Stiven, en una de las zonas de su casa donde se entrena a diario. El Norte

Stiven Plaza, aislado en el segundo país más azotado de Latinoamérica

El jugador ecuatoriano del Real Valladolid está confinado en la provincia de Santo Domingo, a 285 kilómetros de Guayaquil, la zona costera más golpeada por el Covid-19

Viernes, 10 de abril 2020

Hace unos días nos recorrió un escalofrío por el cuerpo al ver las calles de Ecuador convertidas en morgue por el colapso que sufre el país ante la propagación del Covid-19. Decenas de cadáveres envueltos en plásticos, algunos de ellos quemados y todos abandonados ... por la saturación de los servicios más elementales. Ni camas en hospitales ni tanatorios, ni siquiera ambulancias para atender tantas situaciones dramáticas como está viviendo Ecuador en las últimas fechas, el segundo país más golpeado de Latinoamérica después de Brasil.

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No son cifras que se acerquen siquiera a las que se han alcanzado en España o Italia pero su falta de recursos sí ha provocado imágenes dantescas. Mientras en Brasil la pandemia ha dejado ya más de 800 fallecidos y 16.000 contagiados, a día de ayer en Ecuador se habían registrado 242 muertes y 4.450 infectados.

El grado de preocupación es tal que en las últimas horas tanto la ONU como la Cruz Roja han priorizado las ayudas a este país cuyo sistema sanitario se ha visto desbordado.

Aislado del drama y confinado en una provincia menos sacudida por el coronavirus se encuentra Stiven Plaza, el jugador ecuatoriano que llegó el pasado verano al Real Valladolid de la mano de Ronaldo Nazário. Fuentes cercanas a la joven promesa confirman que su estado es óptimo, y que la situación que atraviesa la provincia en la que reside, Santo Domingo, no es tan convulsa como la que se vive a diario en Guayaquil, la zona costera donde se concentra el 69% de lo

s casos positivos. «Acá la situación está dura, pero el epicentro y donde peor lo están pasando está en Guayaquil», aseguran desde el entorno del jugador, apuntando que acata las órdenes que han impuesto las autoridades del país.

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Hace días ya que Ecuador optó por cerrar sus fronteras y prohibir todos los vuelos, a excepción de los humanitarios que aterrizan sin pasajeros, extremando al máximo el castigo a todos aquellos que se salten las normas hasta el punto de poder ser encarcelados.

En Santo Domingo, donde reside Stiven Plaza –a escasos 300 kilómetros de Guayaquil–, se aplica desde el pasado miércoles día 8 una ordenanza por la cual es obligatorio el uso de las mascarillas. Las sanciones para aquellos que no las lleven puestas varía entre el 10% del salario básico la primera vez que se incumpla (36 euros al cambio), los 72 euros en una segunda ocasión y los 108 la tercera.

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En la zona en la que reside el uso de la mascarilla es obligatorio y la multa por no llevarla es de 36 euros

Las principales calles del centro se cierran cada cierto tiempo con vallas para restringir el paso de vehículos y evitar aglomeraciones, y el servicio de autobuses urbanos, que acostumbra a utilizar el 80% de la población (un total de 360.000 habitantes) ha sido suspendido. La principal preocupación en esta provincia, donde se han registrado apenas 44 contagios, es la falta de fumigación.

El confinamiento en el caso de Stiven Plaza no difiere del resto de compañeros del primer equipo y del filial blanquivioleta. Se entrena y lleva a cabo el plan físico que le encomienda el club en la medida de lo posible, y el resto del día combate el aburrimiento con las aficiones propias de un chaval de 21 años.

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Stiven, en el salón de su casa en Ecuador.

El caso de Stiven Plaza se puede considerar una excepción dentro del club –del primer equipo a todos los efectos pero del filial cuando conviene–, ya que mientras a todos los jugadores del primer equipo se les ha obligado a confinarse en Valladolid, a él se le permitió volar a su país.

En cierto modo le ha venido bien, según se apunta desde su círculo más cercano, para desconectar en una temporada difícil para él y también para asimilar todo el aprendizaje que ha debido asumir en poco tiempo a base de golpes. La frecuencia con la que se reproducen las lesiones, que el club atribuye tanto a un cambio de metodología de entrenamiento como a la ansiedad del jugador, ha impedido que pueda demostrar las virtudes que llevaron a Ronaldo Nazário a viajar hasta Ecuador para cerrar su fichaje.

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A pesar de todo, el jugador está deseando empezar de cero, pasar página y demostrar que todo lo aprendido en este año escaso que lleva en Valladolid no ha sido en vano. «Físicamente no va a poder estar bien ahora porque si no lo ha conseguido cuando estaba entrenando con el primer equipo, ahora con menos posibilidades a su alrededor tampoco lo va a lograr», reconocen en su entorno.

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