Los dos triunfos del Real Valladolid en el Nou Camp

El viejo campo de Las Corts no fue nunca generoso con el Real Valladolid, habitualmente batido por el Barcelona cuando visitaba su feudo, pero tampoco el Camp Nou se les daba bien a los blanquivioletas, hasta que en 1987, con Cantatore en el banquillo y Peña convertido en pesadilla de la zaga azulgrana, el Pucela lograba su primer triunfo en terreno barcelonista al imponerse 2-4 a su rival.

Hubieron de pasar diez años, para que el 9 de noviembre de 1997, el Real Valladolid, entonces dirigido por Sergio Kresic, lograra su segunda victoria en ese escenario tradicionalmente vedado para el conjunto vallisoletano.

El Barsa, dirigido por Van Gaal, iba imbatido en una Liga, la 1997-98, que acabaría ganando, un dato que sirve para valorar más aún la importancia de aquel triunfo blanquivioleta, que no fue ni mucho menos producto de la casualidad, sino de un sólido sistema defensivo y de un peligroso contragolpe que creó muchos problemas a la zaga barcelonista.

El Valladolid, además, se encontró pronto con ventaja en el marcador, lo que ante equipos como el Barcelona puede ser un arma de doble filo. ¿Qué hacer? Defender le exigua ventaja durante 80 minutos parecía un suicidio, y buscar un segundo gol, un atrevimiento rayano en la osadía, sobre todo teniendo en cuenta que todos los integrantes del once inicial eran internacionales en sus respectivos países, y por si esto fuera poco, también lo eran dos de los suplentes, que entraron como sustitutos.

Kresic optó por mantener el mismo sistema, bastante juntos sus hombres para dificultar el juego entre líneas del contrario, y así pudo llegar al descanso con esa corta pero merecida ventaja, proporcionada por Eusebio, que ejecutó con precisión una falta desde el borde del área, al colocar el balón por la escuadra de la portería de Hesp. El de La Seca, que vivía su segunda etapa como jugador blanquivioleta, después de haber triunfado en el Atlético de Madrid, Barcelona y Celta, tuvo el respetuoso detalle de no celebrar el gol y eso le supuso que al ser cambiado en el minuto 63, los aficionados le dedicaran la más cariñosa y cerrada ovación de la noche.

El meta César había sido un seguro de vida en la primera parte y siguió siéndolo en la segunda, hasta el punto de ser unánimemente considerado como el mejor del encuentro. Esa solidez defensiva le permitía al equipo atreverse a buscar rápidas contras, en una de las cuales, a los 49 minutos, encontró el premio de un segundo gol que ponía las cosas muy cuesta arriba para el Barsa. Un centro preciso de Víctor fue cabeceado a la red por Alen Peternac, el croata que fue varias temporadas máximo realizador blanquivioleta.

Van Gaal trató de insuflar a sus hombres una capacidad de reacción que solo aparecía en impulsos deslavazados que no conseguían meter a los azulgranas en el partido. El gol de Pizzi, a los 92 minutos, llegó demasiado tarde, sin tiempo material para que pudieran conseguir al menos la igualada y mantener el prurito de su imbatibilidad en el campeonato.

Con el arbitraje del madrileño Mejía Dávila, las alineaciones que ambos equipos presentaron fueron, por el Barcelona: Hesp; Ferrer, Fernando, Couto, Reiziger (65' Celades); Sergi, Ciric (60' Pizzi), Amor; Luis Enrique, Rivaldo y Figo, mientras que el Real Valladolid jugó con: César; Chema, García Calvo, Peña, Santamaría, Marcos; Eusebio (63' Gutiérrez), Harold Lozano, Benjamín; Víctor (87' Juan Carlos) y Peternac (90' Raúl).

Además del histórico segundo triunfo blanquivioleta en el Camp Nou, aquel día de noviembre se produjo la triste noticia de la muerte de Helenio Herrera, a consecuencia de un infarto sufrido en Venecia, ciudad en la que residía, con 81 años y ya retirado del fútbol.

Se daba la circunstancia de que H.H. había sido entrenador de ambos equipos, pues dirigió al Real Valladolid en la temporada 1948-49, la de su presentación en el futbol español, que también era la primera del Pucela en la máxima categoría. Aquí no ganó ningún título pero dejó impronta de su categoría como entrenador que aportó al fútbol el aire fresco de nuevos y revolucionarios sistemas.

En el Barcelona, en cambio, si fue un técnico laureado, pues ocupó el banquillo durante cinco temporadas en tres etapas diferentes, en las que logró 2 Ligas, 2 Copas y 2 Copas de Ferias, además del imborrable recuerdo de su futbol y el descubrimiento de grandes figuras.

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