Sergio apuesta en Vigo por una línea «continuista», matizando los errores que se han cometido

Son tan escasas las señales que emite este Real Valladolid, tan leves los síntomas para la esperanza, que el resultado ha pasado a hacer cola en el análisis y por delante se han colado aspectos intangibles como 'las sensaciones', el trabajo prepartido o los minutos que se contabilizaron sin recibir amenaza en el último compromiso, en este caso por parte del Real Madrid. La falta de gol se explica con errores individuales en las ocasiones más claras de partido, y el debate de la portería a cero se zanja con aciertos ajenos.

Mientras se acierta con la tecla y se encuentra ese equilibrio necesario para acercarse a la victoria dos meses después de la última en Getafe, las exposiciones de Sergio se centran mucho en el rival y poco en la ambición propia por romper la tendencia. El discurso del técnico dista mucho del motivador que caracteriza a Pacheta o al propio Coudet, por poner un ejemplo más cercano.

En la intervención previa al viaje a Vigo se le ha preguntado por la posibilidad de cambios o revoluciones y su respuesta ha sido tajante. «No, a priori la línea es continuista con lo que venimos haciendo, matizando lo que estamos haciendo mal. Tampoco tenemos elementos para hacer ese cambio radical», matiza Sergio, reforzando la idea de que «contra el Real Madrid hemos sido de los pocos equipos al que no le ha generado ninguna acción de peligro».

Con esta premisa, el plan de partido ante el Celta no dista mucho de anteriores compromisos. «Sin dar muchas pistas, está claro que este es un Celta con una estructura distinta, un 4-4-2 con rombo que a veces cambia a 5-3-2 con dos laterales muy ofensivos y mucho fútbol por dentro», asegurando que su equipo tendrá que poner un «ojo a las espaldas de nuestros laterales y a la figura de Iago Aspas, que hace que los demás sean mejores. Con todo eso intentaremos dar pasos hacia adelante, con poca distancia entre nosotros e intentar que jueguen por fuera. Luego con balón ser atrevidos e intentar hacer daño en sus debilidades y con la energía suficiente para afrontar un partido difícil».

La lista de bajas aumenta con la ausencia de Waldo, con permiso por motivos personales, y se compensa con la vuelta de Olaza tras cumplir sanción y de El Yamiq, «que está para jugar 20 o 30 minutos», tal y como ha confirmado el propio técnico.

El Celta acumula muchos hombres de medio campo hacia adelante y utiliza muchos recursos ofensivos pero su ritmo es irregular, lo que obliga a aprovechar sus momentos de bajón. «Va a resultar clave saber sufrir cuando tengan sus 10-15 minutos en los que te hacen más pequeño. Ese rombo con sus dos puntas es dominante y al final es la famosa balanza en la que ellos tienen sus fortalezas y nosotros debemos intentar minimizarlas», destacando la figura deAspas, decisivo en el conjunto celeste en las últimas temporadas. «Aspas es determinante en todos los partidos. El Celta es un gran equipo pero con él es un grandioso equipo por ese poso que deja de desborde, goles, asistencias, y que hace que los demás jugadores suban un peldaño más», analiza el preparador.

Todavía sin Javi Sánchez y con El Yamiq a un porcentaje inferior al resto de compañeros, Sergio no ha podido utilizar aún una línea de cinco para apuntalar la defensa. «Hablar de eso no suma. A nivel estructural esa faceta no la hemos podido tener como recurso, es verdad que este partido con Miguel (Rubio) podríamos hacerla, pero creemos que en un partido como mañana la línea de 4 es la que más rendimiento nos da», ha reconocido Sergio, que ha explicado lo que buscaba de Kike Pérez en la posición que ocupó ante el Real Madrid. «Kike nos da piernas y trabajo. Entendíamos que cuando ese pivote referencial en el rival es alto y fuerte, y te genera una superiodidad, entendemos que él se puede ocupar y también ejercer de segunda punta. Ya lo hicimos con Anuar contra el Real Madrid y nos salió bien. En esas situaciones necesitamos piernas. Todas las semanas intentamos matizar cuál es el plan de partido mejor para encarar al rival, sabéis que el 4-4-2 es el más habitual, pero también hay que ver la funcion de Tapia, la de Denis,... y en función de eso matizaremos», ha comentado Sergio, que no se preocupa de otros enfrentamientos directos, caso del Eibar-Huesca o el Alavés-Osasuna de este fin de semana, y sí del rival más inmediato. «Nuestra liga se centra en lo que pase con el Celta. El tema de bloques (de partidos) queda en segundo lugar. Hay que competir bien, tener mejores sensaciones que el último día y sobre todo conseguir la victoria porque lo veríamos todos de forma distinta», señala, convencido de que el equipo reaccionará. «Lo único que nos preocupa es este partido inmediato. Todo lo que no pase por el Celta no ocupa nuestra cabeza, ésa es la realidad», apunta.

Al técnico blanquivioleta se le ha preguntado por la posibilidad de un cambio en la portería, la misma, ha dicho, que «un cambio de lateral, de delantero o de pivote», y sobre su relación con Weissman después de la mirada que le dedicó el israelí en su sustitución ante el Eibar. «Eso quedó en anécdota. Hemos hablado y tenemos buena relación, y no soy de castigar. Si pusiera mis prioridades por encima de las del equipo, estaría equivocado y no debería estar sentado aquí. Lo personal queda aparcado ante lo profesional. Me conocéis y no soy de castigar, eso no es ni para los niños. Él se cabrea y es normal, aunque quizás no por el cambio sino porque no le habían salido las cosas como él quería. Tiene que rebelarse con un buen partido y con goles», sostiene el técnico.