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Al Real Valladolid visitante no hay por dónde cogerlo. Si en Zorrilla mantiene el tipo, fuera de casa se convierte en un conjunto verbenero, en el que los futbolistas parecen competir para ver quíén comete la pifia más gorda. En el Sánchez-Pizjuán, el Pucela ... volvió quedar retratado en su versión forastera. Los múltiples errores defensivos, con fallos indignos de un equipo de Primera División, acabaron por propulsar a la victoria a un Sevilla que también evidenció muchas deficiencias, pero que acabó por aprovechar los regalos infantiles de este Real Valladolid desesperante. Sí, Pezzolano, el equipo invita al sufrimiento constante y lejos de casa, el horror va en aumento.
El entrenador blanquivioleta introdujo cambios en todas las líneas, con un desnortado Eray Cömert de vuelta al once formando pareja con David Torres en el eje de la zaga ante la epidemia de lesiones de los centrales. El técnico apostó de inicio por un doble pivote defensivo, con Stanko Juric y un ambivalente Mario Martín, que volvió tras su sanción, más la adición de Kike Pérez, el autor del gol. También volvieron al once un invisible Amath Ndiaye como extremo y un desesperado Marcos André en punta, en una jornada de rotaciones. Y si Pezzolano empleó seis variaciones, Xavi García Pimienta efectuó siete cambios tras la debacle del Sevilla ante el Alavés, con Badé y Marcao como centrales, Barco como lateral zurdo, Gudelj y Peque junto a Saúl Ñíguez, el veterano Jesús Navas como extremo diestro y el ofuscado Iheanacho en punta.
El partido mostró todos los miedos de dos contendientes en apuros. El Sevilla compareció con la idea de sacudir de lo lindo ante la permisividad de Pulido Santana, con el gatillo fácil para sacar amarillas al Real Valladolid y permitir las tundas sevillistas.
Sevilla FC
Nyland; Carmona, Badé, Marcao, Barco (Salas, m.90); Gudelj, Saúl (Agoumé, m.52), Peque (Montiel, m.90); Jesús Navas (Ejuke, m.60), Iheanacho (Suso, m.60), Lukebakio.
2
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Real Valladolid
Hein; Luis Pérez, Cömert, David Torres, Lucas Rosa; Kike Pérez (Latasa, m.56), Juric (Sylla, m.85), Mario Martín; Machis (Raúl Moro, m.56), Marcos André (Meseguer, m.72) y Amath (Iván Sánchez, m.45).
Goles 1-0 David Torres en propia puerta(m.44). 1-1 Kike Pérez (m.55) 2-1 Ejuke (m.84)
Árbitro Pulido Santana (comité Las Palmas), con Iglesias Villanueva en el VAR.
Otros datos Amonestó al técnico Paulo Pezzolano, Gudelj, Marcos André, Lucas Rosa, Lukebakio, Juric, Peque, David Torres. Expulsó por doble amarilla a Marcao (m.89) y a Joaquín Papa, tercer entrenador del Real Valladolid.
Sin desatarse, el Sevilla encontró algunas vías para llegar hasta el área de Hein, especialmente a través de Lukebakio, el único que parecía poseer una linterna para iluminar el juego en una primera parte de espanto. Una internada del belga acabó con un disparo alto de Peque que empezó a retratar las graves deficiencias que presenta este Real Valladolid en defensa.
El experimento de jugar con doble pivote defensivo se le atragantó al Pucela porque Mario Martín perdió el 'oremus' a las primeras de cambio. Sus errores pueriles a la hora de sacar el balón en la primera parte pudieron costar muy caros cuando el mediocentro se dejó robar la merienda por Saúl Ñíguez en una acción de ataque hispalense que no fructificó de manera efectiva.
El Sevilla siguió entregado a su deporte favorito: sacudir jugadores rivales. Se podría decir que salió un punto más intenso que el siempre anémico Pucela visitante, pero lo cierto es que la reiteración de faltas y la propia gravedad de los golpes debieron haber quedado frenados por un árbitro que también estuvo lamentable.
Con Mario Martín en plan errático, el Real Valladolid no lograba nada parecido a un inicio fluido del juego. De hecho, Nyland apenas tuvo trabajo en una primera parte cuya balanza se fue decantando hacia el platillo local por la fragilidad creciente del Pucela. Este equipo es transparente y no tarda en mostrar todos sus desaguisados sobre el césped cuando se ve lejos de Zorrilla. Sólo David Torres fue capaz de encender una tenue luz hacia arriba y buscó a Marcos André con un buen pase, pero el delantero blanquivioleta incurrió en fuera de juego.
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Eray Cömert se sumó también a la verbena defensiva con un error garrafal que lleva a pensar qué vio la dirección deportiva para incorporar a un central con semejantes carencias. Al Pucela le salvó que el balón le cayó a Iheanacho, un delantero con la mira muy desviada. Cualquier otro atacante con un mínimo colmillo habría asestado la primera dentellada.
El Real Valladolid entró entonces en un vórtice de errores en cadena dignos de estudio. Lucas Rosa le entregó apresuradamente la pelota a un despistado Kike Pérez, que vio cómo le birlaban la pelota. El Sevilla remató hasta cinco veces en medio del derrumbado castillo de naipes blanquivioleta, hasta que Lukebakio le entregó el balón a Peque. David Torres intentó frenarle, pero acabó marcando el 1-0 para el Sevilla en propia puerta. El tanto llegó por pura insistencia hispalense.
Pezzolano se vio obligado a remover el banquillo en el descanso, así que Iván Sánchez relevó a Amath, un extremo desaparecido sobre el césped, lo que llevó a Machis a la izquierda. Mario Martín dio un paso hacia arriba y se liberó del corsé que le llevaba a errar hacia atrás. Con las luces hacia adelante, el mediocentro encontró la fórmula para ejecutar un magistral recorte y servirle un balón al área a Kike Pérez, que golpeó al primer toque para empatar la contienda, después de que la pelota tocase en Marcao.
En un fogonazo, el Pucela vio el partido de cara y las entradas de Raúl Moro y Latasa añadieron pólvora y cambio de sistema hacia un ofensivo 4-4-2. El Sevilla empezó a sudar y pareció que quedaba contra las cuerdas de un Pizjuán levantisco con el pobre fútbol de su equipo. Sin embargo, el cuadro hispalense también olió la sangre en su rival. Hein empezó a sentirse muy exigido y respondió a las mil maravillas, con paradones antológicos, como el que ejecutó ante el ingresado Ejuke o, aún más brillantemente, en un tiro a quemarropa frente a Peque.
Con el partido en el alambre, esta vez fue Meseguer el que dio un infame pase atrás ... que se convirtió en una asistencia para que Ejuke se merendase a Cömert y David Torres y rubricase el 2-1 final. Al Pucela ya sólo le quedaba el recurso de buscar a Latasa, que fue objeto de un posible penalti del que Pulido Santana no quiso saber nada. La posibilidad de sumar en Sevilla saltó por los aires. Fuera de casa, este equipo es un desastre absoluto. Una triste verbena.
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