Borja Fernández, exjugador y exentrenador del Real Valladolid: «Es la tercera vez que no se me trata como creo que merezco»

–¿Cómo está ahora Borja y por dónde pasa su futuro a corto plazo?

– Desde que estaba en el filial del Real Madrid he tenido en la mente llegar a ser entrenador. Es lo que llevo intentando varios años. Estuve en el staff técnico de Javi Baraja y el año pasado al mando del Juvenil A. Ahora tengo mucho 'mono' y estoy deseando entrenar. Estoy contento y esperanzado.

–En esta época en la que no está en activo, ¿sigue alguna rutina especial?

– No estoy esperando, sigo formándome. Me hubiera gustado seguir en el Juvenil A este año, ha sido un golpe duro. En julio y agosto estuve asimilándolo, convenciéndome de lo que quería hacer y por donde debía ir. También me tomé unos días de relax porque sabía que no iba a ser inmediato y acto seguido comencé, no solo a ver mucho fútbol, si no también a escribir sobre lo que había hecho el curso pasado. Escribí sobre mis entrenamientos, sobre donde creo que he sacado más rendimiento a los jugadores y donde menos y sobre la idea que yo tengo. Quería ponerlo todo en orden y ahora estoy visitando equipos, cuerpos técnicos y directores deportivos para ver lo que hacen los demás, las tendencias y confirmar mi propia idea.

–Siempre es difícil cuando has pasado tanto tiempo en un mismo sitio asimilar que se acaba pero sigue siendo un asiduo en los Anexos habitualmente ¿la relación ha quedado dañada?

– Ha sido inesperado y doloroso porque ya es la tercera vez que no se me trata como creo que merezco. Posiblemente haya sido el palo más duro de mi carrera. Con el paso de los meses sigo pensando que es la vez que menos me lo esperaba.

–¿Es una puerta cerrada o sigue abierta?

– No, yo quiero mucho al Real Valladolid y entiendo ciertas decisiones que se toman en ciertos momentos. Que sea doloroso no quiere decir que yo sea una persona rencorosa o que cierre las puertas. Es un sitio al que he venido siempre que me han querido, he venido perdiendo dinero, con mejores opciones en otros momentos y yo siempre he querido estar aquí.

–¿Qué le dicen esos diecisiete puntos que cosecha el Pucela a estas alturas de liga?

– Lo sigo mucho y creo que en varios partidos han demostrado mucho y han merecido más. Pacheta tiene unas ideas muy claras, que son tener un equipo valiente, que sale sin complejos. A veces no le saldrán porque hay un rival que juega y te minimiza. Ahora somos un equipo, hablo como aficionado, en el que el objetivo es salvarse y a estas alturas diecisiete puntos es una muy buena puntuación.

–Debutó con Queiroz, fue muy importante con Mendilibar aquí, con Míchel en Getafe, ¿para usted quiénes han sido sus entrenadores más importantes?

– Has nombrado dos. Con Queiroz debuté en liga y me dio mucha confianza pero me lesioné y al año siguiente salí a Mallorca. Aquí con Mendilibar viví mis mejores años. Es el entrenador que tengo en la cabeza como referencia. Son los que más me han marcado. Queiroz llegó con ideas nuevas que en ese momento parecían que estaba inventando el fútbol y cinco o seis años después se imitaron muchísimo. Al principio se le llamó visionario y loco y le decían que dejara de inventar que en el fútbol ya está todo inventado. Es una frase muy fea porque no es así, en el fútbol hay mucho por inventar y descubrir todavía. En dieciocho años de carrera he vivido una progresión brutal en los estilos de juego.

–El doble pivote que formó con Álvaro Rubio fue uno de los que más alto rendimiento dio de los últimos años. Álvaro estuvo muy cómodo y usted brilló en esa primera etapa aquí ¿está en su top de momentos de su carrera?

– Esa temporada 2006-07 creo que es cuando mejor he jugado al fútbol y cuando subimos a primera hasta que Mendi se enfada conmigo y me quita cuatro meses es el mejor momento de mi carrera. Me encontraba bien y con mucho poderío sobre el campo. En Almería es el otro momento que tengo en mi cabeza de disfrutar mucho jugando al fútbol y de sentirme muy bien y muy importante. El peor partido que jugué precisamente fue contra el Real Valladolid, estuve horrible.

–Esa posición en la que jugaba Álvaro Rubio y ese fútbol que él practicaba, ¿cómo lo considera usted como entrenador?

– Básica. Con Álvaro Rubio pasaba que en teoría era más posicional y al cabo de los años estoy seguro de que corría más que yo. Víctor Fernández siempre me decía que lo que hacía mal se veía el doble y lo que hacía bien lucía mucho más. Álvaro Rubio hacía muchísimos kilómetros, pero era un jugador muy cerebral y tácticamente era un 10.

–¿Le da la sensación de que el fútbol se está encorsetando y se está limitando el talento?

