Tan torpe para escalar como difícil de matar

El caso es que habrá que estar pendientes de otros estadios, de otros equipos, porque, aun con respiración asistida, el Valladolid mantiene la vida en la lucha por el ascenso directo. Algo que también forma parte de la esencia del club:si hemos asumido que si tiene algo a mano lo arroja por la borda, también sabemos que cuando se le da por perdido asoma la cabeza para boquear, tomar aire y aguantar vivo un poco más. Tan torpe para escalar como difícil de matar.

Lo que no sirve es enfangarse en cómo estaríamos si se hubiera dado lo previsto. Sin, por ejemplo, la derrota del lunes. No sirve pero es inevitable, la cabeza tiene vida propia. Mirando solo a lo propio, quedan tres partidos que corresponde afrontar como si no hiciera falta fallo rival. No es cuestión de confiar en que ocurrirá, es que no queda otra. Hay que estar preparado por si acaso, que luego llegan las lamentaciones. A malas, sería mejor acceder a la promoción subido en una ola que presentarse tembloroso y con las orejas gachas.

Para los 3, 5 o 7 partidos, necesitamos el oxígeno del Toni bueno. Suele ser sustituido a la hora. Últimamente, no parece el momento idóneo. Si tiene el día, sea el lunes, mejor aprovechar su talento el partido entero. Pero hay partidos, este ante el Eibar, que en el minuto cinco sabes que no va a tener el día. Eso sí, su sola presencia impone y eso, aunque no sea merito del momento, suma y vale.

Estaremos con el ojo abierto en todo lugar y con la vista centrada en el único en que podemos hacer. Magia, no sabemos.