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Minutos antes de que se cumpliese la hora de partido ante la Ponferradina, Sergio León se desenfundó el peto de suplente después del calentamiento y se dirigió a la línea de cal en la que se encontraba el árbitro asistente que anunciaría los cambios. El ... delantero se frotó las manos y miró de frente al estadio. Respiró hondo y, tras una sonora ovación, entró al campo para dar relevo a Álvaro Aguado. El león volvía a la selva con un fuerte rugido. Nada más ingresar al terreno de juego, Monchu puso el 2-0, rubricando la victoria del Real Valladolid ante el cuadro berciano. En el desarrollo del encuentro, el delantero se ubicó como punta de lanza junto a Weissman, disputó cada balón con intensidad e incluso tuvo una ocasión clara que se acabó estrellando en el lateral de la red. Había pasado un mes, cuatro partidos de por medio, en el que al delantero se le privó de competir por una dura sanción conocida el 13 de abril. Nadie daba crédito a ello. Todo ello se remonta al 23 de octubre cuando Sergio León arrojó una botella de agua vacía a un aficionado que le estaba increpando e insultando en El Molinón. Lo más extraño de todo, es que el Comité de Competición impuso el duro castigo seis meses después, privando al delantero de jugar cuatro partidos, entre ellos los encuentros ante el Almería y Eibar, rivales directos en la pugna por el ascenso directo. La noticia cayó como un jarro de agua fría por la demora a la hora de ejecutar dicha sanción.
Lo cierto es que Sergio León se siente cómodo en Valladolid y de su profesionalidad nadie duda. Viajó con el equipo a Eibar y fue el primero en celebrar la victoria con sus compañeros. Su euforia se trasladó hasta el palco de Ipurua donde no paró de gritar y aplaudir. Durante ese mes alejado de los terrenos de juego, el ariete cordobés reconoce que vivió un momento complicado. «Fue una sanción muy dura para mí, sin poder ayudar a mis compañeros. Quise aportar mi granito de arena, ya que como no podía jugar, quería apoyar a mi equipo acompañándolos de viajes. Fui a Eibar, iba a ir a Miranda de Ebro, pero tuve un problema y no pude ir».
Cuando conoció la sanción se le pasó «de todo por la cabeza». «Iba a estar cuatro partidos sin poder jugar, sin competir, sin poder ayudar a mis compañeros, sin poder jugar al fútbol. Lo que nos gusta a todos los futbolistas es salir al campo para meter goles, dar asistencias. Se me ha hecho eterno», apuntó, incidiendo que no quiere volver a hablar de ello porque ya forma parte del pasado. «No quiero hablar mucho más a ver si me van a volver a sancionar», bromeó. «Vamos a dejarlo ahí, ya ha pasado y estoy otra vez de vuelta. Hay que vivir el presente, quedan estos dos partidos muy importantes para el equipo y afición. Tenemos que cumplir un sueño».
Ante la Ponferradina, Pacheta decidió darle entrada para que disputase los últimos treinta minutos del partido. Todas las miradas se dirigieron hacia el delantero. Toda la esfera blanquivioleta esperaba con ansia su vuelta. Sergio León reconoce que experimentó nervios. «Intenté dar lo máximo. Tenía nervios acumulados, me costó arrancar en las primeras carreras y coger el ritmo de partido». En su vuelta al verde no faltó la ambición. «Tenía ganas e ilusión como el primer día cuando llegue. Todo futbolista quiere competir y aportar su granito de arena y más que rabia son ganas por poder ayudar al equipo de la forma que sea».
A falta de dos jornadas, el segundo máximo goleador blanquivioleta, reconoce que el equipo está preparado para los distintos escenarios que se le puede plantear al Real Valladolid. «Si ganamos los dos partidos que nos quedan y el Eibar también, tenemos que jugar el 'play off'. Quedan dos jornadas y pueden pasar muchas cosas. Vamos a afrontar estos dos partidos que nos quedan con mucho trabajo e intentar sacar los seis puntos y sino felicitar al Almería y Eibar y jugar las otras cartas que nos quedan que sería el 'play off'.
Sergio León valoró el dibujo de tres centrocampistas que está empleando Pacheta. «A estas alturas de Liga me da igual jugar con 4-3-3 o 4-2-2 o jugar de inicio o de suplente, lo que quiero es ganar al Ibiza y ganar en casa al Huesca. Ojalá se nos ponga de cara y el Eibar tenga un pinchazo. Lo más importante es el equipo y el objetivo, lo demás es secundario».
Por último, sabe que el partido de Ibiza es «a vida o muerte» y es un rival que va a ser difícil de batir. El conjunto ibicenco no ha perdido en casa en este 2022, pero sabe que si el Real Valladolid despliega el juego que le dio la victoria ante el Eibar y Ponferradina, los tres puntos están asegurados. «El Ibiza es un equipo que no se juega nada, pero los jugadores quieren ganar. Hay que proponer el fútbol que nosotros sabemos hacer, será un partido entretenido», agregó, a lo que añadió que en un horario unificado mirarán de reojo lo que hagan el resto de sus rivales, aunque «lo más importante es centrarte en tu partido, ganar y después los resultados que tengan que venir, vendrán».
En la primera sesión semanal no estuvo presente El Yamiq. El central marroquí, con permiso del club, se ausentó del entrenamiento por asuntos burocráticos. Esta mañana se desplazó a Madrid para resolver problemas relacionados con el visado para poder viajar con Marruecos y así disputar el amistoso entre Estados Unidos el 2 de junio.
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