Entrevista a Amath Ndiaye, futbolista del Pucela
«Sabía que algún día volvería aquí para jugar con el Real Valladolid»Entrevista a Amath Ndiaye, futbolista del Pucela
«Sabía que algún día volvería aquí para jugar con el Real Valladolid»Amath Ndiaye Diedhiou (Dakar, Senegal, 1996) se ha convertido en la gran sensación del Real Valladolid tras su llegada en el mercado invernal, cedido por el Mallorca con una opción de compra. Formado en la cantera blanquivioleta tras su llegada a España con 12 años, ... Amath está cumpliendo un sueño en Zorrilla.
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–Cinco goles en sus primeros seis partidos con el Real Valladolid. No ha podido empezar mejor…
–No me lo esperaba. Estoy feliz de haber marcado estos goles para ayudar al equipo a lograr victorias. Estamos peleando por el ascenso y cualquier tanto que marquemos, sea yo o cualquier otro compañero, resultará útil.
–En Segunda División siempre ha logrado anotar de manera regular. En Primera, no tanto. ¿Nota mucha diferencia entre ambas categorías?
–No, todo tiene su momento. En Primera tampoco he tenido la oportunidad de jugar todos los minutos que quiero y necesito. De ahí la falta de continuidad. Eso no ayuda a un jugador que entrena todos los días, pero que no puede competir los fines de semana. Esa es una de las diferencias. No tiene nada que ver el hecho de jugar en Primera o Segunda.
–¿Qué pensó tras volver al Real Valladolid?
– Me acordaba de cuándo llegué por primera vez al club. Entonces pensaba que algún día estaría sobre el césped de Zorrilla jugando con esa camiseta. Me lo imaginaba. Siempre tenía ganas de ir a mi sitio en la grada para apoyar y disfrutar con el equipo. Me quedaba con esa sensación de decir 'ojalá yo también pueda jugar ahí algún día'.
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–Tal vez ahora haya un niño en la grada viendo ahora a Amath y dentro de unos años le harán una entrevista tras brillar con el Pucela y dirá que se fijaba en usted…
–Eso forma parte del fútbol, sí. A la gente le encanta venir a ver al Real Valladolid a Zorrilla y alguno de esos chavales tendrá la oportunidad de jugar aquí, claro.
-¿Quiénes eran sus ídolos de niño?
–Siempre me ha gustado mucho ver fútbol. Si estoy en casa un fin de semana que descanso, veo todos los partidos. Siempre he tomado referencias. Me gustaban Marco Reus y Fernando Torres. Me fijaba en los delanteros, en los jugadores de ataque.
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–¿Con qué edad llegó a las categorías inferiores del Real Valladolid? ¿Le resultó difícil la adaptación?
–Vine muy joven, con doce años. Los primeros dos meses me costó: salir de tu país, venir aquí tan joven, sin la familia, para tener otra vida… Pero había otros chicos de Senegal en la Residencia de Jugadores y me fui adaptando a la nueva dinámica. También estaban unos coreanos. Al final, nos empezamos a conocer todos y a llevarnos muy bien.
–¿Qué sintió cuando vio que no podía jugar en la cantera del Real Valladolid y tuvo que hacerlo con el Parquesol?
–Yo quería jugar, claro. No lo pude hacer en las categorías inferiores del Real Valladolid. Entrenaba aquí y los viernes con el Parquesol para jugar con ellos los fines de semana.
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–¿Cómo fue su salida de Valladolid para irse a la cantera del Atlético de Madrid?
–Todo pasó muy rápido. Al cumplir los 18 años, el Atlético estaba ahí. Ya llevaba mucho tiempo aquí y quería ver algo diferente. Me fui para allá, pero no tenía nada que ver con el club porque aquí siempre me han tratado muy bien.
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–Usted se marchó junto a Pape Assane al 'Atleti'. ¿Fueron dos salidas vinculadas?
–Fue por la parte del Atlético de Madrid, que nos quería a los dos y por eso coincidió.
–Luego volveremos a su paso por el Atlético, pero vayamos ahora a su infancia. ¿Cómo era su vida en Dakar?
