Miguel Ruiz
Valladolid
Domingo, 20 de agosto 2023, 18:14
Los fichajes del Real Valladolid parecen haber llegado por fin a velocidad de crucero para apuntalar una plantilla llena de bajas y de dudas hace poco menos de un mes. Las continuas llegadas, además, de efectivos en el centro del campo hacen necesario pensar ... en qué tiene en la cabeza Paulo Pezzolano para la sala de máquinas del equipo pucelano. La llegada del último en calidad de cedido, el croata Stanko Juric, parece reforzar la idea de que el uruguayo quiere una base de juego en la que la distribución y el rigor defensivo sean puntales esenciales para el equilibrio del equipo.
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Croata nacido hace 27 años en Split, llega procedente del Parma italiano, un equipo en el que milita desde el verano de 2021. El país transalpino fue la primera base del pivote lejos del fútbol croata, un paso lógico sabiendo hacia donde mira la costa croata y la propia ciudad y el contacto histórico existente entre la costa Dálmata croata y la Adriática italiana, además de la cercanía entre ciudades como la propia Split y ciudades como Pescara, a menos de 300 kilómetros de distancia, separadas únicamente por el Adriático.
Habiéndose formado en la escuela del NK Dalmatinac, su carrera le hizo destacar en el Dugopolje, donde pasó de la cantera a ser capitán del primer equipo, para más tarde recalar en el célebre Hadjuk Split. En el equipo arlequinado llegó a debutar en competición europea (Europa League, ante el Slavia de Sofía búlgaro) tras ganarse su sitio a través de grandes actuaciones en el equipo filial. Desde ese escenario saltó al equipo del norte de Italia, tras desempeñarse en 36 partidos, con 3.000 minutos entre la Europa League y la copa y la liga croatas. Su contribución dentro del equipo de Split le sirvió para recalar en el Parma de Giuseppe Lachini para la temporada 2021-22 en Serie B, compartiendo vestuario con el gran Gianluigi Buffon, recientemente retirado. Esa 2021-22 consiguen un decepcionante 12º puesto, pero la pasada campaña, bajo los mandos de Fabio Pecchia, lograron luchar por un puesto de ascenso que pierden en el 'play-off' ante el Cagliari.
Hablar de Juric es hacerlo de un futbolista con gran presencia física, de una altura cercana al 1.90 y con un gran entendimiento táctico, que utiliza esa superioridad para crear situaciones ventajosas, ante todo, en el plano defensivo. Siendo mediocentro, las labores de Juric se centran exclusivamente en ese plano defensivo, cortando líneas de pase, presionando al poseedor e iniciando jugada desde la base, añadiendo, además, un buen criterio asociativo (cerca de un 86% de acierto en el pase con el Parma). Sin ser un jugador especialmente destacado en el plano técnico, sí encaja dentro de un centro del campo que, sin exigir la posesión, necesite minimizar errores propios en la entrega y activarse rápidamente ante cualquier conato de peligro.
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Superioridad por alto, aseado en el pase y destacado en el posicionamiento a la hora de cortar el juego rival, Stanko Juric parece el perfil más defensivo de los recién llegados a la medular pucelana. Mientras que las llegadas de Joni Montiel o Messeguer sí parecen enfocadas a esa voluntad creativa, competencia, además, en labores de creación de perfiles como el de Monchu o el de Iván Sánchez, sólo la figura de César de la Hoz puede asemejarse a la del croata, junto al que puede llegar a formar pareja. En ese sentido, no termina por descuadrar la intención de la dirección deportiva del Real Valladolid a la hora de firmar nuevas incorporaciones, que a 'priori' parece intensa en el centro del campo pero que responde, únicamente, a la voluntad de tener un equipo hecho como quiere un entrenador que parte de una idea ya reproducida en etapas anteriores y que quiere implantar, con matices, en el equipo vallisoletano.
Seguramente convencido de que necesita estabilidad para asegurar que el equipo pueda pensar en construir juego ofensivo a partir de la seguridad, Paulo Pezzolano está garantizando esa red de apoyo con un dibujo táctico reforzado en la base. Dos pivotes, muy típicos en cualquiera de las etapas previas del entrenador uruguayo, que sustenten la destrucción del juego rival, refuercen la labor de la defensa y aporten criterio a la salida de balón. Un escalón básico para entender que Pezzolano quiere un equipo que no sufra defensivamente antes de pensar en cómo y por dónde atacar. Sabiendo que otra de las necesidades primordiales del primer equipo está en el centro de la defensa, el Real Valladolid salda de forma eficaz la necesidad de perfiles en el centro del campo que pudieran adaptarse a esa intención.
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Stanko Juric es por tanto un añadido de calidad y un seguro defensivo en la sala de máquinas, que llega para acabar por pulir la medular en un equipo que tratará de ser fiable, no cometer errores y tratar de asegurar pocos acercamientos rivales. Los resultados irán mostrando la eficacia de tal planteamiento, pero la realidad es que, analizándolo de manera sosegada y sabiendo que quedan piezas clave por añadir, el mercado del Valladolid parece estar cubriendo de manera exitosa y uno a uno todos los vacíos que parecía mostrar la plantilla para implantar el guión elegido, con un objetivo complejo que no es otro que el ascenso. Un objetivo al que sabemos que uno suele acercarse con más garantías con un equipo que no sufra, ante todo, en labores defensivas.
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