– Sí, pero es lo que toca. Estoy un poquito cansado de oír hablar del jugador canchero, del jugador de calle, pero el que tiene calidad y está bien físicamente sigue destacando. La calidad de los jugadores en momentos puntuales con controles, con un pase tenso, un pase a favor de carrera, con un desborde…los que tienen esa magia y están bien preparados físicamente van a destacar porque la calidad sale a relucir. Antes te hablaba de Sergio Esteban que es juvenil de último año, es pequeñito, pero si ves los controles que hace, como golpea y como entiende el fútbol te das cuenta de lo que digo sobre la calidad. Ahora todos están muy bien preparados, los rivales mucho más analizados, se come mejor, se descansa mejor y se es más profesional en ese sentido aunque también se es menos profesional en ser un jugador de club o esa experiencia tengo yo en los últimos años. Yo creo que en el fútbol actual se recurre mucho menos al pelotazo y más a tratar mejor el balón.

–¿Los entrenadores a veces buscan más contrarrestar al rival que proponer su fútbol?

– Es una de las preguntas que más he hecho en estas reuniones con entrenadores que estoy teniendo. Te diría que no y estas charlas me han valido para reforzarme. Sabiendo que rival tienes delante, conociendo donde puede dañarte y trabajando esto y dando información a los jugadores puedes adaptarte un poco a él, pero tienes que tener claro que lo principal es lo tuyo. Conocer y estudiar al rival es básico, pero deben ser pildoritas o fogonazos y no estar siempre pensando en el rival.

–En su segunda etapa en el club la temporada fue muy dura, ¿con aquella plantilla por qué era tan difícil ganar partidos?

– Es el peor equipo en el que he estado. Recuerdo cuando nos salvamos en Elche que todo el mundo estaba eufórico en el vestuario y yo estaba solo, sentado y hundido. Dije por fin respiro y por fin descanso porque de verdad veía que nos íbamos para abajo. Había mucho nombre, pero había mucho jeta. Había mucho jugador egoísta que no pensaba para nada en el equipo y desde ciertas partes del club se permitían cosas que luego se llevan al campo. En la última época jugué con Álvaro y André Leao y muchas veces nos mirábamos pensando de donde vienen, nadie ayudaba y nos entraban por todas partes. Era un equipo muy egoísta y de hecho tuvimos muchos problemas fuera del campo. Un año muy complicado en el que no salían las cosas y parecía que se iba todo a la mierda.

–Usted que ha vivido ambas cosas, ¿qué es más difícil ascender a Primera o mantenerse?

– El ascenso. Los tres años que jugué completos en segunda conseguí ascender y a lo mejor diciéndolo yo suena distinto, pero es que cada vez es más difícil subir. Hay muchos equipos históricos en segunda y te puedes encontrar años con equipos como Sporting, Zaragoza, Oviedo, quedándose fuera y se añaden siempre a los que se quedan los que descienden. Siempre hay mucho nivel y mucha igualdad en Segunda División.

–En su última etapa se retira con 38 años ya, ¿de dónde sale la motivación de un futbolista día a día después de tantos años?

– Sergio me lo decía en pretemporada ese último año. Igual llegas hasta ahí por eso. Entrenas bien, aunque reconozco que fuera del campo no he sido tan ordenado como debería con las comidas o el descanso, pero en el campo entrenaba muy bien. Siempre he entrenado fuerte y me he esforzado mucho. Ahora van todos al gimnasio y antes solo íbamos cinco, ahora los que no van son tres contados. Yo iba siempre antes y después desde que tengo 23 años y ese entrenamiento complementario me ha dado mucho. Sigo echando de menos el fútbol pero lo pienso y digo que he tenido una buena carrera. Me iba a retirar con 30 años por lesión y jugué hasta los 38 y me retiro porque quiero y sin dolores. El secreto está en las ganas y yo siempre le he puesto muchas. Yo nunca me he sentido un veterano entrenando porque el físico me lo ha permitido y nunca me he quitado trabajo porque tuviera 35 o 36 años.

–Ahora que casi lo habíamos visto todo en el fútbol nos encontramos un Mundial en noviembre ¿cómo le parece que puede afectar a los equipos representados por muchos jugadores?

– Es otra cuestión que he preguntado a los entrenadores. No tienen referencias y se están preparando para ver como actúan. Yo creo que habrá lío como en el año del confinamiento con muchas lesiones. No me gusta este parón, no me gusta donde se juega ni todo lo que hay alrededor, ni que se haya cambiado por capricho el orden del fútbol mundial, pero es lo que toca a los profesionales y espero que no repercuta en lesiones. Muchos jugadores se han visto condicionados a la hora de jugar con sus equipos en esta última parte de la temporada.

–¿Cómo ve a los chavales que llaman a la puerta del primer equipo?

– La generación que me tocó el año pasado tiene jugadores muy interesantes. David Torres es un jugador que por condiciones y actitud puede llegar a estar muchos años en la élite. Maroto me gusta mucho, Sergio Esteban creo que tiene algo especial.

–¿Y algún jugador joven fuera de aquí que le encandile?

– Me gusta mucho Aimar Oroz, el chaval de Osasuna que creo que tiene un talento muy especial.

–La pregunta que hago a todos ¿qué entiende usted por competir?

– Competir es hacer bien tu trabajo. Cuando se dice que no has competido, que no has puesto actitud, que hay que ganar como sea, me parecen frases fáciles. Las dice gente muy de fútbol y son totalmente innecesarias. En un deporte de equipo cada uno debe hacer bien su trabajo y esto va a repercutir en el grupo. Si haces bien lo tuyo y además ayudas al compañero el equipo va a competir y esa es la parte que más falla cuando se dice que no se ha hecho. El equipo de 2015 aquí en Valladolid, ese equipo no competía bien.