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Hasta en cinco ocasiones David Espinar, o lo que es lo mismo el portavoz institucional del Real Valladolid y director del Gabinete de Presidencia, eludió valorar sí Paulo Pezzolano seguirá siendo entrenador del Real Valladolid.
No es que le ratificara o no en el cargo después del enésimo desastre del equipo lejos de Zorrilla, esta vez en Ferrol. No. Es que directamente dejó la margarita intacta a la espera de interpretaciones de sus palabras -para los más entendidos-. «No sé qué decisiones se están tomando», aseguró en la primera de sus respuestas ante el más que previsible asedio periodístico, empujado por una afición hastiada desde hace meses.
«No sé si están previstas reuniones». Nuevo balón fuera de un Espinar que lo máximo que aseveró es que el equipo jugó «un mal partido». «Un mal partido, como aseguró el técnico tras el encuentro», apostilló con un cuidado con las palabras y las valoraciones. De hecho, insistió, «como abonado no me posiciono, y como parte del club, no tengo nada que decir», zanjó.
Se probó de otra manera desde la bancada periodística. Con aquello de «¿no ve al técnico derrotado?» tras una rueda de prensa de Pezzolano, en en la que el uruguayo se mostró más taciturno que de costumbre, y en la que entonó el mea culpa para alejar del foco a sus jugadores. «No lo creo. El míster tiene fuerza, y no va con él rendirse. Es lógico que su estado de ánimo estuviese tocado tras el partido, pero no es de los que tiran la toalla».
Se le preguntó directamente por una falta de ratificación al míster -la cuarta manera de ver si se podía arrojar algo de luz en el futuro más inmediato-. De nuevo, agua. «Yo no he dicho que no le haya ratificado...», contestó, pero sin cambiar el discurso, con unas palabras perfectamente estudiadas.
Para interpretar las palabras de Espinar, que negó la mayor, asegurando que tampoco había hablado con Ronaldo, «ni con nadie», habría que acudir a comparencias similares de uno de los cabezas visibles de la entidad, y que, pese a sus palabras, resulta obvio que está al corriente de cada paso que se da la entidad.
La falta de ratificación, que sí la hubo por su parte en las semanas previas al cese de Pacheta la pasada temporada, puede ser una pista. «La continuidad del entrenador es innegociable», aseguró entonces.
Lo mismo ocurrió con Sergio, cuando el técnico estaba cuestionadísimo. «La intención del presidente y de la comisión deportiva del club es la de mantener el entrenador y, por ahora, no hay ningún indicador que señale que Sergio no continúe al frente del banquillo», defendió entonces. El final, todos lo conocemos.
Con Pezzolano, la situación que se vive es similar a la de sus predecesores, con el hándicap de que en la bolsa del uruguayo ya hay un descenso de categoría y que el equipo se ha alejado de los puestos de ascenso directo a Primera, y hasta está fuera del 'play off' de promoción, lo que implica que el club no conseguiría el objetivo marcado al técnico y la plantilla cuando sólo restan once jornadas para el final de la Liga.
El club no ha descartado reuniones en las próximas horas y la incertidumbre en el banquillo proseguirá, quién sabe si unas horas, días incluso hasta el partido del Eibar de este domingo.
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