Secciones
Servicios
Destacamos
José Miguel Ortega
Valladolid
Jueves, 4 de febrero 2021, 07:24
Eduardo Endériz y Julio César Benítez, integrantes de la famosa Operación Saso en el verano de 1959, fueron los dos primeros jugadores uruguayos en recalar a orillas del Pisuerga. 61 años después, otro compatriota suyo, Lucas Olaza, se convierte en el número 25 de los futbolistas de aquel país en vestir los colores del Real Valladolid.
Llama poderosamente la atención que un país pequeño, con poco más de tres millones de habitantes, sea el mayor productor de futbolistas por metro cuadrado, seguramente porque hace frontera con Brasil y Argentina, dos primerísimas potencias mundiales en el arte de darle patadas a un balón.
Uruguay fue, además, el primer campeón del mundo, en 1930, y el autor del célebre Maracanazo, cuando batió a Brasil en la final del Mundial de 1950, en el gigantesco estadio de Maracaná, hundiendo en el desconsuelo a un país cuya capital entonces, Río de Janeiro, tenía el doble de población que todo el territorio uruguayo. Fueron dos hechos que marcaron para siempre el gen futbolístico de una nación que ha calado hondo en la historia blanquivioleta.
Benítez, uno de los mayores talentos que ha tenido el Real Valladolid en toda su historia, solo duró aquí una temporada en la que jugó 28 partidos y marcó, pese a ser defensa, cinco goles, pero su compañero de viaje, Eduardo Endériz, sí dejó una profunda huella de su valía, especialmente en la primera etapa, cuatro temporadas en Primera División, antes de su periplo por el Zaragoza, Barcelona y Sevilla. En las ocho campañas que vistió de blanquivioleta, Cacho Endériz disputó 200 partidos oficiales y marcó 46 goles.
Poco después que él llegó a Zorrilla, procedente del Wanderers, Mario Pini, un defensa central muy seguro y eficaz, sobre todo en el juego aéreo, que siempre fue titular durante las tres temporadas que estuvo aquí, antes de prolongar su carrera en el Mallorca y el Sabadell. Con el Valladolid disputó 76 choques y dejó un gran recuerdo personal y profesional.
Ramón Martínez fue el responsable de la llegada de otro fenómeno uruguayo, en el mercado de invierno de 1983: Jorge Orosmán Da Silva, que venía del Defensor de Montevideo, y que con solo 19 años y el mote de 'Polilla' aportó en solo dos temporadas y media 32 goles en 84 partidos, 17 de ellos en la 1983-84, que le sirvieron para ser pichichi de la Primera División española. Con él en el equipo, el Valladolid consiguió su único título oficial, la Copa de la Liga.
Excelente también el rendimiento que tuvo otro joven valor, éste procedente del Nacional de Montevideo, Alfredo Amarillo, que vino como extremo y triunfó como lateral izquierdo para, después de disputar 88 encuentros oficiales durante tres temporadas en el viejo estadio, fichar por el Barcelona.
Con el aval de sus 38 internacionalidades y la conquista de la Copa América con los celestes, Álvaro Gutiérrez ha sido otro de los uruguayos de grato recuerdo por estos lares, pues disputó 76 partidos en algo más de tres temporadas, siendo especialmente brillante su rendimiento cuando estuvo a las órdenes de Vicente Cantatore.
Con menos presencia en las alineaciones, hubo otros charrúas que igualmente dejaron su impronta en el conjunto vallisoletano. Por ejemplo Germán Hornos, que llegó cedido por el Sevilla en 2004 con la vitola de haber sido máximo goleador del la Liga Uruguaya dos años antes. En los tres primeros meses con el Pucela jugó 16 partidos y marcó 8 tantos, pero el día de Navidad, cuando estaba de vacaciones en Montevideo, sufrió un gravísimo accidente de automóvil que hizo temer por su vida.
Aunque parecía imposible que pudiera volver a jugar, se esforzó para disputar varios meses después dos partidos con el Promesas y siguió intentándolo después en otros equipos uruguayos, franceses y chilenos, colgando las botas en 2012.
Procedente del Nacional de Montevideo, internacional y mundialista con su país, Jacinto Cabrera militó dos campañas en el conjunto vallisoletano interviniendo en 52 partidos, con una aportación de 8 goles.
Hubo otros internacionales con la selección uruguaya que también pasaron por el césped de Zorrilla: Néstor Canobbio (56 partidos en dos temporadas), Marcelo Silva (32 partidos en una temporada), Oscar Morales (31 partidos en una temporada), Carlos Gabriel Correa (26 partidos en una temporada), Gonzalo Vicente (25 partidos en una temporada), Nico Olivera (23 partidos en una temporada con 4 goles) Marcelo Broli (17 partidos en una temporada) y Gustavo Matosas (15 partidos en una temporada).
Más testimonial que otra cosa fue la aportación de otro grupo de uruguayos que vistieron asimismo de blanquivioleta, como Jorge Curbelo (13 encuentros), el portero Fernando Martínez (11), Miguel Ángel Calandria (10), Larry Stoyanoff (8), Germán 'Petete' Correa (6), José Rodríguez Suárez (5), Pablo García (1) y Gustavo Chavo Díaz, que pese a estar tres campañas en el club, no llegó a debutar en partido oficial
Caso aparte es Kuki Zalazar Martínez, nacido en Montevideo e hijo del ex jugador internacional uruguayo José Luis Zalazar Rodríguez, que tiene nacionalidad española y milita en el Real Valladolid Promesas, aunque ha disputado 7 partidos de Liga y Copa con el primer equipo.
La reciente llegada de Lucas Olaza aumenta la notable presencia de uruguayos y la influencia de su gen competitivo en el Real Valladolid.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.