El Real Valladolid Promesas clava otro clavo en el ataúd

La baja de Mikel Carro por contagio en covid-19 obligó al técnico a retocar la alineación, apostando por un 4-4-2. Fresneda debutaba en la categoría ocupando el lateral derecho. Amoah y Torres se mantuvieron en la zaga, mientras que Paulo Vitor y Víctor Narro regresaban a la titularidad para formar en los extremos. El técnico brasileño no tocó la dupla en ataque formada por Sergio Benito y Slavy.

Con el pitido inicial, el Promesas no tardó en plasmar su propuesta de juego, adueñándose de la pelota, con la premisa de salir con el balón jugado desde atrás. Las jugadas blanquivioletas nacían de las botas de Amoah y Torres, para que estos conectaran con Moha, y Ortuño, plantados en la medular. Por allí se encontraba Víctor Narro desplazado más al centro del campo dejando el ala derecha a Fresneda. El extremo mallorquín trataba de imprimir mayor velocidad, filtrando pases que Slavy no lograba a cazar. Mientras, el Logroñés aplicó una presión alta, buscando el error rival.

Iñaki llevó peligro con acciones a balón parado que acertaba a despejar la zaga blanquivioleta. Aridane y Guarrotxena se movían por los dominios de Aceves en busca de poder conectar algún remate. Por su parte, Paulo Vitor, Narro y Ortuño protagonizaron disparos lejanos que acabaron fuera. Los blanquivioletas asumían el mando, pero dudaban cuando llegaban a la zona de tres cuartos.

Tras la reanudación, el Promesas siguió tocando, llevando la pelota por zonas interiores y por las bandas, pero faltó lucidez. Moha dudaba a la hora de tomar decisiones. El ritmo era lento, Slavy apenas aparecía y Sergio Benito buscó entrar en juego recibiendo en una posición más atrasada. Nieto apuró línea de fondo y sirvió la pelota a Slavy, quien tuvo que darse la vuelta para disparar. En ese escenario espeso el Logroñés esperaba su oportunidad. En el minuto 69, Aridane se elevó para cabecear una falta botada por Iñaki para poner el 1-0.

El tanto dejó aturdido a un Promesas que, con la entrada de Chuky y Apa buscó mayor dinamismo. El cambio no tuvo el efecto esperado, ya que los pupilos de Baptista seguían siendo inoperantes. Lo peor estaba aún por llegar, en el minuto 75, Alfaro aprovechó un error en la salida de balón de Torres para asestar el zarpazo definitivo. El segundo tanto rival provocó la explosión de una grada que pidió la destitución del técnico brasileño. En los minutos restantes, el Promesas deambuló, consciente de que va a ser difícil encontrar el antídoto para remediar el problema.