Serrada se prepara para la invasión de Donosti

Javier Díez aterriza hoy mismo en la capital guipuzcoana. «Tengo 23 años, soy serradeño, estudio ingeniería agrícola y este viernes ya estaré en San Sebastián. Voy con mi pareja y vamos a pasar dos días, nos volvemos después del partido», desvela Díez, que se hospedará en un hotel cercano a Anoeta. «No conozco la ciudad, pero me dicen que es maravillosa. Eso sí, me han dicho que prepare la cartera. Tengo ganas de comer pintxos, pasear por las playas y perderme por la Parte Vieja. ¿Qué me recomiendas? Tengo tiempo de sobra», pregunta Javi en conversación con este periodista.

Los vecinos de Serrada no pueden estar más felices tras la invitación del club. «La Real es un club señor, cae bien en todas partes y dice mucho de cómo sois en Guipúzcoa. El gesto del presidente le honra, en este fútbol moderno ya no se ven más que fichajes millonarios y traiciones. Solo podemos dar las gracias a la Real», apostilla Díez, que, eso sí, el domingo va con el Pucela. «Sé que tenéis diez bajas, pero aún y todo sois favoritos. ¿No os podéis dejar? Los tres puntos nos hacen más falta a nosotros que a vosotros, aunque vais a terminar en la Champions», dice un Javi que pese a sus 22 años es socio del Real Valladolid casi desde que nació. «En la ida ganamos 1-0. Vinieron 500 aficionados de la Real y es la mejor afición que ha pasado por aquí. Respetuosos y elegantes, esperemos que nosotros también estemos a la altura».

Gran parte del pueblo ya es de la Real, aunque hay serradeños que ya lo eran desde 2015. Es el caso de Sergio Sacristán, familiar de Eusebio, el que fuera entrenador txuri-urdin durante tres años. «Mi padre es primo de Eusebio, y yo también soy Sacristán», relata este joven de 22 años que continúa sus estudios de ingeniería mecánica en Madrid. Sin embargo, conoce Donostia al dedillo. «Estudié cuatro años en San Sebastián, en Tecnun, por lo que el domingo me toca hacer de guía. Ahora vivo en Madrid, pero voy a Serrada y salimos todos en autobús. Voy con mis padres, mis hermanos, mi novia y mi cuadrilla de amigos. La verdad que ir gratis a un partido de primer nivel y que además jueguen tus dos equipos es un puntazo», prosigue Sergio, que hará de anfitrión también dentro del Reale Arena. «¡Pero si ya he saltado de espaldas! He ido a algún partido de la Real, y a muchos del Sanse porque en la universidad nos daban entradas», dice feliz.

Tras consultarlo con la almohada, ha decidido ir sin camiseta. Ni de la Real ni del Valladolid. «La Real me tira mucho por Eusebio y mi familia, pero es que si me pongo la txuri-urdin mis amigos igual me matan. Somos muy del Pucela, por eso celebraré todos los goles. No me quiero buscar problemas y volverme solo a Serrada», bromea.

En cuanto a los objetivos de sus dos equipos, Sergio es consciente que con la Real puede soñar mientras que con el Valladolid «me tengo que conformar con la salvación». En cambio, viendo la primera vuelta del conjunto de Imanol, seguro que «el año que viene me animo a subir a Donostia a ver algún partido de Champions». Sacristán también conoce cómo funciona Zubieta. «Es que la Real tiene un equipazo, jugadores que yo vi el año pasado en el Sanse como Sola, Navarro, Turrientes... ya son importantes en el primer equipo. Aunque me decanto por Oyarzabal, qué manera de sentir el club», dice como si fuera de Urretxu.

César López, alcalde de Serrada, tuvo que cerrar la lista de invitados cuando Jokin Aperribay propuso durante el pregón de las fiestas recibir a todo el pueblo en Donostia. «Fue una locura la de gente que se quería apuntar para ir al partido. Tuve que parar porque quería venir gente de Medina del Campo, La Seca... tenemos mucha expectación y estamos ansiosos de ir allí», dice López a las puertas del ayuntamiento de Serrada. Si bien los serradeños pasan un periodo del año con varias capas de ropa por el frío, en verano «sí que se ven muchas camisetas de la Real. Desde que Eusebio es entrenador hay simpatía por el equipo, y ahora mucho más. Seguro que hay gente que el domingo se compra la camiseta».

El primer edil ya tiene preparada la elástica que le regaló Jokin Aperribay. Luce en la espalda con 'ayuntamiento de Serrada'. «Llegamos a la ciudad a las doce de la mañana y aprovecharemos para comer rico. Del mismo modo, invito a la gente de Guipúzcoa a que vengan a Serrada. Tenemos viñedos, queserías, monumentos... Veranear aquí también es bonito». Vino y queso sabe a beso en Serrada.