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A la izquierda, Moya protege el balón ante el Rayo Vallecano en un partido de la temporada 1989-1990. A la derecha, Enrique Moreno va al suelo ante el Mónaco en la Recopa de Europa. Fotos de Cacho y Eric Gaillard-Reuters
Real Valladolid: el segundo menos goleado en 30 años

El segundo Real Valladolid menos goleado de los últimos treinta años

El equipo de Sergio ha encajado 25 goles en 23 partidos, uno más que el de la temporada 1989-1990, con Skoblar, Pepe Moré y Fernando Redondo en el banquillo

J. A. Pardal

Valladolid

Viernes, 14 de febrero 2020, 07:15

A pocos días de cumplirse tres décadas del fin de la primera experiencia de Pepe Moré en los banquillos (fue destituido en el Real Valladolid después de caer 0-1 con el Logroñés en la jornada 25 de la temporada 1989-1990 tras 16 partidos en el cargo), ningún equipo blanquivioleta ha conseguido en este tiempo mejorar los números defensivos de aquel plantel que antes dirigió Josip Skoblar (hasta la novena semana del campeonato) y después Fernando Redondo. Llegada la jornada 23, solo había recibido 24 goles, una cifra a la que se aproxima el actual equipo a las órdenes de Sergio González que se sitúa con 25 tantos encajados, cuatro menos que hace un año.

Pese a esos buenos números defensivos, los protagonistas de aquella plantilla que terminó la temporada en 16ª posición salvando el descenso por los pelos y que alcanzó los cuartos de final tanto en la Copa del Rey como en la Recopa de Europa, no recuerdan con especial cariño un curso con tres entrenadores, para el que se llegó a barajar un cuarto técnico y en el que los problemas comenzaron ya en los entrenamientos del verano en la localidad palentina de Velilla del Río Carrión, donde ya se comprobó que la casi nula habilidad de Skoblar para hablar castellano iba a ser una piedra en el camino. «Recuerdo que era una plantilla muy amplia porque en pretemporada teníamos que cambiarnos por turnos», rememora Alberto López Moreno, actual coordinador de los servicios médicos del club pucelano y que entonces cumplía su segunda temporada en Primera.

«Fue una temporada incómoda desde el principio; hubo tres entrenadores y se barajó un cuarto»

gONZALO ARGUIÑANO

«Jugar tres competiciones influyó mucho; para un equipo como el Valladolid es muy difícil»

Luis Mariano Minguela

«Fue un año de aclimatación», afirma, porque en lo colectivo el equipo salía de dos temporadas mágicas a las órdenes de Cantatore que culminaron con un quinto puesto en liga y la disputa de la final de la Copa ante el Real Madrid y en lo personal el delantero debía compaginar el fútbol con el servicio militar en la Base Aérea de Villanubla. «Jugamos en Malta, Estocolmo… y cada vez que tenía que viajar con el equipo debía pedir permiso al Ejército. Éramos mucha gente joven tras el éxito que se había logrado con esa política en los años anteriores pero Caminero se lesionó, se marchó Hierro… Fue un año con muchos vaivenes», rememora Alberto, que achaca a la intensidad que les inculcó Cantatore la capacidad del conjunto para cerrarse y no encajar goles, clave para haber recibido poco más de uno por partido cuando se habían jugado ya 23 jornadas.

Caminero, de libre

Coincide con él el exdefensa Gonzalo Arguiñano, que considera que ese equipo «no terminó de arrancar» y se muestra sorprendido de la cifra tan baja de goles en contra porque hubo «problemas terribles dentro y fuera del vestuario». Rebuscando en la memoria, Arguiñano sitúa en la vuelta con Moré al sistema de cinco defensas que había utilizado Cantatore el aspecto que dio estabilidad a un equipo que marcó muy poco (terminó la temporada con 31 tantos a favor; 0,8 por encuentro) y que sin ese cerrojo atrás «hubiera descendido, seguro». «Caminero empezó a jugar de libre y eso nos asentó en un año complicado a todos los niveles después de una temporada que había sido la leche», describe gráficamente el exfutbolista.

«La intensidad que nos inculcó Cantatore nos hacía correr mucho a todos para conseguir defender muy bien»

Alberto lópez moreno

De «convulsa» califica también Luis Mariano Minguela aquella temporada, en la que relata que tuvo que regresar con Caminero en avión desde Melilla tras lesionarse ambos; «yo le empujaba la silla de ruedas» recuerda divertido. Como sus compañeros, no guarda especiales recuerdos de aquella liga en la que el equipo sufrió para mantenerse en las tres competiciones (fue el último conjunto español en ser eliminado de Europa esa campaña), algo que considera «muy difícil» para un club como el Real Valladolid.

En estos treinta años, Maturana (curso 1990-1991) y el propio Moré (2002-2003) tienen con 40 goles en contra el récord defensivo blanquivioleta. ¿Será capaz Sergio de unirse a esta lista?

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