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Nueva derrota pucelana, y por el mismo resultado que en Valencia ante el Levante. Lo malo es que se produjo de manera muy diferente. Todo lo que hubo de bueno en el Ciudad de Valencia no se vio en La Cerámica y esta vez ni ... siquiera vale la excusa de que hubo mala suerte. El Villarreal fue superior el 75% del partido y Cazorla hizo lo que quiso y cuando quiso con el entramado defensivo armado por Sergio. El Real Valladolid jugó a no perder y encontrar un gol, y solo halló dos tantos en contra y una excepcional partido de Masip. Mal asunto.
das
Villarreal
Sergio Asenjo; Rubén Peña, Albiol, Pau, Quintillá; Iborra (Ontiveros, min. 74), Cazorla, Anguissa, Moi Gómez (Samu, min. 65); Bacca (Ekambi, min. 58) y Gerard Moreno
2
-
0
Real Valladolid
Masip; Pedro Porro, Olivas, Salisu, Fede Barba; Antoñito, Alcaraz, Míchel (Hervías, min. 79), Óscar Plano (Anuar, min. 74); Sandro (Waldo, min. 66) y Guardiola
Goles: 1-0, min. 77: Cazorla, de penalti. 2-0, min. 89: Ontiveros, de cabeza
Árbitro: Soto Grado, con Hernández Hernández en el VAR.Amonestó a Quintillá, Iborra, Fede Barba
Poco se puede contar de los primeros 45 minutos. Ocasiones hubo dos, por contar generosamente. Una de Plano que sacó Asenjo primero y los centrales después, y otra de Cazorla que detuvo Masip y en la que el árbitro ayudó luego a Alcaraz a salir del lío en el que se metió tras el rechazo. Y entre ambos hechos y después, todo fue un juego sin intensidad, sin emoción, sin nervio.
El Villarreal mostraba sus alegrías ofensivas con la calidad de Cazorla, Anguissa y Moreno, pero a la vez enseñaba sus carencias defensivas con Albiol y Pau nerviosos como alevines. Enfrente, el Valladolid trataba de atar corto al asturiano con Antoñito y Porro y Guardiola y Sandro se mataban a tapar huecos. Era de lo poco destacable en los visitantes, colapsados en la sala de máquinas y con Plano sin encontrar el hueco por donde hincar el diente a Rubén Peña.
Así las cosas, no fue extraño que por quinta vez en la temporada el Pucela se fuera a la caseta sin marcar y sin recibir. Es la norma del año, a lo que se ve. Pero esta vez, a diferencia de otros encuentros, ninguno de los dos mereció mojar en la primera mitad.
Sí lo mereció en la reanudación el local. Por intensidad, por fe, por carácter y por vergüenza torera. El Valladolid solo dio un zarpazo en una contra con Sandro, pero la desaparición de Guardiola por segundo partido consecutivo y la baja forma de Plano volvió a lastrar demasiado al equipo.
Al Pucela le pasa algo, y lo mostró en la segunda mitad en muchas fases. Muy desconectado entre las líneas, con Olivas y Salisu achicando y arriesgando más veces de la cuenta y con un centro del campo que nunca contuvo con solvencia a los rivales, el gol era cuestión de tiempo. Llegó en una jugada de Ontiveros en la que picó Salisu -aprendizaje necesario para el africano-, y se consumó en una desconexión en el centro del campo que dejó el campo libre a Ekambi y al extremos marbellí que militara en el Real Valladolid.
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