
El Real Valladolid y sus dos 'Rodillas'
La Vista Atrás ·
El salmantino José María marcó el gol de un ascenso y el vigués José Fernando ni siquiera llegó a ser titularSecciones
Servicios
Destacamos
La Vista Atrás ·
El salmantino José María marcó el gol de un ascenso y el vigués José Fernando ni siquiera llegó a ser titularJosé Miguel Ortega
Sábado, 25 de febrero 2023, 11:50
Ha habido a lo largo de su casi centenaria historia jugadores con apellidos similares, unos porque eran hermanos y otros por casualidad, sin ninguna relación familiar entre ellos. Por ejemplo Rodilla, que no es un apellido muy común pero que ha aportado dos a las alineaciones del Real Valladolid.
El primero de ellos, José María Sánchez Rodilla, nació en Fuentes de Béjar en 1940 y recaló en el conjunto blanquivioleta procedente de la Unión Deportiva Salamanca, recomendado por Jesús Rivero, defensa vallisoletano que coincidió con él en el equipo charro. Rodilla tenía ficha de amateur y no fue difícil hacerse con sus servicios sin pagar ninguna cantidad, simplemente con un cambio de domicilio.
Cuando José María Rodilla llegó, en la temporada 1960-61, el Valladolid había recuperado su sitio en Primera División y además tenía en su plantilla a tres de los cuatro sudamericanos que Saso se había traído la campaña anterior, Solé, Endériz y Aramendi, ya que Benítez fue traspasado al Zaragoza. En la vanguardia había mucha competencia porque estaban, entre otros, Joselín, Martínez, Morollón y Zaldúa, otra joven estrella de las que surgían de vez en cuando para sacar las castañas del fuego al equipo en el plano deportivo y al club en el económico.
Así que aquella primera campaña como blanquivioleta estuvo cedido en el filial, Europa Delicias, donde disputó 19 partidos y marcó 16 tantos, siendo el máximo realizador del equipo. Los dirigentes y técnicos se frotaban las manos con la progresión de un muchacho de apenas 20 años que no había costado un céntimo y tenía toda la pinta de convertirse muy pronto en figura.
Su buena campaña en el Europa le sirvió al joven delantero salmantino para tener dos esporádicas apariciones en el primer equipo que no andaba nada bien, por cierto. Tres entrenadores en la temporada y una endeblez defensiva preocupante no era el mejor ambiente para que un muchacho sin experiencia en Primera División pudiera salir airoso.
Debutó con el primer equipo el 26 de febrero de 1961 en Altabix contra el Elche, con una inapelable derrota por 3-0 y tuvo después otra oportunidad en La Romareda ante el Zaragoza, que nos goleó 5-1. El equipo descendió a Segunda División y además fue traspasado Zaldúa, de modo que el horizonte para Rodilla se despejó bastante aunque tuvo que esperar hasta la quinta jornada para entrar en la alineación, con una goleada (5-0) al Deportivo Alavés.
Al principio alternaba entre el filial y el Valladolid, pero en la segunda vuelta ya fue titular con un balance de 20 partidos y 7 goles, uno de ellos tan importante como el marcado al Español en el último minuto de la promoción, que sirvió para conseguir el retorno a primera. Al año siguiente no solo fue indiscutible en las alineaciones con 32 partidos de Liga, sino que además fue el pichichi del equipo con 18 goles, aportación que mantuvo en la 63-64, en la que jugó 29 encuentros y marcó 11 tantos.
Rodilla se convirtió en una pieza codiciada por otros equipos y terminó fichando, paradójicamente, por el Español al que había mandado a Segunda. Con los blanquiazules jugó ocho temporadas, disputó 187 encuentros e hizo 54 goles. En 1970 fue internacional con la selección B de España.
El otro Rodilla, José Fernando Martínez Rodilla (Vigo 1950) llegó a Valladolid en la década siguiente, temporada 1976-77, después de haber militado seis campañas en el Celta, cinco de ellas en Primera División.
Al contrario que su antecesor del mismo apellido, cuando fichó por el Valladolid no era una promesa, sino un delantero de contrastada categoría que ya había sido internacional absoluto con Kubala de seleccionador, en un partido contra Grecia que se jugó en Zaragoza el 28 de octubre de 1970 y que concluyó con triunfo español por 2-1.
Rodilla era, con 20 años, el futbolista más joven de un equipo en el que Luis, Amancio, Gárate e Iribar le sacaban diez años o más. El gallego, con poco físico pero mucha clase, fue la revelación del Celta después de haber estado cedido en equipos de tercera para ver si conseguía el cuerpo que precisaba para poder jugar en Balaídos.
Poco antes se había convertido en noticia al ser seleccionado para jugar con el equipo FIFA en un partido homenaje al portugués del Benfica, Mario Cunha, junto a fenómenos de la talla de Bobby Moore, Johan Cruyff, Eusebio y Luis Suárez. La fama le llegó demasiado pronto y el Celta lanzó las campanas al vuelo con el descubrimiento de su nueva estrella, que durante varios años fue indiscutible en un equipo que se mantuvo en primera división hasta que al final de la campaña 1974-75 una grave lesión en la rodilla de su delantero influyó mucho en el descenso del equipo vigués a Segunda División.
Al año siguiente solo pudo jugar 4 partidos oficiales y el Celta optó por darle la baja convencido de que ya nunca volvería a ser el mismo, aunque el Real Valladolid no parecía compartir ese pronóstico tan pesimista y lo fichó con la esperanza de que en Zorrilla pudiera recuperarse.
Con los blanquivioletas hizo su presentación en el choque de ida de la Copa del Rey contra el Jerez Industrial, el 17 de septiembre de 1976, jugando aquella temporada 19 partidos (12 de Liga y 7 de Copa) en los que marcó dos goles pero no pudo aportar lo que el Pucela necesitaba para lograr el objetivo del ascenso, pese a que habían llegado refuerzos tan importantes como el argentino Palacios y los catalanes Moré y Rusky. El delantero vigués se esforzaba en tratar de responder a la confianza que el club vallisoletano había depositado en él pero no podía ocultar su cojera ni recuperar la velocidad de su mejor época.
Le recuerdo como un muchacho prudente y educado, trabajador en los entrenamientos, aunque triste porque él era el primer convencido de que su lesión suponía un lastre difícil de superar. Al término de la temporada 76-77 el Real Valladolid seguía en la división de plata y el segundo de los Rodilla que pasaron por aquí abandonaba el viejo Zorrilla para prolongar su carrera en varios equipos de Tercera División en busca de un milagro que no se produjo. En la actualidad es directivo del Celta, el club de sus amores.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Jon Garay e Isabel Toledo
J. Arrieta | J. Benítez | G. de las Heras | J. Fernández, Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras y Julia Fernández
Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras, Miguel Lorenci, Sara I. Belled y Julia Fernández
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.