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Partido entre el Real Valladolid y el Logroñés, disputado en 1930, y sin dorsales en las camisetas. Archivo: J. M. Ortega
En la temporada 1948-49 llegaron los dorsales a las camisetas de fútbol
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En la temporada 1948-49 llegaron los dorsales a las camisetas de fútbol

El Real Valladolid fue de los primeros equipos en utilizarlos en Primera

José Miguel Ortega

Jueves, 17 de agosto 2023, 19:07

Un antiguo jugador y reputado técnico británico, Herbet Chapman, fue el creador de una novedad que había llegado al fútbol para quedarse. Parece que incluso antes que él, ya se usaban los números en las camisetas de equipos de Estados Unidos y Australia, sin duda por la influencia de otros deportes de mayor tradición que sí utilizaban dorsales en los uniformes del baloncesto, beisbol, fútbol americano, etc.

Pero Chapman fue el primero en utilizar la numeración en el fútbol, no solo para que el público distinguiera mejor a los jugadores, sino también para despistar al contrario porque no siempre coincidía el dorsal con la misión que se le suponía en el terreno de juego.

En aquellos años veinte del pasado siglo, la colocación de los jugadores era la de un portero, dos defensas, tres medios y cinco delanteros, pero Herbet Chapman ya experimentaba con una táctica que iba a cambiar el fútbol: la WM. El revolucionario sistema utilizaba tres defensas, dos volantes, dos interiores retrasados y tres delanteros, siendo el Arsenal, a quien él entrenaba, el primero en utilizarlo.

Con la implantación de los números en las camisetas de los futbolistas, los jugadores llevaban el 2, el 5 y el 3 para los zagueros, el 4 y el 6 para los medios, el 8 y el 10 para los interiores, el 7 y el 1 para los extremos y el 9 para el delantero centro. De esta forma, el entrenador rival encargaba tareas de marcaje advirtiendo a sus hombres que debían vigilar de cerca a tal o cual número.

Chapman, viejo zorro, no se sujetaba al modelo tradicional y a veces ponía el dorsal 5 a un extremo o el 6 al delantero centro para provocar el despiste en las tareas de vigilancia del adversario. No obstante, al principio de estos ensayos se dieron no pocos desbarajustes, como el de que el equipo local utilizara los números del 1 al 11 y el visitante del 12 al 22, transcurriendo un tiempo hasta que los criterios se fueron unificando en las competiciones futbolísticas del Reino Unido, especialmente en las de Inglaterra siendo en 1928 cuando Arsenal y Sheffield jugaron su encuentro de primera división con las camisetas numeradas, y el mismo día también lo hicieron el Chelsea y el Swansea, en Segunda División.

Cinco años después, en la final de la Copa inglesa, el Everton presentó camisetas numeradas del 1 al 11 y el otro finalista, Manchester City, del 22 al 12, portando el 22 el portero y el 12 el extremo izquierdo.

Julián Vaquero, capitán blanquivioleta saluda al capitán del Athletic en los prolegómenos de la final de Copa de 1950. El delantero del Valladolid luce el flamante número 9 en su camiseta. Archivo: J. M. Ortega

En el resto de países tardó algún tiempo más en aceptarse el asunto de los dorsales, siendo España uno de los más reticentes. El Real Madrid fue el primero en portar números en las camisetas, concretamente en la temporada 1947-48, y solamente en un partido frente a su eterno rival, el Atlético de Madrid. En la siguiente campaña, la Federación Española recomendó la utilización de los dorsales a los equipos de primera división, entre ellos el Real Valladolid que acababa de ascender por primera vez en su historia a la máxima categoría.

Más pendientes de confeccionar una plantilla competitiva –se ficharon 10 jugadores nuevos- y de cerrar la flamante incorporación de Helenio Herrera como entrenador, los directivos blanquivioletas no se preocuparon del tema de la numeración de los uniformes y durante bastantes jornadas siguieron jugando sin dorsales, como habían hecho toda la vida y, por supuesto, antes de la fundación del club.

En cambio, en lo que sí fue pionero el Real Valladolid fue en la implantación de la WM como sistema de juego, prescindiendo H.H. de un veterano como Torquemada, que venía jugando de mediocentro, para colocar en el puesto de defensa central a Babot, recién fichado del Gimnástico de Tarragona.

Como es sabido y a pesar de estar dirigido por el famoso don Helenio, el Pucela las pasó canutas para mantener la categoría, objetivo que alcanzó en la última jornada del Campeonato y de carambola, gracias al empate del Real Madrid en el campo del Alcoyano, arrebatándole un punto que fue decisivo para que los vallisoletanos huyeran de la quema.

Saso, que fue fichado del Atlético de Madrid con la temporada en marcha, se convirtió en el portero titular para el tramo final, pero en las fotos de aquella época nunca aparece con el número 1 en el jersey y lo mismo se puede decir del resto de los guardametas de los equipos españoles, pues ninguno llevaba numeración en la espalda. Pasaron bastantes años para que en nuestro fútbol se viera al portero titular con el número 1 y al suplente con el 13.

Los habituales números de aquella primera temporada eran el 2 de Roque Busquet, el 5 de Babot y el 3 de Soler en la zaga, el 4 de Juan Antonio Ortega y el 6 de Isidoro Lasala en la línea media, el 8 de Coque y el 10 de Peralta como interiores, el 7 de Rafa y el 11 de Mario como extremos y el 9 de Julián Vaquero como delantero centro.

Una prueba de que la utilización de las camisetas numeradas se estaba extendiendo la tenemos en el hecho de que el de Brasil 1950 fue el primer Campeonato del Mundo en que los equipos participantes, España entre ellos, portaron dorsales en sus uniformes.

Pero lejos de ser una norma inamovible, la numeración del 1 al 11 acabó siendo sustituida por dorsales aleatorios y conmemorativos, como los utilizador en Argentina y otros países sudamericanos que se colocaban el 100 o el 200 para festejar el número de partidos que llevaban disputados con su club. O el número 14, propiedad exclusiva de Johan Cruyff.

En tiempos relativamente recientes se tomó la decisión de otorgar un número a cada jugador de la plantilla durante toda la temporada, independientemente de la posición que ocupe en el terreno de juego. Modos y modas a lo largo de casi un siglo…

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