![Cristo celebra su gol ante el Burgos.](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202201/08/media/cortadas/Cristo-kj3C-U160437192492yXC-1248x770@El%20Norte.jpeg)
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El Real Valladolid consiguió la séptima victoria consecutiva en Liga en el José Zorrilla ante el Burgos CF. El partido estuvo marcado por el ruido de las gradas, engalanadas con la mejor entrada de la temporada. Y es que hubo ruido. Mucho ruido. Un ruido ... que dejó claro que no era un partido más. Porque aunque desde todos los estamentos del club se cansaron de repetir que no había ánimo de revancha, lo cierto es que cualquier Real Valladolid- Burgos CF no es un partido más.
Hubo ruido en la grada, en la local y en la visitante, y en el césped, donde el ruido se convirtió en fútbol y en posesión para los blanquivioletas, que quisieron dejar claro desde el inicio del choque que no estaban dispuestos a repetir lo ocurrido en El Plantío cuando la Liga apenas comenzaba.
Por eso los de Pacheta pusieron desde el comienzo el balón a trabajar a su favor. De primeras por la banda izquierda, desde donde Nacho, Toni y Plano con sus caídas a banda se convirtieron en la pesadilla del día de Álvaro Rodríguez y Raúl Navarro. El Burgos CF presentó sobre el verde lo que tan buenos resultados le está dando esta temporada, un defensa férrea y un equipo ordenado. Frente a este orden, el Pucela movió el balón para atacar en estático.
Así se fueron consumiendo los minutos, con el Burgos agazapado en defensa, cómodo, esperando su oportunidad para poder montar una contra y 'pillar' a los blanquivioletas. Los pucelanos, por su parte, tocaron el balón, presionaron arriba buscando el robo temprano del esférico, pero no llegaron las ocasiones claras hasta que el partido no acarició el minuto 25.
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Rodrigo Jiménez
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Fue entonces cuando Óscar Plano robó el balón entre dos defensores blanquinegros, de naranja esta tarde, para dejársela franca a Toni Villa, que se acercó en solitario a Alfonso Herrero, pero el murciano se sintió rodeado y le puso el balón a Weissman, que no pudo acomodarse el balón por lo que su lanzamiento se fue a las manos de Herrero. Apenas un minuto después volvió a tenerla el goleador pucelano, pero volvió a marrar el lanzamiento y el marcador continuó 0-0.
A pesar de que no llegara el gol, estas ocasiones espolearon a los locales, que no cejaron en su idea de encontrarse con Alfonso Herrero. Nacho tuvo varias oportunidades, Plata puso un pase de la muerte que nadie logró cazar para meter el balón en la portería y Fresneda demostró que la puerta no la ha tirado, la ha derribado.
Y así, con mucho ruido, los minutos siguieron pasando hasta llegar al 45, sin cambios en el marcador y con ambos conjuntos representando el papel esperado para ellos en este encuentro.
Tras la vuelta de vestuarios el paisaje cambió poco en los primeros minutos de la segunda mitad, en los que el Real Valladolid comenzó un pequeño asedio que hacía recordar a otros partidos vividos en Zorrilla. Pero un derbi es un derbi, y con el ruido de las gradas volvió el ruido al césped.
En este caso fue el Burgos quien dio un pasito adelante, se sacudió el dominio blanquivioleta y comenzó a equilibrar la posesión del esférico. Esto incomodó a los pucelanos, que no encontraban la manera de llegar con facilidad hasta la portería de Herrero, mientras que los burgaleses estaban cómodos sobre el césped.
Los entrenadores movieron los banquillos, con el debut de blanquivioleta de 'Morci' y la entrada de Olivas y Cristo al campo. Llegaron con los cambios los peores minutos locales, con el conjunto descolocado que supo aprovechar el Burgos CF que cada vez se acercaba de forma más peligrosa a Masip, hasta entonces muy tranquilo en su área. Alcaraz evitó un disgusto a la parroquia vallisoletana cuando le hizo la cobertura a Nacho para robarle un balón de Berjón que esperaba Mumo con la pierna cargada para batir a Masip.
Volvia a haber mucho ruido, pero en esta ocasión poco fútbol. Y pasaban pocas cosas en el campo aunque parecía que el peligro podría llevarlo el equipo visitante. Sin embargo, en medio del ruido llegó un posible penalti a Morcillo, el nuevo jugador blanquivioleta quiso protestar pero no tuvo tiempo, porque el balón llegó a la esquina izquierda del área donde estaba Cristo, quien no se lo pensó y colocó el esférico en la escuadra de Alfonso Herrero, que no pudo hacer nada para alcanzarlo. Era el minuto 81 y Zorrilla estalló en una fiesta.
Pero quedaban minutos por delante, los suficientes para tener que sufrir, porque aunque la tuvo Plano en el minutos 46 de la segunda parte con un lanzamiento raso que despejó Alfonso Herrero con un paradón a córner, el Burgos no dejó de presionar. De una internada burgalesa llegó una falta peligrosa a favor de los visitantes con el tiempo cumplido que puso el 'uy' en la grada. Pero el ruido esta vez se convirtió en alegría cuando, tras los cinco minutos de añadido, el árbitro pitó el final del encuentro. Siete victorias consecutivas como locales que dejan a los de Pacheta acariciando los puestos de ascenso directo.
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