–Yo estudiaba y jugaba al fútbol. Estaba en una academia y viajábamos cada año a Francia a jugar torneos. La mayoría los ganábamos. Empecé a avanzar con la academia, jugando partidos fuera de Dakar contra clubes grandes. Eso llamo la atención y nos hicieron varias pruebas, entre otras aquí. Yo ya destacaba como atacante.
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–¿Cómo lo vivió su familia?
–Mis padres estaban en casa y mis hermanos, que ya estaban casados, trabajaban. Cuando dijeron que me querían traer a España, no hubo ningún problema por esa parte. Yo tengo tres hermanos y dos hermanas. Soy el más pequeño. Ellos están orgullosos de mí y yo de ellos. Al ser el más pequeño, ellos me han apoyado mucho. Me han ayudado con mucho cariño y corazón. Se lo agradezco. Hablaba con ellos en los primeros meses aquí, me animaban y me dejaban muy relajado. Me decían que siguiera con los entrenamientos y que ellos estaban para lo que lo que necesitara.
–¿Cuáles son sus primeros recuerdos con un balón en Dakar?
–Siempre lo hacía en la calle con mis amigos. Por la mañana iba al 'cole'. Por la tarde nos juntábamos para jugar. Los fines de semana nos medíamos a otros grupos del barrio. Ellos ponían algo, nosotros también. Y el que ganaba se lo llevaba todo.
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–¿Cuándo le hablaron por primera vez del Real Valladolid?
–Yo aún era muy pequeño y tenía poco que decir. Mi familia lo vio bien y me dejaron venir.
–Volvamos a su etapa en la cantera del Atlético. ¿Le dio pena entonces abandonar Valladolid? ¿Cómo vivió ese nuevo cambio?
–Sí, me dio un poco de pena. Había estado aquí sin poder jugar y cuando llegó el momento de poder hacerlo, me fui. Me marché con la idea de que algún día volvería a vestir esta camiseta. Pasara lo que pasara, sabía que volvería aquí para jugar con el Real Valladolid.
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-No llegó a debutar con el primer equipo del Atlético de Madrid, pero sí estuvo en una convocatoria de Simeone ante el Real Betis. ¿Esperaba tener algún minuto entonces en un partido que se puso de cara para el 'Atleti'?
–Recuerdo que era un sábado. Yo estaba en el filial porque acabábamos de entrenar por la mañana. Jugábamos contra el Alcorcón el domingo. Llegué a la residencia, fui a comer y a las dos y media me llamó el delegado del Atleti porque Vietto se había puesto malo y tenía que ir convocado. Me llevó un compañero hasta el Calderón. Llegué con muchos nervios. Esperaba debutar en un partido que el Atleti acabó ganando por 5-1, pero al final no salí…
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–Luego llegó la cesión al Tenerife y usted fue el máximo goleador de la plantilla con doce tantos, en una campaña en la que el equipo rozó el ascenso y llegó a la final del 'play-off'.
–Fue una temporada muy buena. Me acuerdo de que, cuando me plantearon la opción del Tenerife, elegí ir. Me cuidaron muy bien. Siempre estará en mi corazón porque fue donde empezó mi carrera profesional. La gente fue muy cariñosa. Fui feliz allí.
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–El Tenerife perdió la final del 'play-off' ante el Getafe, precisamente el club en el que recaló la temporada siguiente. Así que usted debutó en Primera en el equipo que había sido rival por el ascenso. ¿Se le hizo raro?
–No me lo esperaba. Cuando acabó la temporada, me fui de Tenerife. El Getafe estuvo todo el verano llamando a mi representante y a mí. Estaba Bordalás y me llamaba para que fuera con ellos. Hablé con mi 'repre' porque quería tenerlo todo de cara y pasar a otra cosa. Así fue. Se hizo oficial el fichaje y firmé con ellos.
–En el Getafe estuvo tres campañas. En la primera jugó 36 partidos y marcó tres goles, pero luego todo se fue complicando por las lesiones…
–Si, el primer año estuvo muy bien. Hicimos una gran temporada. El segundo también. Luego llegó la lesión de rodilla y estuve trece meses fuera de los terrenos de juego. A continuación, se complicó la vuelta, hasta que llegó la oportunidad de salir cedido al Mallorca.
–En el club balear fue una pieza clave para lograr el ascenso a Primera División, con nueve goles. Todo un éxito.
