La crónica

El Real Valladolid sufre un excesivo castigo en el Bernabéu

Hay que reconocer el mérito que realizó el conjunto de Pezzolano. Los jugadores murieron con las botas puestas, como la película basada en la vida del general Custer. Terminaron fundidos, en otro esfuerzo titánico e incluso tuvo ocasiones para haber empatado el encuentro (Moro y sobre todo Sylla tendrán en su cabeza las ocasiones que fallaron). Lo tuvo cerca, y all final, lo que queda es una sensación de rabia, de no haber merecido tan abultada derrota.

Teniendo en cuenta que el miércoles hay un partido importante en Zorrilla frente al Leganés, y por aquello de las rotaciones, se intuía algún retoque en el once inicial que presentó Pezzolano para hacer frente al Real Madrid. Y fueron cinco los cambios que hizo el técnico uruguayo respecto al equipo que logró la victoria frente al Espanyol. Retrasó la posición de Cömert al centro de la defensa, formando pareja con Boyomo en lugar de Javi Sánchez; varió los extremos, dando entrada a Iván Sánchez y Machis en lugar de Moro y Amath, con Marcos André en punta, en lugar de Sylla. Llamó la atención que Biuk no entrara en esa convocatoria. Y los cambios funcionaron.

Saltó el Pucela al césped del Bernabéu con la tercera equipación, la del homenaje al vino y se lo tomó con calma, con tranquilidad, que un partido en el Bernabéu es muy largo, bien replegado y muy ordenado, con otro gran trabajo defensivo, pero le costaba salir con claridad. Aguantaba bien la posición y aguantar las embestidas del Real Madrid, que poco a poco empezaba a asomar con más peligro. En su primer partido ante su aficiòn, Mbappé dio el primer aviso, pero se topó con una buena intervención de Hein. La única que tuvo en esa primera parte. Tampoco es que el guardameta estonio estuviera muy exigido. Buena señal.

No se puso nervioso el Pucela. Al contrario, sobre el cuarto de hora de juego, Machis se hizo hueco, y su disparo lo tocó lo justo Rüdiger para envenear su trayectoria. El balón salió fuera por poco. El Pucela resistía, con los jugadores de banda apoyando en tareas defensivas a los laterales, con buenas ayudas, aunque los problemas llegaron para Hein. El portero estonio se echó al suelo y pidió que entraran las asistencias médicas. Se quejó de su pierna derecha, puede que en una acción anterior en la que tuvo que despejar un balón ante Vinicius.

Lo bueno, el trabajo defensivo. Impecable. Lo malo, que cuando el Pucela robaba, no había nadie para acompañar las jugadas de ataque. El planteamiento del Pucela estaba claro, el plan de trabajo también. Y funcionó en esa primera parte, haciendo que el partido fuese largo. Serio y un trabajo ímprobo en defensa, dejando sin ocasiones a todo un Real Madrid con todo lo que tiene en ataque. Todos se dejaron el sudor en esa camiseta roja, desde Hein en la portería hasta Marcos André en la presión. Tampoco era cuestión de ir a lo loco en el Bernabéu.

La segunda parte prometía emociones por lo incierto del marcador. La cuestión era saber cuánto le iba a aguantar el combustible al Pucela y sobre todo, qué planes tendría Pezzolano para esa segunda parte, que comenzó sin cambios.

El Real Madid empezó esta segunda parte con ataques más rápidos. Y en una acción a balón parado, el conjunto de Ancelotti se iba a adelantar en el marcador. La falta la ejecutó Valverde con un cañonazo marca de la casa, el balón pegó en Juric y no pudo llegar Hein. Con fortuna, ese gol cambió el signo del partido.

Con el marcador a favor, el Madrid iba a tener más espacios. Güller pudo hacer el segundo, pero fue el Pucela el que buscaba el empate en un remate de Meseguer dentro del área madridista, algo escorado, que se topó con una buena mano de Courtois. Y más clara fue para Moro. Acababa de saltar al terreno de juego pero su golpeo se fue muy por encima del larguero tras una buena jugada de Juric.

Si la primera parte se hizo eterna, los minutos pasaban velozmente en la segunda. Y viendo que el Real Madrid se hizo un poco vago, el Pucela dio un paso al frente. Eso le costó dejar muchos espacios y que Hein tuviera mucho más trabajo. De hecho le aguó la fiesta a Mbappé en su debut ante su afición., con una parada de reflejos en un remate de tacón del astro francés.

Mario Martín hizo su debut con la camiseta del Pucela. Es un jugador que puede aportar mucho, y lo que más recordará el Pucela fue la ocasión de Sylla. El delantero tuvo el empate en sus botas en un balón al espacio para el delantero del Real Valladolid, que se fue como una bala a la portería de Courtois. Poco a poco se fue quedando sin espacio y su remate, forzado con la pierna derecha, no encontró portería.

Lástima porque poco después el Pucela encajó el segundo por medio de Brahim. Aún así, el Real Valladolid quiso morir en el área blanca. Y ya en el tiempo de descuento, Endrick hizo el tercero. Cruel. Pero ahora toca levantarse y pensar en el partido del miércoles frente al Leganés en Zorrilla.