Riesgos y certezas del Real Valladolid

Partido de Vuelta ·
Preocupa al articulista la ausencia de un recambio para Míchel, que es un asunto que complica el desempeño de Sergio

Juan Ángel Méndez

Martes, 3 de septiembre 2019 | Actualizado 17/09/2019 12:58h.

El Real Valladolid ha abrochado el mercado de fichajes sin poder contratar al mediocentro ofensivo que anhelaba para compartir escena con Míchel. Es un riesgo, pero Sergio está acostumbrado a encontrar soluciones. Tampoco hay más alternativas. El telón ha besado las tablas entre las apreturas ... económicas, el fair play financiero y demás artificios pecuniarios, que han dinamitado la guinda que necesitaba la plantilla blanquivioleta. El año pasado, el boquete residía en la vanguardia. En esta ocasión, el peligro habita un peldaño más atrás, n la zona donde la creatividad se pone al servicio de la fluidez futbolística para escapar de la rutina, una asignatura pendiente cuando el Pucela actúa como anfitrión.

Las tres primeras jornadas han servido para comprobar que el Pucela va a competir hasta el epílogo, pero necesita evolucionar más allá del empaque y el sacrificio colectivo. Que llegue al desenlace con menos vueltas en el nudo dependerá de que muestre en Zorrilla las virtudes que le sirven para fabricar puntos a domicilio. Si no endereza la inestabilidad exhibida en su estadio el curso pasado, puede que se enrede si el contador se atasca como forastero. En Valencia, el conjunto de Sergio ofreció una versión más estable que la que cinceló en Sevilla o Madrid, pero volvió de vacío. Cosas del fútbol. En el global, el Pucela mereció algo más, pero los 'uys' no suman puntos.

Una de las muchas virtudes que tiene Sergio reside en su habilidad para leer los partidos y rectificar cuando las cosas no van bien. Ante el Levante, sin embargo, el técnico no atinó con el volantazo que reclamaba la inercia decreciente en la batalla que dibujaban jugadores como Porro, Ünal o Waldo. Precisamente por el lado del lateral diestro, que terminó pidiendo auxilio en defensa, llegó el rebote que puso el tanto en la bota de Sergio León. Con Waldo en el once, el conjunto pucelano lució más afilado, pero su punta de velocidad no obtuvo tanto éxito como cuando aparece desde el banco. Toni elevó los quilates del fútbol vallisoletano y las prestaciones de Guardiola continúan mirando al cielo. Trabaja, se desmarca, abre huecos, choca y marca. Que siga así a la espera de que Sandro le complete con electricidad y gol. La omnipresencia de San Emeterio también sirve como certeza de que ha sido un acierto bloquear su salida.

Entre riesgos y certidumbres, el Real Valladolid llega al parón con dos misiones. La primera, capital, radica en amurallar Zorrilla para que la permanencia no adquiera forma de quimera. La segunda, recuperar a los lesionados y rezar para que Míchel no se atasque. Seguro que Sergio sabe cómo hacerlo, pero da pánico pensar que el valenciano no tiene un recambio claro. La fluidez y el último pase serán determinantes para que el Pucela afronte con garantías los partidos hoscos y opacos que se le plantearán en su estadio.