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Equipo del Albacete en la década de los noventa, cuando revolucionó el fútbol español convirtiéndose en el 'Queso Mecánico'. El Norte
El recuerdo del 'Queso mecánico'
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El recuerdo del 'Queso mecánico'

Benito Floro convirtió al Albacete en la sensación del fútbol español en los primeros años de la década de los 90

José Miguel Ortega

Jueves, 31 de agosto 2023, 19:51

El Mundial de 1974, en Alemania, será recordado por la fabulosa interpretación del fútbol que ofreció la selección holandesa dirigida por Rinus Michels y liderada por Johan Cruyff. Como la 'Naranja Mecánica' fue bautizada por los periodistas aprovechando el tirón publicitario que tres años antes había adquirido la película de Stanley Kubrick, estrenada precisamente aquí, en la Semana Internacional de Cine de Valladolid y por el color orange de sus camisetas.

El fútbol total de los holandeses fascinó a todo el mundo tanto por su perfección táctica como por su demoledora eficacia, ya que Cruyff y sus compañeros conquistaron el título con una superioridad apabullante. Sirva esta reflexión de apoyo para entender mejor el fenómeno que veinte años después surgió en nuestro fútbol patrio, salvando las distancias, claro.

El Albacete Balompié, equipo modesto que desde su fundación en 1939 había militado en categoría regional, en Tercera División y, esporádicamente en segunda, se convirtió en el equipo revelación al que ingeniosamente bautizaron con el sobrenombre del 'Queso Mecánico' comparándole, como hemos dicho, con la 'Naranja Mecánica' de Johan Cruyff y compañía.

El principal gestor de aquel espléndido equipo, inolvidable para sus seguidores albaceteños y de otras partes del país, que también les había, fue Benito Floro, un entrenador asturiano escasamente conocido que le subió en solo dos campañas de Segunda B a primera al comienzo de la década de los noventa.

Aquella hazaña, similar a la que había realizado el Valladolid al final de los cuarenta, se prolongó en su primera temporada entre la élite del fútbol español, en la que consiguió un excelente séptimo puesto, a un solo punto de haber podido jugar la Copa de la UEFA. Además de sus buenos resultados, el Albacete desplegaba un juego valiente, vistoso y ofensivo que no solo encandilaba a su afición sino que le convertía en un rival temido en todos los campos.

Benito Floro y el presidente Rafael Candel consiguieron formar una plantilla con productos nacionales de contratado rendimiento durante el doble ascenso, como Catali, Menéndez, Coco y Parri, y cuatro refuerzos extranjeros que iban a dejar una huella imborrable: el portero costarricense Conejo, los uruguayos José Luis Zalazar y Daniel Aquino y el boliviano Etcheverri y que encajaron perfectamente en los esquemas de un Benito Floro que trabajaba machaconamente las jugadas de estrategia a balón parado que tantos puntos le proporcionaron.

En su primera temporada en la élite del fútbol español, acabó séptimo a un solo punto de puestos de Copa de la UEFA

Habían ganado a dos rivales de cuidado como Valencia y Tenerife, cuando llegaron a Zorrilla en la quinta jornada para visitar al Real Valladolid de los colombianos, con Pacho Maturana en el banquillo y René Higuita, Leonel Álvarez y el 'Pibe' Valderrama sobre el césped. Sudó tinta el conjunto blanquivioleta para ganar por 1-0 gracias a un tanto marcado por el canterano Pereira, que hizo su debut en primera junto a Ferreras.

En el choque de la segunda vuelta los de Floro se tomaron la revancha, pues en el Carlos Belmonte estuvieron nada menos que quince partidos sin perder, siendo el Valladolid una víctima más a la que derrotaron por un claro 3-1logrando un triunfo que contribuyó a su brillante séptimo puesto, muy por encima del Valladolid, que fue penúltimo y descendió a segunda división desencadenando una crisis deportiva y económica que estuvo muy cerca de llevarse por delante al club blanquivioleta, de no ser por la gestión in-extremis del alcalde Rodríguez Bolaños y un grupo de empresarios con Marcos Fernández a la cabeza.

Benito Floro, a la derecha, estrecha la mano de Rafa Benítez antes de un Albacete-Real Valladolid en la temporada 95-96.

El 'Queso Mecánico' se mantuvo en primera división cinco temporadas consecutivas, rozando la final de Copa y la opción de jugar alguna competición europea, destacando los goles de Zalazar dentro de ese gran trabajo coral que Benito Floro había conseguido imponer en el conjunto manchego como su principal seña de identidad. El delantero uruguayo fue el buque insignia de aquella época inolvidable, convirtiéndose en el futbolista del Albacete con más partidos (180) y más goles (57) en Primera División.

El Valladolid de Maturana sudó tinta para ganar por 1-0 en Zorrilla con gol del canterano Pereira

Por cierto que su hijo mayor, Kuki Zalazar, ha pertenecido durante cinco temporadas a la disciplina blanquivioleta con pocas oportunidades de labrarse un camino, pues solo disputó siete partidos entre Liga y Copa en las filas del primer equipo. Actualmente milita en las filas del Deportivo de La Coruña.

Quien sí tuvo ocasión de abrirse un futuro brillante fue Benito Floro, pues gracias a su gran trabajo en el Albacete fue contratado por Ramón Mendoza para entrenar al Real Madrid, con el que consiguió una Copa del Rey y una Supercopa de España, regresando después al Albacete e iniciar un largo periplo por equipos de cuatro de los cinco continentes: Sporting de Gijón, Vissel Kobe de Japón, Monterrey de México, Villarreal con el que ganó la Copa Intertoto, Real Mallorca, vuelta al Real Madrid ahora como director deportivo, Barcelona de Guayaquil, Wydad de Casablanca, selección canadiense y la Liga Alajulensense de Costa Rica.

El 'Queso Mecánico' fue el trampolín para tan extensa carrera y el recurso nostálgico para que los seguidores albaceteños recuerden un tiempo pasado que, sin duda, fue mejor.

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