El Valladolid cae, pero da la cara ante un Primera

Arrancó el Pucela con Sulayman en el medio centro. Y se notó su presencia. El africano es un prtoento físico, y en cuanto mejore algunos detalles que no le convencen a Luis César será una nueva alternativa para el centro del campo. A partir de la fortaleza del gambiano, el Valladolid dominó al Leganés con su juego predecible pero tan difícil de defender si no estás bien metido en el partido. Pero el Lega es de Primera por algo, y con aparente calma, sin grandes aspavientos, fue calmando la fogosidad blanquivioleta.

El Pucela tenía dos problemas: la presión rival le ahogaba y el control de los pepineros, su juego pausado, le agotaba. Así que decidió dar un paso hacia adelante a través de que Cotán y Sergio Marcos se retrasaran unos metros y con ellos encontraran más espacios para abrir el balón hacia Hervías y Gianniotas. Pero eso dejaba los consabidos espacios atrás, y el Lega empezo a ver que a la contra acabaría pescando. Pero se pasó de rosca y el que empezó a llegar fue el Valladolid, que acumulaba ocasiones. SIn eficacia, pero ocasiones. Muy claras las de Cotán y Gianniotas, que pecaron de individualistas.

La incógnita de la segunda parte había, por tanto, que despejarla. Y en 90 segundos se despejó con el gol de los visitantes. Movimiento de Konés que se desembarazaba de los dos medios centros, apertura de Naranjo a Diego Rico y golpeo duro del lateral que se traga Becerra.

No se arredró el Pucela ante el tanto y quiso mantener su filosofía. Fruto de ello fue una falta provocada por Gianniotas, que el griego se encargó de poner en el área para que Cotán la pusiera, de maravillosa parábola, en el fondo de la red de un despistado Champagne.

Vuelta a empezar, pero con 40 minutos por delante. Pero ahora el Leganés tenía otra pinta. El gol, el cuarto que encajan en la temproada oficial, pareció irritarles y subió la línea de presión para hogar la salida y, en especial, el juego de Cotán, que era el hombre que desequilibraba a los madrileños. Sin resultados. El ex del Sevilla Atlético siguió gobernando el partido y las ocasiones rivales solo nacían, y con cuentagotas, de los errores pucelanos.

El último cuarto de hora estuvo mediatizada por los tres cambios en bloque del Pucela. La entrada de Mata, Toni y Plano pretendía cambiar la fisonomía del equipo para el arreón final, pero no fue posible porque un balón perdido volvió a penalziar al equipo.

El partido, al menos, deja la certeza de que el equipo compite siempre y permitió ver como jugadores como Cotán, Calero o Sulayman tienen sitio en el primer equipo.