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«El club sigue confiando en Sergio González». Ese es el mensaje oficial que lanza el Real Valladolid, invariable a pesar de la derrota ante el Alavés. No hay cambios, por tanto, en la postura que ya confirmó David Espinar, jefe del Gabinete de Presidencia, ... el pasado martes cuando aseveró que Sergio se mantendría como técnico blanquivioleta, independientemente de lo que sucediera en Vitoria. Y lo que sucedió en Vitoria fue una nueva debacle blanquivioleta. Este sábado, Sergio González salió al nuevo campo de hierba natural de los Anexos, dirigió la sesión del equipo y charló afablemente con el director deportivo, Miguel Ángel Gómez, al finalizar el trabajo. Previamente, la plantilla se reunió durante media hora en el vestuario, en la anunciada charla en la que Sergio comentó que pediría a los jugadores su opinión sobre si confiaban en él o no. En principio, todo está enfocado para que el entrenador se siente el próximo sábado de nuevo en el banquillo del Pucela para medirse al Eibar de José Luis Mendilibar en Ipurua.
Sin embargo, la tensión es creciente dentro y fuera de Zorrilla. Los últimos resultados han agudizado la división que se vive en el vestuario entre lo que se denomina 'la vieja guardia' de Sergio (que componen los futbolistas de más largo recorrido en la plantilla como Míchel Herrero, Óscar Plano o Jordi Masip, entre otros) y las incorporaciones más recientes. «Hay jugadores que no están a gusto con el míster», apuntan desde Zorrilla, una situación que se da en todas las plantillas (los que juegan menos siempre están descontentos), pero que crea más problemas cuando se agravan las crisis de resultados. Esta fractura ya quedó patente públicamente cuando Sergio González devolvió a la titularidad a Jordi Masip tras superar el coronavirus y relegó al banquillo a Roberto Jiménez, que había cuajado buenas actuaciones en la portería en ausencia del habitual guardameta titular. Roberto dijo entonces: «Entiendo que la competencia en mi puesto ahora se diluye un poco. Respeto la decisión, pero me deja un mensaje». Aunque dentro del vestuario se habla de esta división, Miguel Ángel Gómez negó categóricamente en una entrevista publicada en El Norte el pasado miércoles que existan dos grupos diferentes en el vestuario.
La tensión crece también entre los aficionados, que no se resignan a ver al Real Valladolid en caída libre y con una nueva crisis abierta, que se suma a la que ya vivió el equipo duante las ocho primeras jornadas de Liga. Este sábado, hubo un conato de protesta en Zorrilla. Un pequeño grupo de aficionados se acercó hasta el estadio a primera hora para mostrar su malestar. Sin embargo, los vigilantes privados que protegen en los últimos meses los accesos al recinto, la lluvia y el entrenamiento tardío de la plantilla acabaron por hacerles desistir. La pasada semana, otro grupo de seguidores se plantó en el estadio para demandar explicaciones a los jugadores cuando salían con sus vehículos. Con las gradas vacías por la pandemia, la sensación en Zorrilla es que el estadio sería un polvorín en cada partido si hubiese público en las gradas. Como no es así, muchos aficionados vuelcan su hartazgo en Twitter con la etiqueta #SergioVeteYa, omnipresente en las respuestas a cada publicación en la cuenta oficial del Real Valladolid.
La plantilla blanquivioleta llegó a las tres de la madrugada por carretera desde Vitoria después de perder por 1-0 ante el Alavés en otro partido con pésima imagen. Sergio González decidió adelantar media hora la sesión de entrenamiento del sábado, fijada para las 12:00. A esa hora, comenzó la charla en el vestuario. «Ha sido la típica reunión pospartido. En ese sentido, no hay ninguna diferencia. Otra cosa es lo que se haya dicho allí», explicaron en Zorrilla. Esa charla se prolongó durante media hora, según confirmaron otras fuentes. Los jugadores saltaron al césped artificial de los Campos Anexos a las 12:30 horas. El consejero delegado del Real Valladolid, Matthieu Fenaert, presenció la primera parte de la sesión. En el último tramo estuvo presente el director deportivo, Miguel Ángel Gómez, que habló con Sergio de manera afable al acabar. El entrenador del Real Valladolid estuvo muy serio durante el trabajo, aunque recuperó un gesto más distendido antes de retirarse al vestuario y charlar con los responsables de prensa del club. Ronaldo Nazário no estuvo en esta ocasión en los Campos Anexos. El presidente del club visibilizó su apoyo a la plantilla y al cuerpo técnico en la sesión previa a jugar ante el Alavés y presenció la derrota en el palco de Mendizorroza.
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