El Real Valladolid quiere mantener ese perfil de entrenador de club, independientemente de la situación del equipo. La apuesta estructural lleva ahora a la entidad a estar en manos del argentino Diego Cocca, con la difícil papeleta de tratar de salvar al equipo del descenso, ... y tratar de dar «aire fresco» al vestuario.
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En ese trabajo, y a falta de definir el staff del exseleccionador mexicano, la dirección deportiva blanquivioleta quiere que Álvaro Rubio sea una pieza importante. «Queremos que esté ahí», en una forma de agradecer al riojano su trabajo durante estos últimos diez días, así como su trayectoria en el Promesas, al que no regresaría ya, en una clara apuesta de «futuro».
Rubio, con el que la cúpula del club ha mantenido una estrecha relación estos últimos días, «ha cumplido», a juicio de la dirección deportiva siempre que el Real Valladolid le ha necesitado, no solo en esta última etapa -quizá una de las más complicadas de la historia reciente de la entidad-, sino también cada vez que tuvo que suplir a Paulo Pezzolano.
«Es un hombre de club, y el club está por encima de todo. Hasta el punto de que eso también ha sido fundamental a la hora de elegir entrenador», valoran desde el Real Valladolid tras un casting de más de diez días tras el cese de Pezzolano tras la derrota con el Atlético de Madrid y con el equipo colista de la Primera División.
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