–Sí, en el Tenerife no había logrado subir. En Mallorca sí pude hacerlo con el equipo y grandes compañeros que también me ayudaron mucho para adaptarme rápidamente. Fue todo muy bien.
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–Finalizada la cesión, y ya en Primera, el Mallorca compra sus derechos. Sin embargo, sucedió lo que comentaba antes: en la élite no tuvo todos los minutos que esperaba. ¿Se sintió frustrado?
–Cuando empieza una nueva campaña, uno siempre piensa en jugar y competir bien. Pero me llegaron algunas lesiones. Yo sentía que no estaba bien. Y cuando volví, notaba que no me encontraba al cien por cien. Hubo un cambio de entrenador [Javier Aguirre relevó a Luis García Plaza] y en ese final de temporada no pude hacer más por las lesiones. La siguiente campaña empecé bien y creo que esta misma temporada también estaba bien.
–Sí, pero este curso empezó como titular con Javier Aguirre y rápidamente pasó a ser suplente. ¿Qué sucedió?
–No pasó nada. Los entrenadores toman sus decisiones. Yo me sentía muy bien, pero ellos deciden y hay que respetar su trabajo. A los futbolistas nos toca mejorar nuestra parte y aprovechar las oportunidades.
-Entonces surgió la oportunidad de tener minutos en Segunda y nada menos que en el Real Valladolid. No lo dudó.
–Así es. Por eso he venido aquí, a ayudar al equipo y marcar todos los goles que pueda para lograr el objetivo de ascender.
–En Copa sí que era titular con el Mallorca. ¿Le da envidia sana ver ahora al equipo balear en la final de la Copa del Rey?
–Es una competición por la que luchamos desde el principio para llegar lo más lejos posible. Yo jugué hasta octavos, contra el Tenerife. Luego ganamos al Girona y ya me vine aquí. Habíamos hablado de llegar lejos y al final están en la final. Ojalá se cumpla el sueño de ganar la Copa.
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–Parte de ese éxito también es de Amath…
–Sí, lo considero algo propio porque jugué varias rondas y creo que hice un gran trabajo en la Copa.
–¿Se ve jugando en el Real Valladolid en Primera? ¿Ha contemplado ese escenario?
-Sí, pero ahora mismo estamos en otra cosa más importante. Antes de pensar en el año que viene y lo que puede pasar, estamos con muchos retos por delante: competir y ganar cada fin de semana, ya sea en casa o fuera. Eso es lo que nos llevará a estar el curso que viene ahí.
–El reto imediato pasa por ganar lejos de Zorrilla…
–Es nuestro objetivo. Sabemos que llevamos muchos partidos sin ganar fuera. El equipo va a dar un paso adelante. Queremos jugar fuera igual que en casa. Sabemos que podemos hacerlo porque hay un gran grupo, con buenos jugadores.
–¿Con qué jugadores de la plantilla se lleva mejor?
–Me llevo bien con todos, pero a Anuar le conocía desde la Residencia de Jugadores.
–¿Qué entrenadores le han influido más hasta ahora?
–Pep Martí, en el Tenerife. Y Bordalás, en el Getafe.
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–¿Cómo es su vida en Valladolid? ¿Qué hace en sus horas libres?
–Lo primero es descansar bien. Luego, salgo con los amigos a dar una vuelta y pasar el rato fuera. Si podemos, vamos a jugar a lo que sea: billar, tenis, pádel... A mí no me gusta el pádel, pero les acompaño. Me gusta hacer algo de deporte: baloncesto, gimnasio. Y también jugar a la 'Play' en casa.
–¿Mantiene a sus amigos de la primera etapa en Valladolid?
–Tengo a los amigos de toda la vida. Cuando veían las noticias de que podía volver, me escribían todos los días. Yo les decía que no sabía nada, que estaba ahí, pero que en ese momento sólo eran rumores…
–Usted ahora es el jugador de Segunda con mejor promedio de goles por partido. ¿Ha pensado cuántos tantos podría marcar de aquí al final?
–No, no me he puesto ninguna cifra. Pero hay amigos que sí me dicen: 'si llegas a este número, te invito a comer'.
–¿Qué cifras le han marcado como reto?
–Algunos me han puesto diez goles. Otros, 15. Yo sólo les digo: 'ya veremos hasta dónde llego'...
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