Sergio León: «Para estar más arriba al Real Valladolid le faltan pequeños detalles»

El idilio de Sergio León con el club, los compañeros y la vida en general se hace muy patente cuando habla en la sala de prensa. Tranquilo y relajado, escucha con atención cada cuestión que se le plantea, pero sin poder evitar un sutil rictus de sonrisa asomándole en la comisura de los labios. Perro viejo curtido en cientos de batallas, en el verde y en la tarima que le enfrenta a los periodistas, el cordobés ve venir de lejos cada pregunta que se lanza al aire y responde con la rapidez del que tiene las ideas claras y reposadas.

Para empezar. Niega con sencillez, pero con rotundidad, que la jugada del primer gol de Cartagena estuviera preparada. Pese a lo elaborado de la misma deja claro que no fue premeditado, que «salió sola». Y con el mismo tono hace una sólida defensa de Pacheta y de las decisiones del míster para apostar por Cristo durante varios partidos como titular. No le preocupa ser suplente. Ni titular. Le atrae mucho más vivir el buen ambiente que se respira en el grupo. No oculta que le agradó que Pacheta le felicitara por su «comportamiento» durante los encuentros en los que empezó desde el banquillo. «Las decisiones del entrenador se respetan. Cada uno tiene su papel y sus cualidades y es él el que decide cuando conviene al grupo que se pongan sobre el campo». Respuesta de manual, pero en esta ocasión el lenguaje corporal en nada desmiente al oral.

Y lo corrobora cuando analiza los papeles que sobre el césped desempeñan él y Cristo. «Cada jugador es como es. Cristo baja más a ayudar, a descargar, es más jugador de buscar el espacio y el pase. Yo soy más de irme hacia las bandas para desplazar a los centrales y abrir huecos (justo lo que hizo en el gol de Toni y en el de Weissman en Cartagena). Los dos mezclamos bien con Shon, somos diferentes pero complementarios».

Por todo ello ve un equipo ilusionado e ilusionante, que sale a ganar cada partido, que no se resigna a anotar un solo gol y al que se le ve feliz cuando logra practicar el fútbol vistoso, alegre y preciso que expone sobre el terreno de juego en muchas, muchas ocasiones.

Fiel aplicador de la doctrina del cholismo del partido a partido, y más en una categoría como la Segunda en la que el tercero por la cola es capaz de empatar en casa del líder sin que nadie se sorprenda, insiste e que lo que hay es lo que se esperaba en cuanto a lucha, intensidad y calidad. Eso sí, no deja de llamarle la atención la cantidad de equipos que hay con muchos puntos tan arriba. Una situación que otros años haría que los puntos que ahora atesora el Pucela fueran suficientes para estar primero o segundo. «Es lo que hay», enfatizó como sentencia.