Secciones
Servicios
Destacamos
En el fútbol, como en la vida, uno puede caminar mirando al frente y fijándose en los demás con el fin de compararse y percibir ... dos realidades distintas: que siempre hay alguien mejor o que por lo menos no estamos como esa última persona a la que nos cruzamos. A pesar de no imponerse a través del fútbol, esto último lo pensará el Real Valladolid Promesas después de pasar junto al Real Oviedo Vetusta: que podría ser peor. Para empezar, podría serlo de no haberse aprovechado del regalo de la defensa carbayona para volver a ganar después de cuatro partidos y distanciarse de quien es un rival directo en la clasificación.
La premisa anterior no viene a retratar al filial ovetense más de lo que lo hizo posteriormente su entrenador, Jaime Álvarez, que lamentó su reiterada bisoñez de cara a la portería rival en rueda de prensa. Sus intenciones con balón son buenas, así lo fueron en Valladolid, pero la carencia de colmillo, pero también de fluidez en campo rival, a pesar de que esos buenos conceptos hicieron que el Promesas no tuviera tanto dominio del esférico como otras veces. En uno de esos partidos que uno pude considerar de igual a igual, por eso de enfrentar a dos conjuntos jóvenes y con ese espíritu, ambos tuvieron ganas de imponerse con el balón, si bien los pupilos de Álvaro Rubio lo tenían un poco más claro –nada más que eso, un poquito– al adentrarse en terreno enemigo.
En ese mirarse en el espejo, los blanquivioletas eran un poco más atrevidos al buscar a Pozo, que tuvo uno de esos días de que no, o a Chuki, que quería amenazar presionando o desmarcándose al espacio. En caso de duda, buscar a Yago Paredes en punta, como si más que una boya fuera el madero al que agarrarse, servía como solución para progresar, y así, a los siete minutos, un pase filtrado por Pozo dejó al delantero solo frente al portero, que tapó bien, y, sobrepasada la media hora, el propio Paredes hizo un quiebro en el centro del campo para abrir a Sergi Esteban, quien también se topó con Marco. Esas dos fueron las únicas intervenciones del meta visitante en una primera mitad que pudo tener otro marcador, de no ser porque, a la tercera, cuando Gonzalo vio la carrera en largo de su 'nueve' y le habilitó con un buen balón a la espalda de la zaga, se resbaló y cayó dentro del área, empujado por el viento.
Real Valladolid Promesas
Gonzalo; Koke (Iker Pérez, min. 75), Tito, Ortuño, Chasco; Jesús Martínez, Verde (Frimpong, min. 75); Pozo (Dani Fernández, min. 71), Chuki, Sergi Esteban (Tunde, min. 71); y Yago Paredes (Arnu, min. 61).
1
-
0
Real Oviedo Vetusta
Marco; Sesé (Darío, min. 75), Marco Esteban, Collante (Diego Menéndez, min. 75), Osky (Omar, min. 30); Yayo, Víctor (Izan, min. 65); Nacho Estrada (Charbel, min. 65), Iván, Miguélez; y Sola.
Goles: 1-0, min. 73: Chuki.
Árbitro: Gómez Lameiro (C.T. Gallego), asistido en las bandas por Gil Soriano y García López-Arias. Mostró tarjeta amarilla a los locales Yago Paredes, Verde y Jesús Martínez, y a los visitantes Collante y Marco Esteban. Expulsó por doble amonestación al blanquivioleta Chuki.
Otros datos: Partido correspondiente a la jornada 20 del Grupo I de Segunda Federación, disputado en los Campos Anexos al estadio José Zorrilla, ante unos 600 espectadores.
Lo abierto del juego contrastaba con las acciones ofensivas del Real Oviedo Vetusta, que solo fue capaz de poner a prueba a Gonzalo con un envío profundo que dejó a Miguélez delante del meta, que resolvió bien en el uno contra uno. Su segunda parada se produjo ya con el segundo periodo algo avanzado, en un centro envenenado que tocó y golpeó en la madera antes de perderse por la línea de fondo. Después del descanso, de hecho, había una ligera sensación de dominio mayor por parte del conjunto carbayón, quizás algo mayor que la de un primer tiempo bastante abierto. Navegaba el encuentro por lo anodino cuando una pelota lanzada hacia ninguna parte acabó en los dominios defensivos del Vetusta, aparentemente sin peligro. Pero el central tuvo una parálisis del juego, puede que provocada porque el portero le pudo pedir el balón en su conato de salida. El más listo de la clase fue Chuki, que mientras el uno miraba y el otro llegaba, alcanzó la pelota, se escurrió entre la reacción tardía de los dos y marcó el uno a cero.
Contando el complementario, quedaban veinte minutos para el final, tiempo suficiente para una reacción, también, a medias. El Real Valladolid Promesas, sin llegar a parapetarse en el área, dio por bueno el esperar y, si acaso, transitar para remachar. La necesidad llevó a su rival a confundir los grados de intensidad, cometiendo alguna infracción con la que cualquier posibilidad de que Arnu sujetara un balón era en vano. Con el cuero tuvieron poco que hacer, porque el debutante Ortuño y el veterano Tito resolvieron cualquier aproximación con más eficacia que belleza, pues no estaba el marcador para querer ser los más estéticos del lugar. A la postre, ni siquiera la roja a Chuki, que vio dos amarillas casi consecutivas por sendos agarrones, comprometió el resultado, por lo que, cuatro jornadas después, el Real Valladolid Promesas volvió a ganar, lo que, mientras busca esa mayor estética y resolver papeletas como la de Cédric –fuera de la convocatoria por decisión del club– le aleja de los puestos de descenso.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Alberto Echaluce Orozco y Javier Medrano
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.