima temporada, merodeó en su zona de caza y se aprovechó de un despiste de la defensa del Ávila; un regalo que el de Móstoles no perdonó para poner el 2-0. Llaman la atención los números de Delgado, quince goles, frente a los de Arnu, que solo ha cantado un gol en esta Liga, precisamente en el Adolfo Suárez.

Miguel de la Fuente no esperó más para mover ficha. Retiró a Adilson, que había visto una amarilla, y metió por dentro a Martín para dejar la banda a Toper. No le sirvió de nada, ya que fue el Promesas el que se acercó al terfcero con disparos de Maroto y Verde que salvó bien De Pablo, mientras que el Ávila solo se asomó con una falta de Rivas que entendió muy bien Fer Pérez.

Ya en la segunda parte, el Ávila buscó más posesión de balón con las entradas de Caio Lopes y William de Camargo, pero fue otra vez el Promesas el que metió la directa, con un misil raso de Maroto que escupió la cepa del poste. Del posible 3-0 se pusó al 2-1 real, el Ávila lanzó un córner, Fer Pérez midió mal la trayectoria del balón y Doumbia cabeceó en el segundo palo.

El partido entró en otra dimensión. Xavi Moreno pudo recuperar la distancia de dos goles, pero eligió mal el palo a chutar, Naira tampoco encontró portería tras una acción individual, y el desenlace se enganchó en el alambre en el minuto 90, con los ánimos tensos con muchas amarillas, y un gol anulado a Llopis en el 92 por un fuera de juego imposible de ver en el enjambre de jugadores que poblaban el área. Munárriz silbó tres veces, el Promesas se quedó con los tres puntos y el césped y la grada estallaron de alegría, aunque todavía hay trabajo, falta un punto para sellar la permanencia y le esperan Numancia y Compostela.