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Toni Villa no tiene intención alguna de salir del Real Valladolid en la ventana invernal que se abre el próximo lunes. Pero ninguna idea. Nada ... de nada, El murciano, generalmente comedido y algo tímido en sus comparecencias públicas, fue rotundo, tajante y firme este miércoles en la sala de prensa del estadio Zorrilla: «Mi vida está en Valladolid, estoy muy identificado con la ciudad. Mi hija va a nacer en Valladolid y solo me preocupa lo que pase en el Pucela».
La sólida respuesta del centrocampista cuando se le inquirió si la más que posible llegada de Jon Morcillo, jugador que ocupa la demarcación por la que le colocan a él los entrenadores, podía provocar que se planteara una salida despejó cualquier duda. Es cierto que en los últimos partidos su participación está siendo más importante, pero no lo es menos que sufre muchos episodios 'guadiana', en los que desaparece del once titular y en los que no llega a saltar al campo. A Toni eso no solo no parece preocuparle, sino que por momentos dio la sensación de que el Toni Villa que estaba detrás del micrófono y la pequeña pantalla de televisión en la que rota la publicidad era uno diferente del de temporadas anteriores o de incluso comienzos de curso. Rotundo, seguro de sí mismo, sin vacilaciones a la hora de hablar, con las ideas claras en el fondo y en la forma de expresarlas, el lorquí ha ganado en presencia y expresividad.
Buena prueba de ello es cuando se reivindicó ante los informadores, abandonando por momentos la imagen de jugador tímido e introvertido que ha proyectado es muchas ocasiones. «Estoy muy contento con mis partidos. Si analizas los números puede parecer que no he cambiado, pero yo me veo en constante progresión. Tampoco los números dicen todos. En Anoeta yo no di la asistencia del primer gol, hubo un rebote, pero la jugada la inicio yo».
El tono resuelto y un punto más alto de lo que es habitual en Toni, algo que llamó en positivo la atención, el menudo y habilidoso jugador resaltó que no es él persona de reivindicarse, pero que genera mucho juego y muchas ocasiones, que se siente importante y que está muy tranquilo y alegre por cómo está jugando esta temporada. «No tengo que reivindicarme», concluyó con un gesto sonriente pero con un tono de voz que no dejaba lugar a dudas de la firmeza con la que quería dejar lanzado el mensaje.
Otro de los asuntos que tienen meridianamente claros Toni es la importancia que tiene para el equipo los próximos compromisos. Tres partidos en siete días que pueden anclar al equipo a la zona más noble de la clasificación y, por añadidura, darle entrada en el olimpo de los cuartos de final de la Copa del Rey y con ello abrir la puerta a recibir a uno de los equipos grandes en casa. Y, aunque nadie lo dice en voz alta, medirse a blancos, azulgranas o rojiblancos siempre es algo que apetece.
En este sentido, el centrocampista dejó el mensaje de para estar arriba es imprescindible competir todos los encuentros y evitar derrotas «tontas» que no solo restan opciones sino que también deterioran la moral y obligan a mayores esfuerzos.
En este sentido, hizo una cerrada defensa de Roberto y Masip. Como ya pasara la temporada anterior, el cambio en la portería en el partido ante el Oviedo fue, más allá de una sorpresa, revivir fantasmas de unos meses que nadie quiere recordar. Toni quito mucho hierro al asunto, Mucho. «Roberto y Jordi son dos personas excepcionales que trabajan al máximo en cada entrenamiento y que se ayudan continuamente entre ellos. Es cierto que el cambio de portero llama la atención, aunque creo que cada vez es más normal, pero en el Valladolid tenemos dos guardametas de un nivel excepcional. Ante ellos hay que quitarse el sombrero. Antes ante Masip por su trabajo y por lo gran capitán que es y ahora ante Roberto por su forma de aceptar la decisión del entrenador».
Para el regreso al trabajo Pacheta programó una práctica entretenida, distentida, con muchos juegos. Este miércoles el panorama cambió radicalmente,. Con Luis Pérez ya integrado en el grupo y con las ausencias de Yanko, Joaquín, Carnero y Sergio León, más los infectados de covid y lesionados de larga duración, el cuerpo técnico programó una sesión de trabajo técnico en espacios cortos con diversos rondos y partidos con tres portería de tres contra tres. A ello añadió Pacheta ejercicios de salida de balón a través de un centrocampista engranado entre centrales y la conexión de estos con el segundo pivote para que se abriera el balón a las bandas y se centrara. Weissman demostró estar especialmente enchufado y se marcó varios goles de remate a un toque notables. Plano, con el punto de mira afinado, fue otro de los que destacó y desesperó a los tres porteros con sus ajustados disparos.
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