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Fue un partido más de esos de esta temporada del Real Valladolid. De esos en los que se sabía que el castillo de naipes se iría al suelo con el primer soplido. Que no tenía por qué ser el del lobo –que Mbappé ya no ... estaba delante ¡y menos mal!–. Que no. Que bastaba con que el peor Ayoze apretase un poquito en el Villarreal para que la casita de paja blanquivioleta se resquebrajase por completo. Al suelo a las primeras de cambio, por enésima vez esta campaña.
El Pucela completó un nuevo desastre como visitante, esta vez en el Estadio de la Cerámica, donde otra vez terminó goleado, con una imagen para echarse a temblar. La sombra de Segunda cada vez es más alargada y solo estamos en febrero.
Villarreal
Diego Conde; Kiko Femenía (Pau Navarro, min. 45), Foyth, Kambwala, Sergi Cardona; Gueye (Parejo, min. 66), Comesaña, Baena, Yeremy Pino, Ayoze (Barry, min. 66) y Gerard Moreno (Pepé, min. 60).
5
-
1
Real Valladolid
Hein; Luis Pérez, Javi Sánchez, David Torres, Lucas Rosa; Juric (Nikitscher, min. 70), Amallah, Anuar, Chuki (Iván Sánchez, min. 78), Sylla (Juanmi Latasa, min. 70); y Marcos André.
Goles 1-0 (min. 41) Ayoze caracolea en el área ante Javi Sánchez y se planta delante de Hein para cruzarle el balón. 2-0 (min. 63): Gueye lanza desde la frontal del área abajo, y el balón entra pegado al palo. 3-0 (min. 69): Comesaña remata de cabeza, libre de marca. 4-0 (min. 83.): Barry se adelanta a la defensa blanquivioleta en el segundo palo. 5-0 (min. 90): Denis Suárez aprovecha un balón muerto. 5-1 (min. 91): Golazo de Amallah, que empalma una volea que se cuela por arriba.
Árbitro Díaz de Mera (Colegio castellano-manchego). Amonestó a Lucas Rosa (min. 36) y a Amallah (min. 65).
Otros datos Partido correspondiente a la jornada 22, disputado en el Estadio de la Cerámica. 17.032 espectadores.
Fueron cinco goles en contra, pero pudieron ser los que el Submarino amarillo hubiese querido. No tuvo su tarde Ayoze, como demostró que tras el cambio del atacante canario en la segunda mitad, el conjunto local se soltase y acertase con la portería de Karl Hein. La cara del meta estonio también da para lectura, acostumbrado ya a sacar la pelotita de las mallas ... ¡Hasta en 47 ocasiones! 47 goles ha encajado el guardameta estonio de su portería en las 22 jornadas disputadas. Los números no engañan y la sangría atrás es casi tan preocupante como en la parte ofensiva, donde el equipo también selleva la palma, y es el menos goleador de la competición. «Demasiado fácil», parafraseando a Carlo Ancelotti tras jugar con los blanquivioleta la pasada semana en Zorrilla. «Y no es lo normal», también apostilló.
Volviendo al partido, tampoco tuvo su día Gerard Moreno, pero ahí radicó también la diferencia entre el equipo de Marcelino y el de Diego Cocca. Cada cambio de los castellonenses elevó el nivel en el césped, mientras que el técnico argentino tuvo que aguantar casi hasta el minuto setenta –y por obligación– a hacer las primeras sustituciones sobre el terreno de juego. Nuevo mensaje a las oficinas, y no basta con los recién llegados Tamás Nikitscher y Joseph Aidoo.
Debutó el húgaro con el equipo ya hundido en la segunda mitad, y se quedó con el chándal el central ghanés. Ni siquiera para darle minutos estuvo el partido a juicio del entrenador argentino. Otra lectura clara de este mercado para los blanquivioleta. Se marcharon dos titulares que elevaban el nivel del equipo: Juma Bah y Kike Pérez, y han llegado dos jugadores que requieren de tiempo cuando el equipo tiene el reloj de arena casi al cuello...
El Pucela aguantó cuarenta minutos hasta el gol de Ayoze, pero fue un espejismo. Fue ese 'in pass' del Villarreral, en el que las palabras del técnico del Real Madrid resonaban en cada jugada... «Demasiado fácil». Así lo fue. Demasiado fácil de nuevo para el rival de un Real Valladolid que volvió a certificar que los de Zorrilla tienen un pie en Segunda, y que pueden terminar la jornada a nueve puntos de la permanencia.
Al margen de los goles, lo peor fue la imagen desangelada del equipo, de nuevo con futbolistas señalados, y una defensa que hace aguas. Sin extremos para atacar, sin centrales para defender y con Marcos André como una isla, en esa guerra de quiero y no puedo en la que los defensas siempre son mayoría.
El inicio del encuentro fue apañado. Ordenado. Sin lanzar las campanas al vuelo, pero de aguante ante un rival de pedigrí europeo, que para más inri fue de los conjuntos que mejor imagen ha dado en Zorrilla esta temporada.
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Sin embargo, lo aseado de los primeros minutos, daba para eso. Para que Amallah, de regreso al once, robase el balón y entregase el balón a... Sylla por la izquierda, y ahí moría la jugada una y otra vez, con la versión 2.0 del día del Real Madrid, con el delantero africano inoperante, sin profundidad y fuera de sitio en la banda izquierda. Sería injusto cargar las tintas contra el senegalés, porque por la otra banda más de lo mismo. Ni una, ni otra, y a lo mejor no solo tiene que llegar un extremo, y deberán ser dos ante la negativa a contar con Machis o Amath, que tienen 48 horas para aceptar las ofertas de las que disponen: uno para irse a Segunda y otro a Qatar... A Amath esta vez no es que Chuki le ganase el puesto en los cambios, es que el canterano se hizo con un hueco en el once sin desentonar. De hecho, hasta probó en dos ocasiones en los pocos lanzamientos que hizo el equipo durante los noventa minutos.
Ayoze derribó la casita en el minuto 41, y lo mejor llegó en forma de descanso, pero la salida de los vestuarios fue impropia de un equipo que está jugándose la permanencia. Tres ocasiones en contra en apenas cinco minutos, con Ayoze llevándose las manos a la cara una y otra vez.
Fue Gueye desde la frontal el que cerró el partido, tras una fugaz rágafa visitante en forma de dos saques de esquina que se quedaron en balas de fogueo. El centrocampista del Submarino acertó por bajo en la meta de Hein, y el partido se acabó. Brazos en jarra de todos y cada uno de los jugadores con esa tez cadavérica de la que se viene encima. Y así fue.
El Pucela hizo de nuevo aguas, y Comesaña de cabeza, y los recién incorporados Barry y Denis Suárez completaron una goleada en la que ni el golazo de Amallah en el añadido impidió un nuevo despropósito blanquivioleta, con un milagro que con cada jornada parece más inesperado.
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