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El entrenador del Real Valladolid, Sergio González, intentó evitar meterse en un jardín ayer en su rueda de prensa a la hora de valorar la decisión de Alberola Rojas de pitar penalti en contra de su equipo tras revisar las imágenes en el monitor a ... pie de campo. «Estoy muy caliente, así que prefiero contarte lo que he visto», le relataba a un periodista.
Así, el técnico catalán, que observó en directo las repeticiones que se le mostraron al trencilla, aseguró que «le hicieron falta diez o quince tomas para decidir, así que igual es que no era tan clara. Mi sensación es que es el delantero del Getafe el que da una patada a Antoñito», afirmó.
Ante esto, mostró su «sensación de impotencia» y prefirió pasar a analizar el partido que habían hecho sus jugadores y no entrar más a valorar la actuación del VAR. «Nos hemos repuesto a una situación difícil de asimilar y hemos tenido actitud, compromiso y el fútbol suficiente, pero hemos disfrutado de cuatro o cinco ocasiones de gol que no hemos metido», aseguró el entrenador, que describió que en el descanso felicitó a los suyos por cómo reaccionaron «todos a una» ante la tangana que se montó entre los dos banquillos cuando Nacho soltó un pelotazo sobre el de los visitantes.
Pepe Bordalás, por su parte, aseguró no haber visto las repeticiones de los dos penaltis que se señalaron ayer y consideró «un acierto de Chichizola» el que le detuvo a Alcaraz. «Habíamos estudiado cómo los lanzan los jugadores del Real Valladolid y él decidió quedarse quieto, por lo que le felicito», dijo. «Sabíamos que íbamos a tener dificultades porque el Valladolid nunca baja los brazos», aseguró el alicantino.
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