![Real Valladolid Baloncesto: nace una alianza con más promesas que certezas](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202008/02/media/cortadas/filfa-kFD-U110962425530SyD-1968x1216@El%20Norte.jpg)
![Real Valladolid Baloncesto: nace una alianza con más promesas que certezas](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202008/02/media/cortadas/filfa-kFD-U110962425530SyD-1968x1216@El%20Norte.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Cuando hace cuatro veranos el Real Betis se comprometió a absorber al club de baloncesto por un euro, lo de menos eran las condiciones del acuerdo. El Baloncesto Sevilla –propiedad por entonces de Caixabank– agonizaba y el ayuntamiento movilizó al tejido empresarial y fuerzas vivas de la ciudad para evitar su defunción después de 27 temporadas consecutivas en la Liga ACB.
Sin ser el mismo caso, sí es el último ejemplo integrador entre clubes profesionales de fútbol y baloncesto desde que Josean Querejeta decidiera hacerse con la mayoría del paquete accionarial del Alavés, y por lo tanto referencia más próxima para el acuerdo que van a firmar en breve el Real Valladolid y el Carramimbre CBCValladolid y que dará paso al nuevo Real Valladolid Baloncesto.
Un alianza con raíces en tiempos de Carlos Suárez que empezó a fraguarse en pleno confinamiento, y en un escenario que se barruntaba precario para el club de baloncesto. No era tanta la urgencia como la del caso andaluz, pero la necesidad sí apuntaba a un mismo plano que ha terminado por marcar en buena medida las conversaciones hasta el punto de que el CBC se ha sentido obligado a plegarse a todas las condiciones pautadas desde el estadio Zorrilla. Una práctica por otro lado normal cuando la negociación no es entre dos iguales. El poderoso impone y el que está en una posición débil acata.
Y desde el mes de abril hasta prácticamente la semana pasada en la que ambos anunciaron el acuerdo, las conversaciones entre David Espinar por parte del Real Valladolid y Saúl Hernández como gerente del CBC han girado en torno al modelo Ronaldo y la gestión que ha implantado el brasileño desde su llegada.
Recordará el aficionado blanquivioleta que el 'Fenómeno' aterrizó en septiembre con la liga empezada –Chris Ramos titular en punta en Girona– y las inmediatas incorporaciones (Ünal y Duje Cop) fueron consecuencia de las negociaciones mantenidas por el director deportivo las semanas previas. Esto es, Ronaldo no llegó talonario en mano para dotar de un mayor músculo financiero al club de fútbol. Sí lo hizo el contrato televisivo en Primera y las gestiones que ha ido sembrando el departamento que lidera uno de sus fichajes más rentables, el francés Matthieu Fenaert.
El proceso ahora no dista mucho del de aquel verano de 2018. No ha adquirido el club de baloncesto –lo hará en cuanto se convierta en Sociedad Anónima–, pero pretende dotarlo de una estructura lo suficientemente sólida como para empezar a generar recursos y activos en cuanto se logre el ansiado ascenso a la Liga ACB. Hasta entonces las dos entidades caminarán de la mano bajo unas pautas muy concretas que fueran aprobadas hace unos días por la asamblea de directivos del CBC Valladolid.
La criatura, por lo tanto, nace con cesárea, con más promesas que certezas y una serie de compromisos adquiridos por ambas partes. Por la parte que toca al club de fútbol existe un compromiso de dotar de un mayor músculo financiero mediante la llegada de patrocinios, además de crear una estructura de gestión mucho más completa y acorde a lo que demanda el deporte profesional. ¿Aportación económica? Una cantidad residual que apenas alcanza un 5% del presupuesto de la última temporada.
Además, el Real Valladolid asume el cánon que es necesario avalar para disputar la LEB Oro 2020-21, y que asciende a 150.000 euros. Punto. El resto se puede cuantificar por cuanto se van a destinar recursos humanos pero no se traduce por el momento en el presupuesto de la próxima temporada.
Este punto ha generado cierto malestar en ambas partes; desde una de ellas porque se niegan las afirmaciones de que no hay aportación económica –sí la hay, pero exigua–, y desde la otra porque se apunta a que el próximo presupuesto sí se incrementará de manera notable. «Por encima del 20 por ciento», se asegura.
La estrategia de incomunicación que se ha seguido durante todo el proceso no solo no ha ayudado sino que ha propiciado cierta confusión entre la masa social de ambos clubes al generarse unas expectativas irreales.
Sí ha trascendido una serie de aspectos más palpables que sirven para vestir mejor el acuerdo. Algunos que afectan más al aficionado, caso del beneficio que obtendrán si optan por el abono combinado para acudir al estadio Zorrilla y al polideportivo Pisuerga; el cambio del viernes a la matinal del domingo para jugar los partidos como local; o la Fan Zone que se habilitará en las previas en la explanada aneja al pabellón. Y otros más testimoniales como pintar todas las butacas de morado, el cambio de equipaciones o la creación de un fondo de animación por parte de las peñas del Real Valladolid.
Todos estos cambios serán supervisados por un miembro del club de fútbol que se integrará en la directiva del Real Valladolid Baloncesto –probablemente David Espinar– y velará porque se cumplan todos los compromisos del acuerdo.
Adaptarse al modelo Ronaldo «sin perder la esencia del CBC» –algo que se viene repitiendo en las últimas fechas desde el club de baloncesto– debe conducir a un objetivo común: jugar en ACB.
No es una situación nueva, pero los números que se han debido hacer para calibrar las opciones de jugar en la Liga ACB y los que llegan procedentes de otros clubes de LEBOro han reavivado el viejo debate de las aportaciones institucionales al deporte de elite en Valladolid.
No hace mucho era Mike Hansen en estas mismas páginas quien se lamentaba amargamente del apoyo insuficiente que recibe el club de baloncesto en comparación con otros rivales directos. «Solo queremos jugar en igualdad de condiciones», apuntaba. Y en sus palabras se incluía una queja por el trato que reciben desde la Diputación en comparación con la ayuda que ofrece el mismo organismo en otros puntos de España. En su cabeza se agolpaban numerosos ejemplos pero para no irse muy lejos citaba el de Palencia y la sustancial diferencia de población que hay entre ambas provincias. Sin dar cifras ponía el acento en el club vecino, que según las últimas noticias ha visto aumentar las partidas que recibe tanto del ayuntamiento (160.000 euros, 30.000 más que en la última temporada) como de la Diputación (160.000 euros en 2020-21 por su promoción turística al pasar a denominarse Destino Palencia).
Según los convenios firmados, el CBCValladolid ha percibido el último año del ayuntamiento la cantidad de 95.000 euros, mientras que de la Diputación ha recibido 12.000 euros por incluir la provincia en el calendario de amistosos de la pretemporada. Un escenario, por cierto, que está en el aire el próximo curso por la pandemia.
De todo ello se hablará en la reunión que tendrá lugar en los próximos días entre los responsables del club y las diferentes instituciones.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Jon Garay y Gonzalo de las Heras
Equipo de Pantallas, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández, Mikel Labastida y Leticia Aróstegui
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.