Todos a una en Zorrilla con el Real Valladolid

Óscar acompañará a Jorge que se ha hecho con una moto nueva. Una BMW que es una preciosidad. Los dos se acercarán al hotel y desde allí irán con el autobús del equipo y escoltados por la policía en procesión hasta el campo con Ángela y Nagore de paquetes. Ellas no son muy futboleras, tampoco pingüineras, pero la ocasión lo merece. El abuelo lo escuchará como siempre por la radio. No tiene mala pinta. Solo consiste en ganar, me dijo el otro día con cierta dosis de aplomo.

Hace muchos años que el fútbol se ha convertido en algo más. Un espectáculo en el que, desde el himno, las camisetas, las bufandas en lo alto, la animación, las canciones y toda la parafernalia superan lo que acaecía anteriormente. Uno lo compara con aquella final verdadera del 30 de junio de 1984 cuando el Real Valladolid venció al Atlético de Madrid en el encuentro de vuelta de la Copa de la Liga y se da cuenta de que no hay ningún parecido. Ni en el público ni en el colorido. Mucho han cambiado las cosas.

El otro día me encantó volver a ver a Don Miguel Delibes en la grada. Si fuera con su ley y por su ley, el Pucela ganaría y él, que también fue periodista gacetillero y caricaturista, firmaría la mejor crónica en este mismo medio. La de la permanencia.

Y, agradeciendo las iniciativas de la federación de peñas, siempre en constante trabajo, desde este altavoz quiero sugerirles dos más. Yo rescataría un tamborilero que entrara en el campo haciendo sonar el instrumento y con Toño, más Félix cantando desde el cielo, entonar el mejor tema de Candeal. El 'Levántate morenita' que nos lleve a alzar los corazones de los jugadores. Llorar, íbamos a llorar todos un rato, pero de alegría y de fuerza en pos del objetivo. La otra es más sencilla. Invitaría al club a poner unas urnas en las diferentes entradas para que cada asistente echara un euro como donativo. Este iría destinado a una oenegé local. Así ya estaríamos todos de verdad.

No hay ninguna duda de que el 'todos a una' es más bonito de por sí que el 'contra todo y contra todos'. El primero suma y los otros claramente restan.